La kurda Nasrin Hamalaw prometió vengarse de los yihadistas del Estado Islámico que causaron la muerte de su hija tras herirla gravemente en el campo de batalla en el norte de Irak ante sus propios ojos.
Durante los intensos combates en la ciudad iraquí de Khurmatu la semana pasada, Rangin Yusuf, de 30 años de edad, fue seriamente herida a causa de la explosión de un proyectil de mortero lanzado por los yihadistas.
Rangin, que era combatiente de las fuerzas kurdas Peshmerga, murió 10 días más tarde en un hospital.
Su madre Hamalaw, de 55 años de edad, estaba luchando junto a su hija en el momento de la explosión del proyectil, publicó el periódico británico 'The Daily Mail'.
Al igual que su marido, Yousuf Majid, también de 55, Hamalaw es coronel de las fuerzas kurdas Peshmerga. Los padres del Rangin luchan juntos contra el Estado Islámico, aunque forman parte de diferentes batallones y están combatiendo en diferentes partes del frente.
Rangin, que tenía un hijo de siete años de edad, se convirtió en la primera mujer de las fuerzas kurdo-iraquíes Peshmerga en perder la vida.
No tenemos ninguna ideología. Solo queremos luchar contra los terroristas. Luchamos para terminar el terror "Queremos conseguir la libertad para nuestro propio país. Si no hubiéramos elegido eso, no habría muerto mi hija.
Pero es lo que es correcto", dice, por su parte, el padre de Rangin quien añade que lo único que les queda es vengar su muerte y matar a tantos yihadistas les sea posible.
Yousuf Majid señala que la batalla actual no trata de política.
"No tenemos ninguna ideología. Solo queremos luchar contra los terroristas.
Luchamos para terminar el terror", destacó.
En las últimas semanas, las fuerzas Peshmerga, apoyadas desde el aire por aviones británicos, han logrado cierto éxito en su lucha contra el EI y actualmente están empujando a los yihadistas hacia Mosul.
