Por M. K Bhadrakumar//
El pájaro madrugador consigue el gusano, y alguien como el presidente de EE.UU, Barack Obama, que creció en las zonas tropicales en Hawái e Indonesia lo sabe mucho mejor que su homólogo ruso, Vladimir Putin, de Leningrado.
La celeridad con la que Obama se apresuró a tomar una ventaja temprana sobre Moscú en la guerra de la propaganda en Ucrania hace que parezca como que estaba esperando que sucediera una tragedia terrible.
Hasta el momento él no ha tenido ninguna conversación telefónica con Putin -ni siquiera para comprobar algunos hechos.
Es decir, a diferencia de la canciller alemana, Angela Merkel, y de los dos jefes de Estado más afectados aquí en la tragedia del malogrado avión de Malasia -el primer ministro holandés Marcos Rutt y el primer ministro de Malasia, Najib Razak. Rutt, de hecho, ya ha discutido en dos ocasiones la tragedia con Putin y se han puesto de acuerdo en la sugerencia de este último de una "investigación independiente, sin obstáculos y justa" sobre el trágico suceso en Donetsk, a cargo de la Organización de Aviación Civil Internacional, con la participación de "todos las partes involucradas", y dependiendo de eso, exigir "un inmediato e incondicional cese al fuego en el este de Ucrania.
¿Estará Obama también de acuerdo con este enfoque? Tanto Merkel, y Razak, se han puesto rápidamente de acuerdo con Putin. Pero sucede que, un alto al fuego en Ucrania es la última cosa en la mente de Obama, con el vicepresidente Joe Biden constantemente instando al presidente de Petro Poroshenko a seguir adelante con la campaña de represión militar en la conflictiva y rebelde región de Donetsk, para que de alguna manera un punto de no retorno pueda ser alcanzado en las relaciones entre Rusia y Europa que están en un punto delicado.
Sin lugar a dudas, Moscú ha perdido la guerra de la propaganda con Washington. Se remonta a la época de la Guerra Fría. Los EE.UU estuvieron siempre muy por delante de la antigua Unión Soviética en la captura del gusano -ya sea durante la crisis de los misiles en Cuba, Afganistán o Dr. Zhivago de Boris Pasternak.
A mi criterio, Rusia tiene la culpa aquí. Esto es lo que le sucede a una casa dividida. Ha sido bastante evidente para cualquier observador desde hace mucho tiempo, que Moscú está siendo jaloneado en direcciones opuestas por los llamados "occidentalistas" y "orientalistas", los últimos en retirada. La crisis de Ucrania debe ser una llamada de atención.
El punto es que, la historia no ha terminado y Rusia nunca podrá formar parte del mundo occidental. Es demasiado grande y demasiado diferente y demasiado poderoso y difícil de manejar. La presencia de Rusia en la tienda europea desafía el liderazgo transatlántico de los EE.UU y cuestiona la propia razón de ser de la OTAN, y de hecho, el euro-atlantismo como el hilo conductor de las estrategias globales de EE.UU, deja de existir.
Ya es hora que los "occidentalistas" entre las élites de Moscú se den cuenta de que todo es una quimera. No hay precedente que indique que aluna vez los EE.UU hayan tratado a otro país -incluyendo Gran Bretaña- en igualdad de condiciones. Por lo tanto, el destino de Rusia está dictado por la necesidad de consolidar su posición como un actor global independiente. Tiene la capacidad para hacerlo, pero, por desgracia, muy a menudo, no tiene la voluntad y el interés en discernir quien es un potencial aliado y quién no lo es.
Eso hace que la llamada telefónica que el presidente iraní, Hassan Rouhani le hizo a Putin recientemente sea algo muy esplendoroso para un observador de Rusia. Por supuesto, Rouhani no mencionó el asunto de Ucrania. La sorpresa hubiera sido si lo hubiera hecho.
Eso sin lugar a dudas, es un momento emotivo en las relaciones entre Irán y Rusia. El Kremlin había cooperado con el gobierno de Obama en el espíritu de la famosa (infame) “restauración” entre Estados Unidos y Rusia para apretar las tuercas a Irán y aislar a ese país en momentos en que Teherán tenía la espalda contra la pared.
Por supuesto, eso fue en un momento cuando los "occidentalistas" en Moscú estaban mandando en el gallinero y estaban repletos de confianza de estar llegando a un acuerdo con Obama, comiéndose un hotdog acompañado de Coca-Cola. De hecho, todo el mundo les parecía un lugar de hamburguesas.
Ahora la situación ha retornado a lo que era en el pasado. La restauración resultó ser una broma macabra que la administración Obama le jugó a la gente del Kremlin.
Y la madre de todas las ironías es que Rusia hoy en día está siendo amenazada con una avalancha de sanciones por parte de los EE.UU, a menos que se comporte correctamente en Ucrania, de la misma manera que Irán solía ser amenazado hasta el año pasado.
Y, sin embargo, Rouhani no abordó el tema de Ucrania con Putin. Pero le había dejado a Moscú algo para reflexionar. El punto es, simplemente por ser un amigo sincero y socio estratégico de Irán en este momento en el que las conversaciones entre Estados Unidos e Irán están bien equilibradas, Moscú le puede voltear la mesa a Washington y devolverle el golpe a los guerreros fríos en Washington donde les duele más.
Es bastante obvio que la estrategia de los EE.UU en las negociaciones, vis-a-vis Teherán, se está debilitando. Una vuelta a la zona cero (antes de que comenzaran las conversaciones directas) no es posible; un ataque militar contra Irán no es factible; si las conversaciones fracasan Teherán reanudará el programa nuclear a toda velocidad.
En suma, Irán ha roto el cerco de los EE.UU. Ese es el significado de la ampliación del plazo del 20 de julio para el acuerdo nuclear, y punto.
Ahora, lo que Rusia puede hacer es resquebrajar el régimen de sanciones estadounidense contra Irán, al simplemente proceder a ampliar las relaciones con ese país hasta su máxima capacidad -ya sea en el campo de la energía o en la cooperación de defensa. Después de todo, el argumento de Rusia todo este tiempo es que se rige de acuerdo a las sanciones de la ONU solamente.
En pocas palabras, Moscú tiene que poner en práctica lo que predica. Además, también desde el punto de vista de los negocios será lo correcto - estar en Teherán antes que las empresas estadounidenses.
Dicho de otra manera, hacer que los EE.UU negocien en la desesperación con un Irán, que cuenta con el pleno apoyo de Rusia. Aquí no hay confrontación por parte de Rusia con los EE.UU, tampoco, ya que Rusia sólo estará profundizando y ampliando sus relaciones con un país amigo.
La conclusión es que los iraníes les darán a los estadounidenses una fuerte pelea. No hay manera de que Teherán vaya a renunciar a sus masivos activos equivalentes a cientos de miles de millones de dólares, que los EE.UU confiscaron después de la caída del Sha; fue un robo descarado.
Tampoco podría Irán haber olvidado que los estadounidenses deliberadamente derribaron un avión civil iraní en 1988 - sabiendo muy bien que era una aeronave civil- matando a 300 personas que estaban a bordo.
Mi primera asignación como diplomático de carrera en Irán fue en 1989 y he estado en ese país tantas veces que realmente hasta he perdido la cuenta. Si estoy familiarizado con mi Irán, puedo decir lo siguiente: Rouhani se acercó a Putin en un momento crucial en el mundo contemporáneo de la política.
Publicado por LaQnadlSol
CT,. USA.