
McCarry a la izquierda en una reunión con periodistas.
Así nació el twitter cubano
A Mario Bernheim lo sustituyeron en el camino
La agencia AP reveló en un amplio reportaje que el génesis del financiamiento para crear Zunzuneo es una empresa creada en España y con una cuenta en Islas Caimán, para que “las transacciones no indicaran su origen en Estados Unidos”, dice un memorando revelado por AP.
Inicialmente contó con servidores de Amazon, en Irlanda; la empresa MovilChat, en Islas Caimán; y Lleida.net, en España, mientras se organizaba en Nicaragua, Costa Rica y Chile.
La cuenta de Islas Caimán estaba a nombre Mobile Accord, con sede en Denver; mientras Creative Associates International, era dirigida desde Washington. El grupo intentó obtener “información de inteligencia” de Telefónica, la empresa española aliada de Cubacel, en Cuba.
Joe McSpedon, el agente que viajó a Barcelona en 2010 para afinar los últimos detalles del ZunZuneo, según la identificación de AP, tuvo a su cargo al equipo de contratistas especializados en alta tecnología.
Inicialmente fue llamado Proyecto ZZ o Project Hummingbirdque “arrancaría cautelosamente y trataría de hacer llegar mensajes a los jóvenes cubanos, a quienes la USAID consideraba más proclives al cambio político. Debemos aumentar gradualmente los riesgos”, propuso la USAID en un documento que reveló AP.
ZunZuneo comenzó a operar desde Nicaragua y Costa Rica a cargo del nicaragüense Mario Bernheim, su hermana Noy Villalobos y Joe McSpedon.
Según AP, las tensiones con el Congreso se dispararon cuando “ZunZuneo comenzaba a despegar en diciembre de 2009, cuando otro programa de la USAID terminó con el arresto en Cuba del contratista estadounidense Alan Gross”.
En septiembre de 2009, miles de cubanos se reunieron en la Plaza de Revolución por el concierto de Juanes, Paz sin fronteras. Fue la oportunidad para la USAID de probar la red y su “poder político”.
Semanas antes, la empresa de Bernheim, usando la lista de celulares, envió medio millón de mensajes con la intención era, además, de conocer cuál sería la reacción del gobierno cubano.
El equipo contrató a Alen Lauzán, diseñador y humorista gráfico nacido en La Habana y que vive en Chile desde el año 2000, para escribir mensajes “a la cubana”.
“Respondieron alrededor de 100 mil personas sin darse cuenta que participaban en una encuesta para conseguir información de inteligencia”, escribió AP.
Paula Cambronero, de Mobile Accord, comenzó a crear una amplia base de datos: género, edad, receptividad, tendencias políticas, etc. USAID “necesitaba” información demográfica para “enfocar otros programas en Cuba” y “maximizar las posibilidades de extender nuestro alcance”, dice uno de sus documentos.
Luego que en febrero de 2010 ZunZuneo fue presentado a los cubanos, Creative Associates decidió que el proyecto era tan popular que la contratista a cargo no era lo suficientemente sofisticada para gestionarlo y se creó “una versión a escala de Twitter”, para lo cual contrataron a otro experto en tecnología: James Eberhard, presidente de Mobile Accord.
El escándalo del llamado Twitter cubano “desapareció” de la vista pública y no hay rastros de su principal protagonista
Un agente de la CIA que trabajó con la Contrarrevolución de los años 80 que ahora encuentra importantes defensores en el Senado de Estados Unidos
Mario Bernheim
Hace pocos meses, un reportaje extenso de la agencia Associates Press, una de las más influyentes de Estados Unidos, destapó un escándalo que prometía ser de grandes proporciones y que salpicó directamente a Nicaragua.
La red Zunzuneo que ofrecía un servicio en internet, similar en su función y operatividad a Twitter, fue revelado como un programa financiado con fondos de la administración estadunidense para movilizar a la juventud de Cuba hacia una hipotética “primavera cubana”.
El reportaje fue reproducido por casi todos los periódicos del mundo y movilizó la opinión de personalidades que ubicaron, en pocas horas, a Zunzuneo como “una gota más en el cubo de la propaganda sucia en internet”, como lo expresó el periodista Glenn Greenwald -que ha publicado los documentos del ex analista de la NSA Edward Snowden.
Pero, tan rápido como explotó en la prensa internacional así ha desaparecido de las portadas de los rotativos y de los portales en internet, mientras se acumulan las preguntas sin respuestas.
Las interrogantes van desde el paradero del exagente de la CIA, Caleb MacCarry, la empresa basada en Costa Rica Creative Associates International, CAI, y del nicaragüense Mario Humberto Bernheim Echeverría, un hacker que goza de mucho respeto en el país y a quien se le atribuye haber tumbado a varios servidores en el extranjero.
Los vínculos
También han desaparecido del mapa noticioso los nexos de MacCarry con importantes senadores y políticos de los Estados Unidos, así como el resultado de las investigaciones en el Congreso en donde se destaca el papel activo del Senador Robert Menéndez quien se opuso a aceptar la idea de que Zunzuneo era un proyecto vinculado de Cuba y de supuestos planes para desestabilizar al gobierno isleño.
Aún hay una nebulosa de cómo llegaron los fondos para operar desde CAI, en San José, contratar al informático nicaragüense Mario Bernheim, quien reside en el reparto Villa Fontana, -y que también ha desaparecido- para que tejiera cibernéticamente la red.
McCarry y ningún otro habría rendido cuentas al Congreso por el uso de los fondos lo que, medios noticiosos latinoamericanos, atribuyen al activismo del poderoso senador de Nueva Jersey, quien dijo que debía aplaudirse el proyecto.
El organizador de Zunzuneo es hijo de un antiguo agente de la Central de Inteligencia Americana, CIA, Charles MacCarry, de quien se ha dicho que está vinculado al comité de relaciones exteriores del Senado.
En San José
Como asesor principal y Director de Comunicaciones de Creative Associates International, CAI, Caleb MacCarry, organizó y dirigió la red desde el año 2008 hasta febrero del 2013.
Tres meses después de que Caleb MacCarry se incorporase a CAI, USAID, la agencia de cooperación de Estados Unidos le otorgó el primer contrato sobre Cuba por un monto de $6.5 millones de dólares.
La prensa costarricense reveló que Caleb MacCarry tenía una oficina en la Embajada de Estados Unidos en Costa Rica, ubicada en un área de difícil acceso, en donde el limitado personal que laboraba apenas se relacionaba con el resto de funcionarios.
La mayoría desconocía a qué se dedicaba, porque funcionaba como un organismo desvinculado del resto de la misión diplomática.
Lo más revelador del seguimiento que se le dio en Costa Rica a este tema es que en el sitio web de CAI no hay referencias a Zunzuneo, ni vínculos cibernéticos, pero si se menciona el programa de Paquistán, que fue el que oficialmente aparece en el presupuesto estadunidense como el receptor de los fondos.
Al ser interpelada en el Congreso, la USAID no reconoció quién aprobó su proyecto. “El periodista estadounidense Tracey Eaton publicó la factura por 1,6 millones de dólares que demuestra el desvío de fondos destinados a Pakistán para financiar ZunZuneo.
Se sabe que solo horas antes de que estallara el escándalo en los medios de comunicación, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, se entrevistó con la bloguera Yoani Sánchez, de quien se suponía iba a ocupar la plataforma del ZunZuneo en las siguientes etapas del programa”, reveló el portal Adital.
El dinero que financió ZunZuneo fue asignado a un proyecto no especificado en Pakistán, y no salió de los 20 millones de dólares adicionales que aprobó el Congreso para los “programas pro democracia en Cuba”.
El senador Patrick J. Leahy, quien interpeló al director de USAID, reconoció la naturaleza clandestina del programa y que la Subcomisión de Asignaciones de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta -que él preside- no fue informada de la existencia del ZunZuneo, reporta Adital.
El periodista Tracey Eaton, informó que: “En la acalorada discusión con el senador Patrick J. Leahy, el administrador de USAID, Rajiv Shah, dijo que no sabía a quién se le ocurrió la idea del proyecto ZunZuneo para Cuba. Leahy le preguntó de quién había sido la idea de esa operación encubierta, durante una audiencia sobre el presupuesto en la Cámara Alta del Congreso, en Washington, DC. Shah trató de evitar la pregunta y se refirió a otros temas.
Leahy lo interrumpió repetidamente. “Es una pregunta simple”, dijo el senador alzando la voz. Por último, Shah dijo: “no lo sé, específicamente”. Cuando le preguntaron si ZunZuneo fue una operación encubierta, Shah respondió: “Por supuesto que no”. Se refirió al programa como “discreto”, no encubierto”.
Caleb McCarry es la pieza clave en el escándalo de la red Zunzuneo. Hijo de un conocido político de Washington, Charles McCarry, miembro del staff del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, es uno de los “aguiluchos” sobrevivientes de la guerra fría de los años 80, vinculado a las políticas encubiertas hacia Cuba y a la guerra de la Resistencia Nicaragüense contra la revolución sandinista.
McCarry es de la línea dura, odia el “pacto” Alemán-Ortega y cree que el expresidente Arnoldo Alemán es responsable del retorno del sandinismo al poder, un argumento de uso común en un sector de la oposición nicaragüense. Su pertenencia al Comité de Relaciones Exteriores que preside el senador demócrata Bob Menéndez, le ha dado mucha influencia en la dirección de las políticas hacia América latina.
Su cercanía con el senador Menéndez también le permitió incidir en la creación del Programa Paquistán que encubrió los fondos para la creación de la red Zunzuneo, el twitter cubano, “borrar” las huellas y obstaculizar la investigación del comité.
En los reportes del Comité de Relaciones Exteriores no hay evidencias de la rendición de cuentas ante el Congreso, como obligan las leyes de Estados Unidos. Obviamente goza de respaldo importante porque congresistas como Menéndez o la republicana Ileana Ros-Lehtinen apoyaron los objetivos de la red anticubana y a McCarry en la rápida investigación que hizo el comité.
El principio
Como explicamos ayer, Caleb McCarry organizó Zunzuneo siendo el asesor de la presidencia de Creative Associates International, CAI, y su director de comunicaciones, entre octubre de 2008 y febrero de 2013, cuando deja de funcionar.
El capital inicial para construir la red llegó tres meses después de la incorporación de McCarry a CAI, por un monto de $6.5 millones de dólares, según fuentes diplomáticas consultadas. Para esta tarea, el agente se trasladó a una oficina en San José en donde trabajó de manera discreta.
Según las leyes estadunidenses, McCarry no podía recibir fondos federales de los Estados Unidos porque había laborado en las administraciones republicanas, incluyendo la última de George W. Bush, en la elaboración de políticas hacia Cuba y América latina.
Para poder recibirlos debía esperar al menos dos años o evitar hablar del tema, como hizo en el año 2009, cuando participó en eventos académicos.
Entre los antecedentes de McCarry está su apoyo a la aprobación de la ley Helms-Burton, siendo asistente de la Cámara de Representantes, en donde se coordinaba con Róger Noriega, quien entonces era asesor del senador Jesse Helms, cuya iniciativa legislativa endureció las medidas en contra del gobierno cubano.
Su aporte a este proceso le valió una promoción. En julio de 2005 fue nombrado Coordinador para la Transición en Cuba, desde cuyo cargo creó programas de apoyo a la Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre, conocido como el Plan Bush, que no fue totalmente conocido por la opinión pública estadunidense porque incluiría clausulas secretas.
Una de estas “claúsulas secretas” podrían referirse a la creación de Zunzuneo. La Oficina para la Transición en Cuba desapareció en 2009, en la administración de Obama, y sus programas fueron pasados a la oficina de Iniciativas para la Transición, OTI, de USAID.
La OTI fue creada en 1994 para el diseño de políticas e iniciativas que aprovecharan las oportunidades críticas en países prioritarios para Estados Unidos, bajo la óptica de promover cambios positivos, contribuyendo a crear períodos de transición a través de asistencia rápida, flexible y de corto plazo.
En Costa Rica
Según se supo luego de que explotara el escándalo de Zunzuneo, USAID, através de OTI, contrató a la empresa Creative Associates International, CAI, porque estaba recomendado en dos informes de la Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre.
Estos informes establecían rutas y planes de acción económica y política que Estados Unidos adoptaría para potenciar a la sociedad civil cubana en el marco de la llamada “transición hacia la democracia”.
El concepto con que fue creada la red Zunzuneo es el de asistencia para el fortalecimiento de la sociedad civil.
CAI debía, desde San José, Costa Rica, suministrar asistencia a personas, organizaciones o asociaciones en Cuba que promoverían actividades internas, apoyar a grupos opositores y nuevas organizaciones opuestas al gobierno de Raúl Castro, incluyendo suministro material y financiero, entrenamiento técnico, redes de comunicación e informática para impulsar el cambio en la isla.
La operación de McCarry
Caleb McCarry resultó el mejor agente para organizar y asegurar estos objetivos. En 1989 fue el vicepresidente del programa de América Latina en el Centro para la Democracia, un organism o no gubernamental, basado en Washington, D.C., que apoyó a la Resistencia Nicaragüense, así como gobiernos y organizaciones en Centroamérica que se oponían al avance soviético en la región, que impulsaban los revolucionarios sandinistas.
También canalizaron recursos para el Fondo Nacional para la Democracia, NED, que jugó un papel crucial para los rebeldes antisandinistas cuando se quedaron sin fondos oficiales del Congreso de Estados Unidos. Esta oficina facilitó mucho apoyo a la Contra y al ejército de El Salvador que enfrentaba al a guerrilla del FMLN.
El trabajo de la NED recibió un fuerte impulso entre 1997 y 2005 de parte de los congresistas Henry Hyde y Benjamín A. Gilman, dos expresidentes del Subcomité del Hemisferio Occidental.
Como se descubrió años después, estos programas fueron hechos a espaldas del Congreso.
Las huellas de Caleb McCarry también se encuentran, citan medios de información estadunidenses, en el derrocamiento del expresidente de Haití, Jean Bertrand Aristide.
En ese tenso periodo posguerra fría, hubo personalidades políticas estadunidenses que llamaron a disolver los planes elaborados en la era Bush hacia América Latina, y aunque oficialmente desmantelaron programas y oficinas como los antes descritos, no fue todo como lo demuestra el caso de Zunzuneo.
http://www.trincheraonline.com/2014/07/03/caleb-macarry-desaparecio-con-zunzuneo/