Hoy arribó Obama a Malasia para cumplir una corta visita de tres días a ese país.
Aunque aparentemente el motivo de la misma está relacionado con realizar conversaciones oficiales con el primer ministro malasio, Najib Tun Razak, sobre el actual estatus del Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP).
Este viaje es el primero realizado por un presidente de norteamericano a ese país desde 1966.
La cuestión aparente es u mayor fortalecimiento de las relaciones económicas entre ambos países, sobre todo en los sectores emergentes y de alta tecnología.
Sin embargo, Obama lleva otros asuntos en su agenda secreta.
La primera de ellos es fomentar el conflicto en la región al lanzar fuertes amenazas contra Corea del Norte por supuestas acciones contra Corea del Sur, no solo para mantener su hegemonía en la región, sino para desviar la atención sobre la ya comprobada intervención norteamericana en relación con la desaparición del Boeing 777 de Malasyan Airlines.
Corea del Sur avivó las tensiones al manifestar preocupaciones sobre un supuesto incremento de la carrera nuclear de su vecino en conflicto, Corea del Norte.
También Obama ha buscado aprobación de Japón y Corea del Sur sobre su política hacia Rusia, la cual ha desembocado en un calentamiento de la región a causa de la manipulación de una supuesta amenaza rusa hacia Ucrania, avivada por los gobernantes golpistas de Kiev, y el establecimiento de fuertes sanciones hacia allegados al presidente Putin.
Evidentemente, Obama defiende la geopolítica norteamericana, pero lanza una cortina de humo sobre algo que afecta directamente a los ciudadanos malasios: la suerte del vuelo HM370.
Lo cierto es que la búsqueda en el Océanos Índico del Boeing 777 parece haber llegado a su fin, mientras que los aviones y naves participantes en la misma se han ido retirando veladamente, tal como acaba de hacerlo el submarino nuclear británico HMS Tireless, mientras los familiares de los viajeros se suman en una mayor desazón y frustración.
La promesa del gobierno de Malasia de ofrecer en los próximos días un informe sobre todo lo que se hizo hasta el momento para hallar los restos del avión de Malaysia Airlines, parecen estar relacionados con información fresca que lleva Obama en su agenda secreta a esa nación.
El mandatario norteamericano tratará de ayudar a su par malayo en una respuesta, al menos, “satisfactoria”, para la opinión pública y los familiares de los viajeros desaparecidos.
Al menos, Obama tratará de vender la falsa historia del compromiso de EE UU por develar el secreto y, tal vez, deslindarse de las tesis que acusan a su país en la desaparición del avión. Hipócritamente, declaró al respecto al diario malasio The Star: "Barcos de la Marina estadounidense, aviones y personal permanecen en la escena, ayudando en la búsqueda.
Nuestro FBI trabaja de cerca con Malasia en la investigación de las causas de la desaparición.
Y continuaremos dando nuestro apoyo y asistencia".
Obama ha tenido que dar la cara a Malasia pero, como era de esperarse, lo ha hecho con falsedades y defendiendo a ultranza sus apetencias imperiales.
Poco le importa la vida de los 239 viajeros del vuelo MH370, a los que sus agencias de inteligencia retendrán por tiempo indefinido o, lo peor, ya han hecho desaparecer para siempre.
Percy Francisco Alvarado Godoy
http://percy-francisco.blogspot.com/2014/04/la-agenda-secreta-de-obama-y-el-vuelo.html#sthash.Xlhm1AJY.dpuf