Pablo Gonzalez

Ucrania: vuelven las “roboluciones” de colores.


La CIA, su pantalla USAID y la OTAN agitadores violentos en las calles de Kiev

Yulia Timoshenko, “opositora” ucraniana y el enjaulado Ales Beliatsky, bielorruso

Andan estos días las cosas revueltas por Ucrania. El color naranja-orina ha vuelto a las calles de mano de EEUU, sus organizaciones delincuentes disfrazadas de humanitarias y algún que otro indisimulado parlamentario europeo convertido en alborotador-vándalo callejero.

 Ucrania es, de nuevo, el objetivo de los terroristas financieros, tras el fiasco de hace unos años. Bajo el institucional, relamido y mafioso discurso de “avanzar en la democracia en el Este” EEUU y Europa han montado, a través de sus peones en Ucrania, otro circo expansionista involutivo. Ucrania es, de momento, el lugar de la última parada y fonda de los gángsters americano-europeos, mientras mantienen su línea de acoso hacia Bielorrusia, otro rebelde con el Nuevo Orden mundial.

En Ucrania y Bielorrusia no tardaron Obama, Merkel y la OTAN en sacarse de la chistera a dos víctimas de diseño: eligieron a la ucraniana delincuente-corrupta rubia platino Yulia Timoshenko, mientras que en Bielorrusia escogieron a su particular marioneta de paja: Ales Beliatsky, un compulsivo defraudador al fisco bielorruso, pero que va de campeón de los derechos humanos en su país. 

Esta gente son los encargados de llevar la democracia a Ucrania y Bielorrusia, respectivamente….del brazo (armado) de la OTAN. 

Son el tipo de personajes que les encantan a la Troika Comunitaria y a la Casa Blanca, “defensores de los derechos humanos” fabricados en las cloacas de la CIA. 

Claro…¡cómo si no supiéramos que son de su mismo palo! El de ser estafadores profesionales y expertos en saquear-desplumar a sus ciudadanos.

El caso de Beliatsky es especialmente significativo. Este bandido defraudó más de 500 mil euros a las arcas de su país, fondos que procedían la mayor parte de sospechosa financiación exterior. 

Eso sí, este mártir del capital y los mercados fue premiado por el Departamento de Estado de EEUU y, de rebote, se llevó otro premio, que titulan Vaclav Havel (en honor a aquel mercenario checo neocon de la extrema derecha estadounidense). 

 En Bielorrusia se dejaron de chorradas, aplicaron la ley y talegando al Beliatsky, que es gerundio. 

El icono Beliatsky ya estaba, de todas formas, modelado y servido en el altar de la ortodoxia capitalista, al igual que el de la recauchutada ucraniana Timoshenko. 

Falsimedia haría el resto, publicitando a dos trileros a sueldo del FMI como víctimas de dos ogros ex soviéticos.

¿Cómo se gestan todo este tipo de movimientos con aroma a injerencia imperialista?

 Pues con lo más fácil del mundo: dinero. 

Es una forma más suave y menos “traumática” que si Occidente se dedicase a organizar atentados terroristas o infiltrar mercenarios criminales como en Siria, donde tienen a sus “soldados” salafistas, dispuestos a todo y sin compromiso alguno (aunque en Chechenia ya han intentado una reedición de la AlQaeda afgana). 

Terrorismo de baja (y alta) intensidad con aroma a naranja, a orines y a mierda bajo la atenta mirada de Merkel y Obama. Con la vista puesta en el escudo anti-misiles (o antiruso), la amenaza atlantista y cercando con púas y concertinas (cuchillas made in Israel, of course) al Kremlin.

Una organización a la que Vladimir Putin pegó una oportuna patada en el culo echándola recientemente de Rusia es la USAID (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), tristemente conocida por ser una de las pantallas “humanitarias” de la CIA. La “ayuda” que facilita esta organización sirve para promover, primero, el expansionismo económico y luego el militar de EEUU. 

Es una suerte de cabeza de puente menos invasiva que la intervención armada directa propiamente dicha. La CIA es quien maneja los hilos de la USAID (al igual que el NED, la Fundación Nacional para la “democracia”), descargando en esta agencia proyectos no militares para desestabilizar aquellos gobiernos que son “hostiles” al imperio, ayudando económicamente a instituciones o partidos políticos próximos a Washington o bien penetrando ideológicamente en países de gobiernos que ya son amigos.

 De este modo, organizaciones políticas antigubernamentales de Bielorrusia y Ucrania han recibido más de 2000 mil millones de dólares en los últimos años, por las agencias paralelas de la CIA, para estas operaciones de desestabilización, propaganda y derrocamiento de líderes políticos mediante golpes de Estado “blandos”.

Mientras tanto, en las calles ucranianas, la CIA y sus acólitos (incluido el senador fascista estadounidense John McCain) escenifican payasadas como el derribo de una estatua de Lenin y movilizan a sus fantoches europeístas-otanianos para liquidar la supuesta “represión dictadorial” de esos países.

 En cambio, otros muchos seguimos pensando que aquí se está ventilando, de nuevo, una robolución impuesta desde el exterior por los dictadores financieros, por Wall Street, por la OTAN-Gladio, en contra de países que son opuestos a los intereses de los oligarcas neocoloniales europeo y americano. Lo de siempre, para no variar.

ACTUALIZACIÓN (26-ENERO-2014): Aquí podemos ver la esencia democrática de los manifestantes opositores ucranianos que los medios de desinformación y la CIA cobijan. EEUU y la UE alentando y financiando la guerra civil en Ucrania. 




Cuando el pueblo se levanta contra los terroristas financieros y sus brazos políticos (Gamonal, Burgos; 15-m) son violentos y están fuera de la ley…Cuando los violentos en Ucrania sacan, incluso, armas de fuego para disparar contra la policía…sólo existe, surrealistamente, violencia policial mortal contra esas bandas fascistas ucranianas…que tanto admiran en el ABC, ELPAIS, ELMUNDO y demás detritus mediáticos del planeta.


Tomado de http://uraniaenberlin.com

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