Contra Siria vuelven las amenazas de una intervención militar exterior. El presidente de EEUU, Barack Obama, declaró que no excluye la solución de la crisis siria por la vía militar.
Esta vez, el líder occidental está preocupado, y citamos, "con el sufrimiento del pueblo sirio".
Además, el atraso en los plazos establecidos para la destrucción de las armas químicas puede ser un factor agravante.
La crisis humanitaria en Siria es causa de nuevas divergencias en el Consejo de Seguridad de la ONU. Los países occidentales prepararon un proyecto de resolución donde, bajo la amenaza de sanciones, se imponen exigencias, sobre todo, a las autoridades sirias, como el acceso sin limitaciones de las organizaciones humanitarias a Homs y otras ciudades sitiadas.
En opinión de las autoridades rusas, el documento no está acorde con la realidad. En concreto, oficialmente, Damasco pudo acordar con los rebeldes un alto al fuego temporal en la región de Homs. Sin embargo, los disparos de los rebeldes continúan periódicamente, lo que provoca que la evacuación de los ciudadanos civiles y la entrega de ayuda humanitaria se interrumpan.
Esto es una situación objetiva comprobada por los representantes de la ONU. Al mismo tiempo, un texto de la resolución repleto de amenazas solo logra romper los esfuerzos de la comunidad internacional para tratar de normalizar el conflicto.
Como señala el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se crea la impresión de que ahora están tratando de usar el tema humanitario, como en el pasado el de las armas químicas, para tener una excusa para usar una solución militar y de esta forma lograr un cambio del régimen. El profesor de la cátedra del Oriente contemporáneo de la Universidad Estatal de Humanidades de Moscú, Grigori Kosach, comenta que la historia conoce situaciones similares:
–Las distintas intervenciones extranjeras en los años noventa y principios de la primera década del 2000 se realizaron bajo los lemas de “¡Proteger a nuestros correligionarios!”, “¡Defender a nuestros ciudadanos!” y otras en esta tónica.
Evidentemente, tanto las armas químicas como la ayuda humanitaria son solo lemas que, de ser necesario, también pueden usarse para una interferencia externa en los asuntos internos sirios. No es casualidad que hoy se habla de que no se pudieron evacuar de Homs a todas las personas que debieron serlo. No por gusto hablan de que algunos de los hombres evacuados de Homs no llegaron a los lugares donde debían haber arribado.
De esta manera se hace hincapié en que la parte gubernamental se está comportando inadecuadamente. Esto solo demuestra que la ayuda humanitaria puede ser usada, con bastante probabilidad, para llevar a cabo una intervención extranjera.
En este ambiente, el presidente de EEUU, Obama, vuelve a recordar al mundo que se abroga el derecho de la utilización de la fuerza militar en interés de la seguridad nacional.
Además ahora, en su opinión, “el sufrimiento del pueblo sirio comporta amenazas para algunos aliados de los norteamericanos, como son el Líbano y Jordania”. Por ayudarlos, Obama está listo a asestar un golpe contra Siria.
Esto demuestra otra vez que dentro de los verdaderos objetivos de EEUU no hay, ni siquiera hubo, la más mínima intención de coadyuvar a la solución pacífica de la situación en esta república árabe, esta opinión la expresa el politólogo Serguéi Mijéev:
–Desde el principio los norteamericanos no manifestaron el más mínimo deseo de normalizar esta crisis por la vía pacífica. Sencillamente se vieron obligados a aceptar que la iniciativa rusa, con el apoyo de China e Irán, alejó la amenaza de una intervención militar. Esto fue un fracaso y ellos lo valoran de esa manera. Tampoco quieren ninguna normalización pacífica, no la necesitan para nada.
Esta declaración de Obama es más bien para tantear. Yo no creo que en un futuro inmediato, si la situación sigue el desarrollo actual, y me refiero a que se saquen las armas químicas y los otros temas, los norteamericanos estén listos para una intervención militar. Pero Obama decidió dejar por lo claro que no excluye ninguna opción.
No se menciona a Israel a la luz del enfriamiento de las relaciones con EEUU debido a que la cuestión palestina está dentro de la lista de los intereses que los norteamericanos están listos a defender.
Sin embargo, Israel es capaz de defenderse por sí mismo, en dirección a Damasco ya se oyeron advertencias de que se tomarán medidas preventivas si las armas químicas caen en manos de grupos extremistas. No es que estas amenazas se deban tomar muy en serio, el régimen de Asad es, para Israel, mucho más seguro que cualquier otra nueva autoridad desconocida.
Pero esto testimonia que es posible lograr el cumplimiento de los planes para la destrucción de las armas químicas de Siria si existiera la voluntad para hacerlo. Al día de hoy ya se ha sacado aproximadamente el diez por ciento del arsenal químico que está previsto para ser destruido en el exterior.
No se pudo mantener los plazos establecidos por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y sacar del país todas las sustancias altamente tóxicas antes del 5 de febrero, pero los expertos de la misión conjunta de la ONU y la OPAQ no se apuran en culpar a nadie. Ellos señalan que el “aplazamiento” fue provocado por causas objetivas logísticas.
El plazo último para la destrucción definitiva de las armas químicas sirias está previsto para el 30 de junio.
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