Pablo Gonzalez

Los precios del petróleo y la inflación en Nicaragua


El conflicto en Siria está en el aire.

El Senado de Estados Unidos propuso autorizar una intervención militar durante dos meses, sin que una bota pise el terreno sirio.

Siria es probablemente el tercer país con el mayor arsenal de armas químicas, después de Estados Unidos y Rusia que las están destruyendo.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha propuesto, con el estilo de una muy fina jugada ajedrecística, encontrar y poner a salvo las armas químicas ocultas de Siria como el gas nervioso letal (sarín), el gas mostaza y otras toxinas líquidas, al margen de los grandes acuerdos internacionales sobre el control de estas armas y en medio de los combates entre las facciones beligerantes sirias.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dispuso analizar la propuesta rusa, pero advirtió que el ejército norteamericano estará “listo para responder” si la negociación fracasaba.

El retraso de la intervención militar estadounidense en Siria ha forzado a bajar los precios internacionales del crudo. 
 
Por ejemplo el precio del Brent, de referencia en Europa, ha caído desde casi US$118 la semana pasada hasta casi US$111 ayer miércoles 11 de septiembre, mientras que el WTI, de referencia en América Latina, después de superar los US$110 por primera vez desde mayo de 2011 ha caído hasta casi US$107 el 11 de septiembre.

Ojalá que la guerra no se imponga por las pérdidas de vidas humanas y los daños económicos y sociales, que minimizan cualquier victoria política.
 
 En caso de que ocurra, analistas internacionales señalan que el precio del petróleo alcanzaría rápidamente un mínimo de US$125, y si el conflicto se generaliza en la región, donde se origina casi el 40% de la producción mundial de petróleo, el precio del barril de crudo fácilmente subiría a los US$150.

En ambos escenarios, ¿que podría ocurrir en la economía de nuestro país? Antes de referirnos a los perjuicios, sólo hay un sector ganador que es la industria petrolera, la cual ya se ha beneficiado con los precios especulativos del crudo de la semana pasada cuando parecía inminente el ataque estadounidense.

Como no hay ganadores sin perdedores, el precio del galón de gasolina regular saltó desde US$4.89 el 26 de agosto a US$4.90 el 2 de septiembre y cayó a US$4.84 el 9 de septiembre. La secuencia en esas mismas fechas del precio del galón de gasolina super fue US$5.08, US$5.14 y US$5.13, y la del precio del galón de diesel fue US$4.44, US$4.50 y US$4.52. Estas alzas de precios perjudican, en orden de importancia, principalmente a las actividades económicas de generación de electricidad, transporte de pasajeros y carga, la pesca, la minería metálica (oro y plata), el arroz de riego, el suministro de agua potable y el comercio. 
 
Estas empresas, al no poder trasladar las alzas de costos a los precios finales de venta, deterioran sus márgenes de utilidad.

De acuerdo con la evidencia empírica de Consultores Para el Desarrollo Empresarial (COPADES) sobre el impacto inflacionario provocado por un shock del precio del petróleo en Nicaragua, un aumento del precio del barril de crudo WTI hasta US$125 elevaría la tasa de inflación anual a 9.8%, casi 3 puntos porcentuales mayor que la tasa de inflación prevista antes de la posibilidad de la intervención militar anunciada por el gobierno estadounidense, y en caso de encarecerse hasta US$150 el aumento anual de los precios al consumidor se aproximaría a 10.9%.

Pase lo que pase, debemos continuar implementando las tareas para ahorrar energía eléctrica y combustibles, y mitigar esos impactos en en los costos de producción de los empresarios y en el poder adquisitivo de los asalariados.
 
http://nestoravendano.wordpress.com/2013/09/11/los-precios-del-petroleo-y-la-inflacion-en-nicaragua/

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