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Los mitos de la agricultura ecológica que nos tragamos sin rechistar


Algunos alimentos que se presentan como producto de la agricultura ecológica son mucho más caros que los normales, pero no aportan ningún beneficio adicional para la salud o el medio ambiente.

La mayor parte de nuestras ideas sobre los productos ecológicos se sostienen en una serie de mitos, indica la revista polaca 'Polityka'.

Lo artificial, ¿malo por naturaleza?

La agricultura orgánica se basa, esencialmente, en un principio clave, que estipula que "la química" creada por el hombre (por ejemplo, fertilizantes artificiales y los productos de protección de plantas) es perjudicial y mala por naturaleza.

Sin embargo, los alimentos orgánicos claro contienen química en realidad, pues todo lo que comemos, se compone de los elementos químicos y compuestos químicos.

En segundo lugar, aunque los productos ecológicos contienen menos pesticidas, esto no significa que los productores de vegetales orgánicos no utilicen productos químicos para la protección de los cultivos. La normativa de la UE permite el uso de 26 de los así llamados "plaguicidas ambientales".

Los pesticidas no son una peste 
 
Nadie en el mundo (los estadounidenses van a comenzar a hacerlo este año) controla los volúmenes reales de pesticidas naturales que se utilizan en agricultura ecológica o su concentración en el producto.

En 2000 dos científicos de la Universidad de California, el profesor Bruce Ames y Lois Gold publicaron un estudio que refleja que una persona ingiere entre 5-10.000 especies de pesticidas que producen las plantas para protegerse contra las plagas. Mientras tanto, tememos a un 0,01% de plaguicidas en nuestra comida.

Ni mejor ni más sabroso 
 
La afirmación de que los productos orgánicos certificados son saludables en un 100% también es incorrecta. El certificado correspondiente sólo indica que algo se cultivó de acuerdo con los principios de la agricultura orgánica. Por lo tanto, el Departamento de Agricultura de EE.UU., responsable de la introducción de un sistema de certificación en el país, precisa que el icono de "eco" no significa que el producto sea más útil o de mayor calidad.

La agricultura no daña el medio ambiente 
 
Contrariamente a la creencia popular, lo más perjudicial para la naturaleza no es la industria, sino la agricultura. Un 35% de la superficie libre de hielo de la Tierra está siendo utilizada con fines agrícolas. De hecho, nada ha cambiado tanto la apariencia de nuestro planeta como la agricultura. 
 
Por lo tanto, uno de los mayores retos de la humanidad es hacer esta práctica menos onerosa para el medio ambiente.

Los ricos lo cultivan y ellos se lo comen
 
Solo los ricos pueden permitirse el lujo de comprar los productos orgánicos.
 
 Y las compañías como Whole Food, creada en el año 1980, se llenan los bolsillos comerciando con productos ecológicos. 
 
Ahora posee 350 tiendas, sus acciones se cotizan en la bolsa de valores y sus ingresos se cifran en cientos de millones de dólares.

En la producción de cultivos orgánicos también invierten tales empresas como Kellogg, Pepsi, Heinz, Coca-Cola y Kraft. 
 
A medida que la demanda de alimentos "sanos" es cada vez mayor, aumenta la producción. 
 
En 2002 la lista de sustancias de origen no vegetal permitidas para su uso ha aumentado pasó de contener 77 a 250.

Una dieta no del todo saludable

Los productos orgánicos se consideran útiles y seguros, pero en realidad, errores en el cultivo o en su preparación pueden representar un peligro mortal como cualquier otro alimento, como ocurrió en 2011 con el brote detectado en Francia y Alemania de una variedad de bacterias peligrosas E. Coli.

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