
En sus últimas cuatro horas de vida, Pedro Alberto Vargas —conocido como un hombre callado— se descargó a gritos con el equipo de negociadores que intentaban sacarlo del apartamento donde se había atrincherado con dos rehenes, report The Miami Herald.
“Tenía un tono de disgusto, como que se quería desahogar”, dijo Carl Zogby, vocero del Departamento de Policía de Hialeah. “Los negociadores no lograron entender de qué hablaba”.
Vargas murió a tiros la madrugada del sábado sin explicar qué lo motivó a cometer la peor masacre en la historia de Hialeah.
A lo largo del sábado, tanto los vecinos como las autoridades seguían armando el complejo retrato de este hombre de perfil bajo que mató a cinco de sus vecinos del edificio Todel Apartments, además de un padre de familia que se estacionaba al frente del edificio.
Los registros públicos indican que Vargas llegó a Estados Unidos en 1997. Para el 2004, el cubano obtuvo la ciudadanía estadounidense y se registró como votante del Condado Miami-Dade. Al igual que su madre, era demócrata y un votante activo.
Tras la masacre, los detectives de Hialeah registraron el apartamento y encontraron evidencia de que Vargas había encendido un montón de billetes. No está claro cuánto dinero quemó, aunque su madre dijo a las autoridades que Vargas había vaciado la cuenta de ahorros que compartían.
Eran como $10,000, de acuerdo con las autoridades.
Pero pocos vecinos sabían de la vida profesional de Vargas, quien se desplazaba en un Toyota Corolla color blanco. En realidad, muchos creían que trabajaba en un gimnasio por su vestuario regular de shorts y zapatos de ejercicio. Corría o hacía ciclismo diariamente.
Pocos vecinos sabían que Vargas vivía con su madre, Esperanza Patterson, de 83 años.
Zogby dijo que la entrevista con Patterson no dio muchos resultados, debido a su edad y frágil memoria. La madre del asesino no sabía si su hijo había realmente recibido una citación judicial.
Vargas murió a tiros la madrugada del sábado sin explicar qué lo motivó a cometer la peor masacre en la historia de Hialeah.
A lo largo del sábado, tanto los vecinos como las autoridades seguían armando el complejo retrato de este hombre de perfil bajo que mató a cinco de sus vecinos del edificio Todel Apartments, además de un padre de familia que se estacionaba al frente del edificio.
Los registros públicos indican que Vargas llegó a Estados Unidos en 1997. Para el 2004, el cubano obtuvo la ciudadanía estadounidense y se registró como votante del Condado Miami-Dade. Al igual que su madre, era demócrata y un votante activo.
Tras la masacre, los detectives de Hialeah registraron el apartamento y encontraron evidencia de que Vargas había encendido un montón de billetes. No está claro cuánto dinero quemó, aunque su madre dijo a las autoridades que Vargas había vaciado la cuenta de ahorros que compartían.
Eran como $10,000, de acuerdo con las autoridades.
Pero pocos vecinos sabían de la vida profesional de Vargas, quien se desplazaba en un Toyota Corolla color blanco. En realidad, muchos creían que trabajaba en un gimnasio por su vestuario regular de shorts y zapatos de ejercicio. Corría o hacía ciclismo diariamente.
Pocos vecinos sabían que Vargas vivía con su madre, Esperanza Patterson, de 83 años.
Zogby dijo que la entrevista con Patterson no dio muchos resultados, debido a su edad y frágil memoria. La madre del asesino no sabía si su hijo había realmente recibido una citación judicial.
Los registros de la Corte Civil de Miami-Dade no indican que Vargas había sido demandado.