El film de propaganda Zero Dark Thirty fracasó anoche en los Óscar. Los críticos aseguran que es el resultado de un rechazo hacia la politizada narrativa de la película.
La cinta provocó indignación en demócratas y republicanos de Washington dado su fomento a la tortura.
La cinta provocó indignación en demócratas y republicanos de Washington dado su fomento a la tortura.
Los congresistas alegaron que el gobierno de Obama filtró informes clasificados de inteligencia para ayudar a hacer la película, según reporta Reuters.
Zero Dark Thirty, una adaptación fílmica del supuesto asesinato de Osama Bin Laden, fue condenada por legisladores como “inadecuada y engañosa” por sugerir que la tortura ayudó en el descubrimiento del líder de Al Qaeda.
El material promocional de la película comenzó a circular antes de la elección presidencial del año pasado, llevando a algunos a acusar al gobierno de Obama, que trabajó estrechamente con los cineastas, de tratar de utilizar el asesinato de Bin Laden con fines políticos.
La CIA autorizó directamente al escritor de la película, Mark Boal, a realizar entrevistas a funcionarios de la Agencia, oficiales militares y funcionarios de la Casa Blanca sobre la operación. Boal habría recibido información clasificada durante estas entrevistas.
Pese a que frecuentemente menciona “amenazas a la seguridad nacional” como justificación para sus reservas, la CIA no parecía muy preocupada esta vez por entregar información sensible en una especie de operación de relaciones públicas.
A pesar de que promovía la tortura, muchos aplaudieron la cinta, entre los que se cuenta el controvertido Michael Moore.
Zero Dark Thirty, una adaptación fílmica del supuesto asesinato de Osama Bin Laden, fue condenada por legisladores como “inadecuada y engañosa” por sugerir que la tortura ayudó en el descubrimiento del líder de Al Qaeda.
El material promocional de la película comenzó a circular antes de la elección presidencial del año pasado, llevando a algunos a acusar al gobierno de Obama, que trabajó estrechamente con los cineastas, de tratar de utilizar el asesinato de Bin Laden con fines políticos.
La CIA autorizó directamente al escritor de la película, Mark Boal, a realizar entrevistas a funcionarios de la Agencia, oficiales militares y funcionarios de la Casa Blanca sobre la operación. Boal habría recibido información clasificada durante estas entrevistas.
Pese a que frecuentemente menciona “amenazas a la seguridad nacional” como justificación para sus reservas, la CIA no parecía muy preocupada esta vez por entregar información sensible en una especie de operación de relaciones públicas.
A pesar de que promovía la tortura, muchos aplaudieron la cinta, entre los que se cuenta el controvertido Michael Moore.
El cineasta negó que la película hiciera apología de la tortura, una postura sin sustento ya que los personajes principales del film no son castigados, sino venerados por obtener su información a través de tales métodos.
El director Kathryn Bigelow y el escritor Mark Boal afirmaron que basaron la película “en testimonios de primera mano sobre acontecimientos verdaderos”, lo cual es insólito dado el constante cambio de la versión oficial que ha tenido la muerte de Bin Laden.
El director Kathryn Bigelow y el escritor Mark Boal afirmaron que basaron la película “en testimonios de primera mano sobre acontecimientos verdaderos”, lo cual es insólito dado el constante cambio de la versión oficial que ha tenido la muerte de Bin Laden.
A inicios de este mes, el Navy SEAL que afirma haber disparado a Bin Laden dijo que el líder terrorista sí usó a su “esposa” como escudo humano, contradiciendo la versión de la Casa Blanca de que la mujer no estaba casada con Osama ni fue utilizada para ese propósito.
Numerosas otras inconsistencias sobre el acontecimiento, como la inhabilidad de Obama y Hillary Clinton para poder ver la operación “en vivo” según exhibía un par de imágenes publicadas por el gobierno, también emergieron días después de la muerte anunciada de Bin Laden.
El argumento que promueve la tortura contradice el hecho documentado de que tales prácticas no funcionan, sino que dañan investigaciones sobre terrorismo y producen pistas falsas.
“El punto es que estas técnicas han dañado nuestra imagen alrededor del mundo”, dijo el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Dennis C. Blair, en 2009.
Numerosas otras inconsistencias sobre el acontecimiento, como la inhabilidad de Obama y Hillary Clinton para poder ver la operación “en vivo” según exhibía un par de imágenes publicadas por el gobierno, también emergieron días después de la muerte anunciada de Bin Laden.
El argumento que promueve la tortura contradice el hecho documentado de que tales prácticas no funcionan, sino que dañan investigaciones sobre terrorismo y producen pistas falsas.
“El punto es que estas técnicas han dañado nuestra imagen alrededor del mundo”, dijo el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Dennis C. Blair, en 2009.
“El daño que han hecho a nuestros intereses superan con creces el beneficio que nos han dado, y no son esenciales para nuestra seguridad nacional”.
El rechazo hacia Zero Dark Thirty en los Óscar podría fortalecer, de alguna manera, la idea de que la tortura es un método reservado para dictaduras barbáricas, completamente aborrecibles para los principios que fundaron Estados Unidos.
El rechazo hacia Zero Dark Thirty en los Óscar podría fortalecer, de alguna manera, la idea de que la tortura es un método reservado para dictaduras barbáricas, completamente aborrecibles para los principios que fundaron Estados Unidos.