Mientras monedas fuertes como el dólar y el euro sufren embates por
la crisis económica mundial provocada en parte por las políticas de
globalización neoliberal que las grandes potencias han impuesto al
mundo, el sucre, una moneda virtual de intercambio utilizada por varios
miembros del ALBA ha comenzado, poco a poco, a abrirse paso.
La
crisis económica y política en que se ha desenvuelto la administración
de Barack Obama, cuyo último capítulo resultó la lucha entre
republicanos y demócratas para aumentar el techo de la deuda y evitar el
impago de 9,6 billones de dólares, ha puesto nuevamente a pensar a
muchos gobiernos en la importancia de separarse un poco más del dólar
como moneda de intercambio.
A última hora, tras profundas
tensiones, el Congreso aprobó elevarla. En caso contrario, Estados
Unidos hubiera entrado en recesión con estremecimiento en los mercados
financieros globales; caída del dólar respecto a otras monedas y más
dudas sobre el billete verde como moneda de reserva internacional.
Asimismo, los graves problemas de endeudamiento público y fiscales en
que cayeron naciones de la zona euro como Irlanda, Grecia y Portugal,
las amenazas de que el mismo derrotero lo sigan España e Italia, han
motivado desconfianzas en varios Estado en buscar refugio en la moneda
euro para las transacciones comerciales.
China, Rusia, Brasil,
Argentina, Sudáfrica, Corea del Sur, Malasia, Venezuela y otros países
con economías importantes han estado trabajando en diversificar sus
comercios con el uso de una canasta de monedas y así zafarse de las
ataduras del dólar.
China y Rusia en noviembre de 2010
renunciaron al billete verde en las transacciones del comercio bilateral
y comenzaron a usar sus propias divisas con la finalidad de proteger
sus economías nacionales.
Ambas naciones utilizaban,
especialmente el dólar, en sus intercambios pero desde la crisis
financiera mundial, funcionarios chinos y rusos exploraron posibilidades
para blindar a sus economías de los embates de una crisis a la cual aun
no se le ve el fin.
Brasil y Argentina recurrieron al renmimbi
(yuan) en sus transacciones directas con China, que alcanzan los 120
millones de dólares. Venezuela fue de los primeros en realizar su
intercambio en esa moneda con la nación asiática, mientras Perú, Bolivia
y Chile realizan gestiones en ese sentido.
Una parte importante del
comerico chino-indio se lleva a cabo mediante el yuan y la rupia.
Corea del Sur, Malasia, Belarús e Indonesia se han beneficiado con el
uso del renmimbi en los negocios con China. En la lista de las naciones
que buscan refugio en otras monedas aparecen Siria, Irán y en menor
grado los países árabes petroleros.
Otro desafío de unión
monetaria es el que estan llevando a cabo las naciones integrantes de la
Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que
instauraron el Sistema Unitario de Compensación de Pagos (SUCRE) para
sus intercambios internos.
En 2010, Bolivia, Cuba, Ecuador y
Venezuela comenzaron a realizar operaciones con el SUCRE, las cuales
rondaron ese año los 40 millones de dólares.
La moneda virtual
se posiciona entre el sector industrial y las pequeñas, medianas y
grandes empresas y cooperativas de Venezuela, Cuba, Ecuador y Bolivia,
como una opción ágil, segura y confiable para el intercambio comercial,
donde prima el respeto a la soberanía, complementariedad productiva y la
solidaridad.
Un documento emitido por el Banco Central de
Venezuela (BCV) asegura que se prevé para el segundo semestre de 2011,
un aumento relevante en el número de operaciones y transacciones bajo
ese sistema monetario.
Un dato de interés lo aportó
recientemente el vicepresidente del BCV, Eudomar Tovar cuando señaló que
entre 2010 y 2011 se incrementaron de seis a 77 los negocios mediante
ese nuevo medio de pagos.
Tovar, además presidente del Consejo
Monetario Regional (CMR) informó que el monto negociado para los
primeros seis meses del 2011 se eleva a 144 millones de sucres lo cual
augura que se cumplirá la meta para este año de 300 millones.
Para Tovar, el SUCRE ha tenido una buena acogida por parte de los
sectores empresariales de los países que integran este mecanismo, pues
reduce los costos de las transacciones, acorta los tiempos de pago,
permite un ahorro de divisas y estimula una mayor oferta exportable.
Cada vez son más los productos que se agregan a los intercambios entre
los que aparecen aceite crudo de palma, textiles, medicinas para consumo
humano y veterinario, llantas, desperdicio de papel, plásticos, libros,
neumáticos, atún pre-cocido, bobinas laminadas, urea, arroz, leche en
polvo y vehículos automotores.
En Venezuela varias entidades
fueron habilitadas para actuar como Bancos Operativos Autorizados del
SUCRE, entre estos los estatales de Comercio Exterior, de Venezuela
Industrial, del Tesoro y Bicentenario, así como el privado Banesco.
Por su parte, el Gobierno de Ecuador anunció que todo el comercio que
realicen entidades públicas de su país con Venezuela será a través del
SUCRE. Cuba desde el principio adoptó ese mecanismo y Bolivia marcha en
el mismo objetivo.
Como afirmó el presidente bolivariano Hugo
Chávez, el Sucre, junto al Banco del ALBA y el Banco del Sur, se
encaminan hacia una nueva arquitectura financiera, alejada de los
dictámenes del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
El
desafío de integración esta en marcha y las alternativas surgen por
doquier con miras a reducir la preponderancia del dólar en el comercio
internacional.