Los astrónomos por primera vez lograron detectar el tipo de estrellas débiles, denominadas 'enanas rojas', en otras galaxias.
El descubrimiento puede ayudar a resolver varios problemas de la ciencia moderna, incluidos los de la materia oscura y la vida extraterrestre.
Según la primera clasificación de las galaxias propuesta por el emérito astrónomo estadounidense Edvin Hubble, las galaxias en el Universo se atibuyen a tres clases distintas: espirales, elípticas e irregulares.
Actualmente esta clasificación está ampliada y completada, pero se cree que las elípticas son las más grandes, pueden alcanzar tamaños enormes como el resultado de la coalición y fusión de galaxias.
Hasta hace poco se creía que las mayores de estas pueden contener más de un billón de estrellas (mientras que nuestra Vía Láctea, que pertenece a las espirales, está compuesta por 'tan sólo' 400.000 millones de astros).
Sin embargo, resultó que la cantidad de las estrellas en las galaxias elípticas se había calculado de manera incorrecta. Resultó que ellas albergan no un billón, sino de 5 a 10 billones.
Esto significa que en el Universo entero hay aproximadamente tres veces más astros de lo que fue calculado anteriormente.
Así opina Peter van Dokkum y sus colegas de la Universidad de Yale, EE. UU.
Su trabajo fue publicado en la revista Nature.
Las estimaciones con las que la ciencia había contado antes del hallazgo de los astrónomos estadounidenses, están vinculadas con los llamadas 'enanas rojas', cuerpos celestes pequeños cuyas masa y diámetro son inferiores a una tercera parte del Sol, y el máximo de su radiación está en la zona roja del espectro.
Su luz es aún más débil que la luz solar, por eso éstas son muy difíciles de registrar.
Y hace poco los investigadores podían detectarlos solamente en nuestra galaxia, por eso no se podía considerar su cantidad real.
Sin embargo, se sabía que son la clase más común en la galaxia, al menos en la vecindad del Sistema Solar.
Los astrónomos, utilizando los telescopios en el observatorio Keck, Hawaii, EE. UU., lograron detectar la radiación de los astros en los núcleos de ocho galaxias elípticas, distanciadas de la Tierra a 50-300 millones de años luz.
Las observaciones mostraron que este tipo de estrellas son más comunes en otras galaxias que lo esperado.
Esto sugiere la conclusión de que hay en el Universo menos materia oscura de lo que se creía (esta sustancia no puede ser detectada directamente, pero su existencia se deduce de su supuesta influencia gravitatoria sobre el espacio).
Además, los mencionados cuerpos celestes tienen un período de existencia muy largo, cientos de veces más largo que el del Sol.
Si en un planeta alrededor de una estrella de esa clase surgiera la vida, es mucho más probable que se desarrollara y floreciera que en los sistemas planetarios alrededor de las estrellas del tipo solar, porque para el desarrollo de la vida hasta niveles complejos se requieren miles de millones de años de evolución, según la ciencia moderna.
El planeta extrasolar Gliese581g, que es uno de aquellos que podrían albergar la vida, pertenece a un sistema planetario de una 'enana roja'.
Además, el mismo hecho de que en el Universo hay tres veces más de estas estrellas, matemáticamente aumenta la probabilidad de encontrar un planeta apto para la vida.
Articulo completo en: http://actualidad.rt.com/ciencia_y_tecnica/cosmos/issue_17446.html
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