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Detrás de los acontecimientos de Tunés están EEUU y gobiernos europeos, afirma experto


AVN / Verónica Morales – Las revueltas y protestas populares que se han escenificado en Egipto, Túnez y Yemen a juicio del periodista estadounidense, Webster Tarpley, tiene una misma raíz, la nueva revolución de los colores de la CIA (Agencia Central de Inteligencia por sus siglas en inglés). 

El primero en encender las calles fue el pueblo tunecino, con protestas desde la semana pasada, en las que se exigió la salida del mandatario Ben Alí hasta que este huyó hacia Arabia Saudi.

Luego fue Egipto tras una segunda jornada de protestas que continuó hoy donde se han contabilizado cinco personas fallecidas.

Además, varios heridos, de los cuales tres personas debieron ser hospitalizadas, mientras que en El Cairo fueron detenidos varios periodistas según nota del portal del diario El País de España.

Los comunicadores -reportó el diario- fueron arrestados por “intentar agitar a las masas y crear la confusión en las calles”.

Días atrás, el presidente Barack Obama instó públicamente a seguir el ejemplo de la llamada “revolución jazmín” de Túnez en otros países norfaricanos y del Medio Oriente.

Entretanto el líder libio Muhamar Gadaffi reveló que detrás de los acontecimientos tunecinos estaban EEUU y otros gobiernos europeos.

Según el periodista norteamericano Tarpley en su artículo publicado en el portal antiimperialista.blogia y titulado: “El peligro es muy grande en Túnez”, las fuerzas que derrocaron al presidente Ben Alí no tienen organización política que las representen en la sociedad.

Tarpley indicó que en Túnez la conocida Revolución de los Jazmines, tiene como norte “instalar en el poder marionetas más agresivas contra Rusia, China e Irán (…) El Imperio pretende nuevos gobiernos más agresivos contra dichos países y más favorables a sus intereses”.

En tanto las revueltas en esa región forman parte de la campaña desplegada por Estados Unidos tanto en Oriente Medio y África cuyo objetivo busca la reorganización estratégica del imperio frente a China, Rusia e Irán.

Ahora, la inestabilidad aparece en Yemen, donde decenas de miles de personas se han concentrado en cuatro puntos de la ciudad capital, tras ser convocados por los principales grupos opositores y los medios transnacionales de comunicación le dan promoción.

El objetivo del encuentro es al igual que en Túnez y Egipto pedir la dimisión del jefe de estado Ali Abdalá Saleh, y que además no se presente a una nueva reelección.

Al respecto el portal del País de España aseguró que miles de yemeníes reunidos frente ala Universidad de Saná, arengan consignas como: “La gente quiere un cambio de presidente”.
Similar a los casos de Túnez y Egipto los manifestantes exigen cambios políticos y mejoras en las condiciones de vida.

Sin embargo como lo explicó el analista político Thierry Meyssan, en su artículo publicado por la Red Voltaire y titulado: “Canalizar la rabia del pueblo tunecino para que todo siga como antes” las protestas están profundamente manipuladas por occidente.

“Una buena prueba de ello son los ataques de la plataforma de hackers Anonymous (una pantalla de la CIA) contra la página web del gobierno tunecino”, puntualizó.

Además afirmó que “el objetivo de la injerencia occidental sería el de canalizar la rabia y el descontento de la población tunecina, con el objetivo de hacerlo inofensivo y que no ponga en peligro el actual modelo político y económico de Túnez, muy rentable para los intereses de occidente”.

Advirtió que occidente ha decidido “sacrificar pequeñas cosas” como el mandatario Ben Alí o algún otro alto cargo del antiguo gobierno, con tal de lograr sus objetivos.

Paralelamente, desde mediados de enero, miles de jordanos han salido a las calles a manifestarse y exigir al rey Abdalá II la dimisión del Gobierno dirigido por el primer ministro, Samir Rifai, “al que consideran responsable de la subida de los precios” según un reporte de Telemedellín.

El impacto de la crisis mundial capitalista desencadenada por la crisis financiera en EEUU con las consecuencias en toda la zona Euro ha comenzado a surtir mayores efectos sociales en los países dependientes al capital transnacional y a las instituciones financieras que desde 2008 se encuentran volcadas en salvar a banqueros y entes financieros, sobre todo en el llamado mundo desarrollado del norte.

Si bien estos fuertes impactos de la crisis global se producen sobre todo el mundo subdesarrollado o en vías de desarrollo conformado por más de 130 países, sólo unos pocos han sido objeto de atención por los medios transnacionales de la comunicación que con su labor alientan cualquier protesta o los hechos fortuitos en torno a los cuales se desatan las pasiones acumuladas en tantos años de dependencia, frustraciones y pobreza.

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