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Feministas catalanas defienden la laicidad: "Fuera los rosarios de nuestros ovarios"

Tres días antes de la llegada del Papa Benedicto XVI a Barcelona, el pasado jueves comenzaron los actos de protesta convocados, principalmente, por colectivos de mujeres, feministas, gays y ateos. A las 19 horas, en la plaza Sant Jaume, se convocó el acto central de la protesta, una concentración organizada por 60 entidades bajo el lema “En defensa de la laicidad, yo no te espero”. Entre los convocantes estuvieron Ateos de Catalunya, que defendieron que “más de 1,5 millones de catalanes son ateos” y que también lo son “más de la mitad de los jóvenes catalanes”.

El domingo, día que el Papa llegó a la ciudad, los colectivos de feministas hicieron una manifestación a las 11h en la plaza Universidad de Barcelona con el lema "Fuera los rosarios de nuestros ovarios!".

También el domingo por la mañana, grupos de defensa de los homosexuales como Lambda y la Coordinadora Gai Lesbiana convocaron una besada bajo el lema “Morrearse ante el Papa" que se hizo ante la catedral de Barcelona “en defensa de los derechos sexuales y afectivos” de dicho colectivo. La convocatoria fue censurada por Facebook.

Colectivos de mujeres feministas se han reunido durante semanas en Ca la Mujer para redactar y aprobar el manifiesto “Las Mujeres no te esperamos”, con el que expresan el desacuerdo con la visita a Barcelona del máximo representante de la Iglesia Católica. Si bien el título del manifiesto dice “Las Mujeres”, en general, las firmantes consideraron importante singularizar las posiciones y mostrar frases como por ejemplo: “nosotros no te esperamos” o “yo no te espero”, porque hay muchas mujeres que sí que esperan al Papa. La reprobación que expresan las mujeres feministas se dirige al Papa y la jerarquía eclesiástica, no a las personas creyentes, afirman desde Ca la Mujer.

Las mujeres feministas de Catalunya afirman en el manifiesto que no reconocen al señor Ratzinger ninguna autoridad, ni política ni moral sobre ellas. La llegada del papa Benedicto XVI a la ciudad les provoca rechazo e indignación por diferentes razones, como la ingerencia en la salud y el cuerpo de las mujeres, sus derechos sexuales y reproductivos, y “la vulneración y negación del derecho a la autodeterminación sobre nuestro cuerpo”.

Ofensiva de la Iglesia contra la libertad sexual y reproductiva

El documento aporta datos sobre las muertes de mujeres debido a los abortos inseguros y clandestinos alrededor del mundo. Las mujeres feministas denuncian el poder de la Iglesia sobre los gobiernos en la elaboración de las políticas; recuerdan que “la ofensiva de los últimos años contra el derecho a decidir de las mujeres sobre sus capacidades reproductivas y contra las clínicas de aborto fue liderada por E-Cristians, una plataforma ultracatólica y ligada a la cúpula vaticana, creada el 1999 por Josep Miró i Ardèvol”.

El manifiesto elaborado a Ca la Mujer y suscrito por mujeres feministas de diversos ámbitos denuncia “la hipocresía de la Iglesia Católica cuando se manifiesta a favor de la “vida” (qué vida?) y en cambio rechaza las investigaciones científicas relacionadas con el tratamiento de diversas enfermedades; no se ha manifestado nunca abiertamente en contra de la aplicación de la pena de muerte; prohíbe el uso de preservativos, incluso en poblaciones donde el sida es la causa primera de mortalidad; niega el derecho a una muerte digna y la eutanasia…”.

Se denuncia también la impunidad de la que se goza aún entre los miembros de la comunidad eclesiástica que han cometido delitos de violación y abuso sexual a menores. Las mujeres feministas exigen explícitamente “que las personas responsables sean juzgadas, y lo sean en tribunales ordinarios”.

Los privilegios y el funcionamiento de la jerarquía eclesiástica

La estructura machista y patriarcal de la Iglesia Católica, afirma el manifiesto, es “un agravio histórico hacia las mujeres”. La argumentación de Ca la Mujer lo cuenta: así “Además de negar el sacerdocio femenino, el Vaticano ha perseguido a las cristianas disidentes que propugnan un funcionamiento interno horizontal de la Iglesia y una lectura no machista de la Biblia”. En manifiesto, las firmantes expresan su apoyo “a los colectivos de cristianas y cristianos de base que, como Católicas por el Derecho a Decidir o Mujeres en la Iglesia , luchan por una democratización real de la institución”. Y puntualizan: “Rechacemos la misoginia de todos los fundamentalismos religiosos, del signo que sea”.

Las mujeres feministas critican la financiación pública de la Iglesia Católica y “los gastos generados para recibir el señor Ratzinger”. Reivindican y exigen, en el manifiesto, un estado laico, “un Estado respetuoso de la libertad de conciencia y basado en la separación de la iglesia y el Estado, lo que exige, en primer lugar, la ruptura del concordato que vincula el Estado español con el Vaticano y que viene de la dictadura franquista”.

FUENTE:
http://elmercuriodigital.es/content/view/31025/54/

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