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Vieques: la isla acribillada


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Fecha de Publicación:
Viernes 12 de Enero de 2010
Autor:
Silvio González
 
 
 
El 75 por ciento de la población de Vieques promueve una demanda judicial para ser indemnizados por el Gobierno estadounidense por daños causados al utilizar ese territorio puertorriqueño como polígono de tiro durante 62 años.

Por más de 200 días cada año desde 1941 hasta el 2003, la Marina de Guerra usó a esa diminuta isla caribeña para ejercicios de entrenamiento militar y pruebas con municiones sin consentimiento de la población local, que vio infectados sus recursos naturales y la salud de sus  empobrecidos habitantes.

La Marina se ha negado a revelar la lista completa de las cantidades de materiales utilizados en la isla y en el mar durante pruebas con armamentos de guerra de todo tipo.
Solamente entre 1984 y 1998 dejaron caer más de 80 millones de libras de bombas en ese lugar.

Académicos prestigiosos de la Universidad de Yale, de Georgia, de Puerto Rico, del Colegio de Ingenieros de San Juan y del Colegio de Médicos y Cirujanos  que presentaron sus descubrimientos a las cadenas NBC y CNN han demostrado que el agua, la tierra, el aire, y los alimentos están en contacto con altos niveles de metales pesados y otros contaminantes.

En esa isla,  que es la más contaminada de todas las existentes en la Cuenca del Caribe, existe un 30 por ciento de mayor incidencia de enfermedades cancerigenas y un 25 por ciento mayor de mortalidad infantil, afirma en un amplio reportaje televisivo la cadena CNN.

También tienen un 60 por ciento más de envenenamiento por metales, un 95 por ciento mayor por cirrosis hepática, un 381 por ciento mayor por hipertensión y un 41 por ciento mayor de diabetes, asegura la doctora Carmen Ortiz Roque, epidemióloga de la Universidad de Harvard.

Historia de una tragedia.

La municipalidad de Vieques ocupa una isla al este de Puerto Rico y fue habitada por diferentes grupos indígenas suramericanos por más de mil  500 años antes de la llegada de la colonización española.

Desde 1514 los aborìgenes taínos resistieron el dominio español y en 1811 se fundó el pueblo de Vieques, el cual prosperó mucho durante décadas con el establecimiento de seis importantes centrales azucareros.

En 1939, Estados Unidos expropió el 72 por ciento del territorio viequense para establecer una base militar y a partir de entonces la Marina de Guerra utilizó la parte oriental de la isla como polígono para prácticas militares.

La parte occidental se destinó también como depósito  secreto de materiales de guerra importados desde Estados Unidos sin el consentimiento, ni la supervisión de la población local.

Los habitantes de Vieques fueron forzados a vivir en una franja de tierra en la parte central de la isla y su principal sustento, la pesca, fue restringida por las constantes y dañinas maniobras bélicas.

En 1947, la mitad de los viequenses se vio forzada a emigrar a Puerto Rico, o a Estados Unidos.

Desde hace muchos años distintos estudios han documentado la presencia de contaminantes orgánicos, inorgánicos y radioactivos tales como el arsénico, aluminio, boro, cadmio, plomo y mercurio, entre otros, según un estudio de 1999.

La Marina, en febrero de 1999, admitió haber utilizado materiales radioactivos, como por ejemplo el ''uranio empobrecido'', por lo que se han documentado niveles radioactivos que exceden lo normal en un 200 por ciento.

Además probó armamentos con sustancias altamente tóxicas como el NAPALM, el desfoliador Agente Naranja, el fósforo blanco y distintos tipos de explosivos y pesticidas.

El doctor Jorge Colón, de la Universidad de Puerto Rico, descubrió en 1999 que el 34 por ciento de la población tenía en sangre niveles tóxicos de mercurio, el 55 por ciento estaba contaminado con plomo, el 69 por ciento con arsénico y cadmio, el 90 con aluminio y el 93 con antimonio.

La niña Milivy Adams, de sólo cinco años de edad, murió de neuroblastoma, una enfermedad cancerigena que en Estados Unidos sólo ocurre en uno de cada 100 mil habitantes.

Cuando se enferman, los viequenses tienen que viajar varias horas por barco y en autobús hasta Puerto Rico para recibir quimioterapia porque no hay clínicas en Vieques que ofrezcan este tratamiento.

El diario El Nuevo Día, informó que el Pentágono admitió que utilizó secretamente la sustancia ''fosfato de trioctilo'' sobre sus propias tropas para conocer sus efectos en los humanos.

La situación de salud de los viequenses y sus reclamos legales también fueron el eje de un amplio reportaje de la revista Time en septiembre de 2009 donde se señala que las prácticas militares han producido una grave destrucción a los ''manglares, lagunas, playas, cocoteros y otros recursos naturales''.

El Profesor José Seguinot Barbosa, Director del Departamento de Geografía de la Universidad de Puerto Rico, en su estudio titulado, ''Vieques, ecología de una isla acosada'', sostiene que ''la punta este de la isla donde la Marina realiza sus prácticas de bombardeos indiscriminados constituye una región con más cráteres por kilómetro cuadrado que la Luna.''

En el mismo trabajo plantea, que ''la destrucción de los recursos naturales y humanos se lleva a cabo violando las normas básicas del derecho internacional y de los derechos humanos y que a nivel federal y estatal se violan las leyes de manejo de la zona costera, de la calidad del agua, del ruido, de recursos subacuáticos y arqueológicos, así como del uso del terreno, entre otros.''

El ingeniero, Rafael Cruz Pérez, en un artículo titulado, Contaminación producida por explosivos en Vieques, describe la situación del Cerro Matías que fue la zona principal de tiro de la Marina como un campo de batalla durante la primera guerra mundial, donde el suelo y gran parte de la capa vegetal han sido reducidos a polvo, donde se notan fragmentos de proyectiles, al igual que proyectiles que no estallaron y asegura que ese lugar puede ser considerado como un depósito gigantesco de peligrosos desperdicios sólidos.

Añade que, de acuerdo a información dada por la Marina este material nunca es removido, sino que es detonado o simplemente tapado con tierra y que bajo los efectos de explosiones subsiguientes, las brisas marinas, y la meteorización natural, los metales son oxidados convirtiéndose en productos que pasan a contaminar el ambiente.

En 2003, después de una fuerte presión pública la Marina salió de Vieques mientras que hoy el gobierno del presidente Barack Obama, a través del Departamento de Justicia, ha reclamado ''inmunidad'' para tratar de cancelar un proceso judicial que puede costarle prestigio y muchos millones de dólares.

''Sin salud no hay paz'', advirtió sin embargo Roberto Rabín, portavoz del Comité Pro Rescate y Desarrollo de Vieques.

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