Asesinados por el gobierno de EEUU
El 18 de Junio de 1953 un gran número de personas se congrega en la Estación Pennsylvania de Nueva York para viajar a Washington a protestar por la ejecución de Julius y Ethel Rosenbeng, que tendrá lugar al día siguiente
Un matrimonio estadunidense con pocos amigos fue ejecutado por vender a la Unión Soviética secretos de la bomba atómica. ¿No fue su juicio una trampa? ¿No fueron ellos los chivos expiatorios de la incompetencia de los altos niveles?
Multitud de policías tenían la misión especial de vigilar la lóbrega cárcel Sing-Sing de Nueva York, antes del ocaso del viernes 19 de junio de 1953.
Adentro, un grupo de seis hombres del FBI, equipados con dos líneas telefónicas a Washington, esperaban en un puesto secreto, con la esperanza de que Julius Rosenberg o su esposa Ethel prefirieran confesar sus actividades de espionaje a ser ejecutados.
Unos 50 km al sur, una multitud de 7.000 personas se reunió en la Union Square de Nueva York para estar en vela.
Afuera de la Casa Blanca, algunos pedían indultar a la pareja, los únicos estadunidenses sentenciados a muerte por espionaje en tiempos de paz, mientras otros portaban feroces e implacables pancartas que rezaban: "¡Muerte a las ratas comunistas!"
Luego de que 112 jueces participaron en 23 apelaciones, incluyendo siete a nivel de la Corte Suprema, la ejecución dictada dos años antes se llevaría a cabo. Como la hora de la ejecución, las 23:00, era en pleno sabbath judío, la sórdida acción fue adelantada.
Cuando Julius Rosenberg fue conducido a la iluminada cámara de la muerte poco antes de las 20:00, estaba pálido y ojeroso. Le temblaron las rodillas al ver la silla eléctrica, pero no dijo nada. Estuvo silencioso desde su declaración de esa mañana, que concluía así: "Nunca los dejes cambiar la verdad de nuestra inocencia" Luego de las acostumbradas descargas eléctricas, una corta y dos largas, se le declaró muerto a las 20:06. Poco después se ejecutó a Ethel Rosenberg. Dejaron a dos hijos, de 6 y 9 años.
¿Maestros del engaño?
Para J. Edgar Hoover, director del FBI, el caso Rosenberg era "el crimen del siglo". Supuestamente, Julius Rosenberg era el organizador de una red de espionaje, tal vez dos, que permitieron a la Unión Soviética desarrollar su propia bomba atómica muchos años antes de que lo pudieran hacer sin ayuda, cambiando así el balance de fuerzas del mundo.
El pasado de Julius Rosenberg y Ethel Greenglass no indicaba que estuvieran destinados a la notoriedad internacional. Ambos eran primogénitos de familias pobres que pugnaban por subsistir en el barrio neoyorquino Lower East Side durante los peores años de la Depresión.
Dotado intelectualmente, Julius Rosenberg ingresó al City CoIlege de Nueva York a los 16 años, especializándose como ingeniero a pesar de que su padre quería que fuera rabino. Luego, indignado por el nazismo alemán y preocupado por la desigualdad social y racial en los Estados Unidos, se sintió atraído por los ideales del Partido Comunista y descuidó sus estudios para ser activista de la Liga de los Jóvenes Comunistas.
Mientras, Ethel Greenglass tuvo que dejar la escuela para trabajar como secretaria en una compañía naviera a los 15 años, con un salario de siete dólares semanales. Se le despidió cuatro años después por organizar una huelga de 150 mujeres, pero su queja ante el Consejo de Relaciones Laborales fue apoyada.
Una noche, durante una fiesta a beneficio del Sindicato Internacional de Marinos, Ethel conoció y se enamoró de Julius, tres años menor que ella.
La suya fue una apasionada devoción que, a pesar de la persecución y de la inminente muerte, nunca menguó.
Ella lo estimuló a obtener su título de ingeniería en 1939, poco antes de casarse. En 1940 Julius fue contratado como ingeniero civil en el Servicio de transmisiones del ejército. Un año después se le promovió a ingeniero inspector, trabajo que exigía viajar por Nueva York y Nueva Jersey, pero que también significaba un aumento salarial. Durante esos años la pareja se afilió al Partido Comunista, junto con el hermano menor de Ethel, David Greenglass.
En 1943, cuando nació su primer hijo, los Rosenberg aparentemente salieron del partido, pero dos años después el servicio de transmisiones despidió a Julius por negar que había sido comunista.
El 28 de agosto de 1948, la Unión Soviética probó su primera bomba atómica. Al año siguiente, un agente de contrainteligencia del FBI descubrió que el servicio secreto ruso, la KGB, tenía un informe del Proyecto Manhattan, el plan secreto de los EEUU para desarrollar la bomba atómica.
Fue escrito por Klaus Fuchs, brillante físico de origen alemán que trabajó en el proyecto de Los Álamos, Nuevo México, y fundó luego un laboratorio en el Instituto Harwell de Investigación Atómica, en Inglaterra. Confesó haberse unido al Partido Comunista en Alemania desde 1933 para oponerse al nazismo y que espiaba para los rusos desde que escapó a Inglaterra y consiguió empleo en el programa inglés de investigación atómica.
Cuando Fuchs fue transferido a los EEUU, estableció contacto con un mensajero al que Ilamaba Raymond.
En 1945, cuando era ya evidente que Alemania no desarrollaría una bomba atómica, Fuchs, al igual que otros científicos, puso en duda los objetivos de los EEUU y las consecuencias de una carrera de armamento nuclear.
Finalmente, dio a Raymond documentos que describían la capacidad destructiva, la secreta experiencia de la fabricación y algunos importantes datos técnicos de lo que había sido la primera bomba atómica que se probó en el desierto de Nuevo México.
Con los informes de Fuchs, el FBI cercó a Raymond, que resultó ser un químico llamado Harry Gold, y comenzaron a aparecer los indicios de una conspiración.
Según Gold, su "control", o espía maestro, era Anatoli Yakovlev, vicecónsul soviético en Nueva York. Gold confesó que, por órdenes de Yakovlev, viajó a Nuevo México en 1944 para ver a David Greenglass, que era mecánico en el proyecto de Los Álamos.
Se supo que el joven cuñado de Julius Rosenberg recibió 500 dólares por esquemas del mecanismo de detonación, moldes de lentes y estructura interna de la bomba atómica. ¿Por qué David Greenglass y su esposa Ruth confiaron en Raymond? Luego confesaron que el extraño llegó con una identificación en clave de Julius Rosenberg.
Mientras Gold hablaba con los agentes del FBI, Rosenberg, según su cuñado, estaba planeando salir del país con su familia e instaba frenéticamente a los Greenglass a huir, ofreciéndoles 4.000 dólares para el escape.
Nadie se movió con suficiente rapidez. El 15 de junio de 1950 Greenglass fue capturado por el FBI y confesó su papel en la conspiración, implicando a su cuñado. Julius fue arrestado el 17 de junio. Ethel fue inesperadamente Ilevada en custodia el 11 de agosto. No se le concedió tiempo ni siquiera para arreglar que alguien cuidara de sus hiios.
Conspiración de las sombras
A pesar de que los agentes dijeron que Rosenberg era el líder de la red de espionaje, no se obtuvo evidencia sólida. Sin embargo, crecieron las sospechas. Dos amigos de su época de estudiante, uno de ellos mencionado en ciertos documentos soviéticos, desaparecieron de pronto. Otro amigo universitario, Morton Sobell, huyó con su esposa a México, pero fue entregado al FBI y, como los Rosenberg, se le acusó de conspirar para cometer espionaje.
Pero, ¿qué logró esta "red"? ¿Qué "secretos" fueron entregados al enemigo?
La razón por la que tantas personas dudan de la validez del caso del gobierno contra los Rosenberg y Sobell es la falta de pruebas sólidas, aunada a la confiabilidad del testimonio de los Greenglass.
Algunos observadores piensan que éstos atestiguaron en contra de los Rosenberg para salvarse a sí mismos.
¿Peor que el asesinato?
En opinión de muchos, el juicio iniciado el 6 de marzo de 1951 no dio respuestas definitivas. Los dos Rosenberg prefirieron atestiguar en su propia defensa y declararon obstinadamente su inocencia. Pero Julius parecía arrogante y combativo, quedando expuesto a las agudas réplicas del fiscal Irving Saypol. Ethel tal vez minó sus simpatías por apoyarse demasiado en el privilegio de la quinta enmienda constitucional para no atestiguar sobre su pasado comunista.
El veredicto en contra de ambos acusados fue unánime. El juez Irving R. Kaufman, al sentenciar a los Rosenberg a la silla eléctrica, dijo: "Su crimen es peor que el asesinato". Sobell fue condenado a 30 afios de cárcel y Greenglass a 15, aunque en 1960 salió en libertad condicional. Su cooperación, según los expedientes oficiales, fue la base de un acuerdo tácito para no inculpar a su esposa. Gold ya purgaba una pena de 30 años.
Durante los siguientes dos años, el caso Rosenberg recibió la atención del mundo mientras varias apelaciones fracasaron.
Mientras tanto, los Rosenberg vivieron en el pabellón de la muerte, comunicándose muy poco entre sí y recibiendo las infrecuentes visitas de sus hijos. Luego de la ejecución de los Rosenberg, 8.000 dolientes asistieron a su funeral en Brooklyn, creyendo ciegamente en su inocencia.
El premio Nobel Harold Urey expresó su opinión de que "un hombre con la capacidad de Greenglass es totalmente incapaz de transmitir a nadie la física, química y matemáticas de la bomba".
El famoso filósofo existencialista francés Jean Paul Sartre Ilamó a la ejecución de los Rosenberg "un linchamiento legal que mancha de sangre a todo un país". Pero Hoover consideró el juicio como uno de los grandes logros del FBI. En 1954, el Congreso hizo crimen capital el espionaje en tiempos de paz, una legislación que inevitablemente se conoció como "Ley Rosenberg".
La historia del matrimonio Rosenberg es un ejemplo de como en los Estados Unidos existe una justicia para ricos y otra para pobres, y como mientras los ricos salen sistemáticamente impunes de todos sus crimenes, las personas humildes como el matrimonio Rosenberg, sin medios para defenderse, son aplastadas por un sistema en el que lo unico que importa es el dinero y el poder, y donde los derechos y las libertades individuales son sistemáticamente vulnerados, especialmente los de las minorías raciales, sexuales, o políticas. Mientras los Rosenberg eran asesinados, los Estados Unidos abrián sus puertas a cientos de criminales de guerra nazis y su gobierno apoyaba atroces dictaduras como la de Franco en España.
Los Rosenberg fueron vilipendiados, presionados infructuosamente a declararse culpables, desprestigiados hasta el punto de que sus pequeños hijos, de 3 y 7 años, estigmatizados después de la muerte de sus padres, tuvieran que cambiar sus apellidos para poder sobrevivir.
Michael, el hijo mayor de los Rosenberg de 10 años, trata de consolar a su hermano pequeño Robert de 6 tras visitar a sus padres encarcelados en la prisión de Sing Sing en Nueva York
Nombrado guardián legal de los niños Rosenberg, el abogado defensor Emanuel Bloch tramitó su adopción luego de ser ejecutados de sus padres
Ethel Rosenberg dejó a sus pequeños hijos en 1953 el siguiente poema titualdo "Si morimos":
Si Morimos
Vosotros sabreis, hijos míos, sabreis
porqué dejamos las canciones sin hacer
los libros sin leer, el trabajo sin hacer
para descansar bajo la grama.
No mas lamentos hijos míos, no mas
porque las mentiras y las calumnias fueron montadas
las lágrimas que derramamos y el dolor que nos penetra
para todos deberá ser proclamado.
La tierra sonreirá, hijos míos, sonreirá
y el verde sobre nuestro lugar de reposo crecerá
el crimen finalizará, el mundo se regocijará en hermandad y paz.
Trabajad y construid, hijos míos
construid un monumento al amor y a la alegría
al valor humano, a la fe que guardamos por vosotros, mis hijos, por vosotros.