Colegio San José: La Enseñanza del Terrorismo

- Colegio San José: La Enseñanza del Terrorismo- Nicaragua

VICTORIA SANDINISTA: Lucha heroica, justa causa, comunicación y solidaridad efectiva

Por eso ser sincero es ser potente.
De desnuda que está, brilla la estrella;
el agua dice el alma de la fuente
en la voz de cristal que fluye d`ella.
Rubén Darío

Sandino fue constante, disciplinado, acucioso, consistente y congruente, incisivo y franco, directo y consecuente, enérgico pero capaz de mantener la serenidad, respetuoso y digno, consciente de la elevada responsabilidad moral y política que representaba, respaldó su discurso oral y escrito con sus acciones, hombre de buenas intenciones sin propósitos ocultos, permaneció apegado con fidelidad a sus principios con la visión en la lucha anti intervencionista.

 Reconoció que “la naturaleza me había dotado de reflexión y voluntad”, era de gran sentido común, autodidacta, observador y enfocado, actuaba informado y asumiendo la responsabilidad de sus actos.

La confrontación entre liberales y conservadores en Nicaragua y la prolongación de la intervención militar directa de EE.UU., atrajeron la atención mundial principalmente cuando, todos, menos uno de los generales del Ejército Constitucionalista, decidió desconocer el Pacto impuesto por Stimson y aceptado por Moncada, enfrentar a los invasores y a sus cómplices locales a quienes llamó traidores. 

La actitud desafiante de Sandino, las batallas victoriosas y los mensajes que emitió se hicieron noticia, lo mostraron como símbolo de resistencia contra la agresión extranjera imperialista y colonialista. 

Sandino provocó enorme arrastre popular en América Latina copando distintos espacios de divulgación y siendo parte de la agenda de múltiples organizaciones. Nicaragua fue detonante que cohesionó a diversos actores y asociaciones que enfrentaban la política intervencionista de los Estados Unidos.

Diversas corrientes ideológicas liberales, nacionalistas, socialdemócratas, socialistas y comunistas, principalmente latinoamericanas, coincidieron con la lucha sandinista y ofrecieron apoyo publicitario, económico, logístico y con la participación de combatientes. 

Desde fines de 1927 lo más representativo de los movimientos populares y antiimperialistas de América Latina se abocaron a la solidaridad con la gesta sandinista. La solidaridad fue efectiva, creciente y amplia entre fines de 1927 y 1930, después hubo un relativo aislamiento que Sandino logró superar sin suspender la resistencia contra el invasor hasta diciembre de 1932 para abrirse a la negociación de paz con el gobierno electo de Sacasa.

Para comunicar órdenes y mensajes constantes creó una eficiente, sólida y leal red con decenas de ayudantes, secretarios, mecanógrafos, telegrafistas, mensajeros, correos, representantes en el exterior, atrajo a periodistas y escritores que simpatizaron con la justeza de la lucha. 

Tuvo el amparo de Las Segovias, la naturaleza y su gente lo acogió haciéndola impenetrable para los invasores.

 En “Con Sandino en Nicaragua” (Belausteguigoitia, 1933): “Toda la montaña está conspirando contra el invasor”. Chuno Blandón afirma: “Es claro que no disponemos de auxilio de nadie más que de la propia naturaleza con sus selvas tranquilitas y solitarias porque con la ayuda de estas montañas desafiamos la aviación y los enormes árboles bicentenarios nos sirven de trincheras y de techo”.

Urbina Gilbert dijo que el 13 de octubre de 1928 se encontró con el Gral. Sandino en el cuartel general de San Rafael del Norte; rodeaban al general los coroneles Estrada, Sánchez, Girón y Martí, salvadoreño secretario general y otros oficiales. 

Mientras conversaban era interrumpida la conversación por hombres que llegaban: “Eran espías y correos que desde distintas direcciones venían a informar lo observado en sus misiones, y a traer correspondencia de los jefes de las columnas en operaciones contra el enemigo”. Sandino lo nombró ayudante en la secretaría general, cargo que aceptó sin voluntad porque sabía lo pesado que se haría escribir tanta correspondencia para el interior (la del exterior la asumía Martí), además que desconocía muchas voces del lenguaje centroamericano.

En Cuartel general Chuno Blandón ilustra el escenario de la intensa actividad para escribirlo y archivarlo todo para sistematizar la memoria escrita de la lucha por la liberación nacional; característica del orden minucioso del general y su ejército. 

Fue fundamental la exitosa comunicación durante la lucha libertaria para la victoria contra los invasores y la herencia en la conciencia colectiva: 

“Tequetleás, teqleteás, teqleteás tecleteando en mi vieja máquina porque soy mecanógrafo de mi general y escribo todo lo que él me ordene así se me cayeran las manos de tanto darle y darle y Pedrito Antonio Aráuz dejó estos escritos para las generaciones venideras” … 

“Después que mi general me dicta lo que debo escribir como aquel día que fuimos descubiertos por un avión que se metió volando bajito en la selva donde estábamos y que me pegó el brinco, mi general me dice no se preocupe Pedrito recoja todo y prepara a sus asistentes para que lo ayuden a retirarse porque dentro de diez minutos tendremos encima a la aviación destruyéndolo todo” …

 “En todo esto me voy fijando a medida que camino con mi máquina y mis ayudantes para trasladar la oficina y no sea requisada por el enemigo con tanto documento que tengo y veo que cuando los monos están gritando es porque el tigre anda abajo o que un águila o un gavilán come monos busca monitos tiernos para tragárselos.” … 

Pero mi general tranquilo y al vernos en esa situación me dice Pedrito escríbale una circular a todos los generales de las regiones más cercanas y jefes expedicionarios para que todos ataquen al enemigo por distintos flancos. 

 Tequetleás, teqleteás que comienzo a escribir con máquina porque esto sí que no se lo imagina el enemigo y es que, si un día más ha durado el sitio, segurito que morimos todos si no de hambre pues matados o suicidados pues era la última determinación.” … “en una de las comisiones iba mi hermanita Blanquita que era la prenda más preciada y querida de mi general ni quiera mi dios que le hubiera pasado algo.” … 

“En ese momento fue que nuestros hermanos a los que les había llegado la circular atacaron furiosamente por todos lados pues se trataba de un ataque general y los machos confundidos no se imaginaban que se trataba de aliviar la situación que estábamos pasando y qué íbamos a pensar que todo esto ocasionaría un gran triunfo…”.

Sandino cuenta: “De mis secretarios privados puedo decirle que casi todo el tiempo ha estado encargado del manejo de la oficina el general Pedro Antonio Irías, pero también ha sido mi ayudante archivero. 

También desempeñaron el cargo de secretario privado: Farabundo Martí, Gral. Juan Santos Morales, coronel Agustín Sánchez Salinas y doña Blanca Arauz, mi esposa, aunque todos por corto tiempo”, también el general Montoya, hondureño, y otros. … “Máquinas de escribir, papel y utensilios de oficina, etc., en su gran mayoría eran suministrados, involuntariamente, como gran parte del equipo del ejército, por el Departamento de Guerra de los Estados Unidos, lo que no quisiéramos dejar pasar sin nuestro reconocimiento.” Pedro Antonio Aráuz, hermano de Blanca, fue secretario permanente de Sandino: “En caso de necesidad él decía fulano ven a hace esto, zutano, a sus generales… vengan hagan esto, y él los ponía a escribir ahí, pero el que constantemente estaba con todo era yo y con el que hacía él su correspondencia para el extranjero y para aquí en Nicaragua, era yo”.

“El capitán Astorquiza, antiguo teniente Colombia, hablaba con el general Sandino, jefe Supremo del Ejército Libertador de Nicaragua, en la oficina privada de éste… era ahora uno de los seis secretarios especiales de la Dirección General.

Todos ellos se empleaban en despachar el voluminoso correo del caudillo, siempre bajo el dictado personal de éste, y Astorquiza y Santacoloma estaba ya acostumbrado a oír resonar la metálica voz cortante, siguiendo y desarrollando, sin equivocarse nunca, cuatro o seis temas distintos y aun opuestos, a la vez. 

Después del Convenio de Paz comentó: “Gran parte del material de nuestro archivo y museo la tenemos escondido en lugares recónditos de la montaña…El archivo consta de tres a cuatrocientos kilogramos de documentos…”. Así se refiere Sandino al capitán Colombia: “aquel joven colombiano que vino desde su país, venciendo mil dificultades, a juntarse con nosotros y fue mi maestro, mi ayudante y mi amigo”.

En Cuartel general: “Ya se estaban oyendo decir algunas cosas sobre las conversaciones de paz cuando una noche del año 1933… Se bajó a hablar con su cuñada la Chila y también con la Isolina y les dijo que tenía que prestarle a Choncito y a Enriquito Zelaya, los dos niños mensajeros que repartían telegramas por dos centavos al día más la comida. 

 De ahora en adelante ellos traerían mensajes del Chipote para el pueblo, cada dos o tres días, porque siendo tan pequeños se moverían más fácilmente y no despertarían sospechas de la guardia que había quedado de resguardo”.

Fue clave para elaborar y transmitir los mensajes el vínculo con Blanca Arauz y su familia.

 En su casa estaba el telégrafo, el padre de la joven, ella y varios hermanos eran telegrafistas y algunos mecanógrafos. Dice: “Largas horas del día y hasta de la noche permanecía yo frente a la mesa en que trabajaba Blanca. 

Mis conferencias eran muchas por telégrafo, con las diferentes partes de los departamentos…” Fueron soporte indispensable para que pudiera elaborar, enviar, recibir, procesar, archivar y preservar su correspondencia para mover órdenes y mensajes internos y externos con precisión y seguro que eran inexpugnables a los intentos de los invasores por interceptarlo para aislarlo y vencerlo. 

Decenas de mujeres y niños cumplieron funciones de correo.

Blanca contrajo matrimonio con Sandino el 18 de mayo de 1927.

En su casa permanecía el telégrafo, fue utilizada como Cuartel General por el EDSN. Además de Blanca, también Lucila, Pedro y Luis y otros, fueron secretarios y mecanógrafos. “No fue solo brillante telegrafista capaz de transmitir mensajes en Código Morse… también interceptaba comunicaciones telegráficas del enemigo, les enviaba falsos mensajes…”. 

 Dice el General: “Blanca Aráuz, no porque sea mi esposa, sino porque los servicios de enlace confidencial que nos prestó como telegrafista son imponderables. Además, en la última etapa de la guerra sirvió como secretaria privada”. 

Según Edelberto Torres: “Blanca Aráuz fue una colaboradora de Sandino desde antes de su matrimonio, en su oficina de telegrafista de San Rafael del Norte…”. La Constitución reconoció a Blanca Aráuz por la dirección de las comunicaciones.

Dice Sandino a Román: “Gabriela Mistral es la abanderada. Oficialmente nombrada por aclamación “Benemérita del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua”. 

Muchas mujeres dieron su valiosa colaboración. 

De todas las clases sociales sirvieron de diferentes maneras: espionaje, correo, proselitismo y directamente en el ejército en enfermería y menesteres domésticos”.

 Destacaron: Blanca Aráuz, Juana Cruz, Úrsula Gadea y Tiburcia García, también María Altamirano, Teresa Villatoro, su hermana Alicia Villatoro y su sobrina Amalia, Paula Velásquez, Victorina Altamirano, Petrona Irías, Virginia Tercero y otras. 

Dolores Matamoros, “incidió para que 120 indígenas se unieran al Ejército Defensor de la Soberanía Nacional.”. 

A Berta Munguía, Secretaria del Grupo Solidario al Movimiento Obrero, el General la llamó “queridísima hermana”.
“La resistencia de Sandino en contra de una superpotencia de tal magnitud”, despertó en Latinoamérica “simpatía activa del movimiento Manos fuera de Nicaragua” formado por iniciativa de la Liga Antiimperialista, al que se unieron cientos de organizaciones.

 “En los demás países americanos se unen también organizaciones de trabajadores, campesinos y estudiantes bajo el lema Manos fuera de Nicaragua, conformando un frente unitario que desafiará a los norteamericanos. 

El continente latinoamericano ha sido encendido con la chispa de Sandino…”. El Segundo Congreso Mundial Antiimperialista y por la Independencia Nacional (Frankfurt, 1929), resolvió:

 “Que la intervención armada de los Estados Unidos del Norte en Nicaragua, además de ser brutal atentado contra la autonomía e independencia de un pueblo pequeño, está violando los más elementales fueros humanos, con la destrucción de pueblos indefensos, el asesinato de mujeres ancianos y niños; la destrucción de la propiedad en las zonas donde opera el ejército del general Augusto César Sandino…” Resolvió: 

“Condenar enérgicamente esos actos de barbarie consumados por las fuerzas del Ejército de los Estados Unidos del Norte al servicio del imperialismo en Nicaragua…”. 

Los delegados se comprometieron a “amplio y efectivo apoyo al EDSNN que comanda el general A. C. Sandino”, le proponen gira por Europa y América Latina, lo nombran miembro honorífico del Comité Ejecutivo. Fue presentada por Germán List la bandera arrebatada a los marines en el combate de El Zapote.

Los mensajes de Sandino fueron reproducidos en los periódicos y en foros políticos. 

El escritor peruano César Falcón entrevistó a Sandino (México, 1930). Dijo: “No abandonaré mis montañas mientras quede un gringo en Nicaragua; no abandonaré mi lucha mientras falte a mi pueblo un derecho por enderezar. 

Mi causa es la causa de mi pueblo, la causa de América, la causa de todos los pueblos oprimidos”. 

Falcón publicó en El Sol de Madrid (1930), cuando Sandino concluía su parcialmente infructuosa jornada de casi un año en México: El guerrero en reposo: “…Después del bombardeo de los marinos norteamericanos, el guerrillero nicaragüense está resistiendo ahora el bombardeo periodístico de Estados Unidos. 

Intermitentemente llega a Europa una noticia, en apariencia perdida en el fárrago de noticias internacionales, sobre el combatiente de Las Segovias, en las cuales se insinúa o se afirma su retirada de la lucha, unas veces por cansancio y otras por dinero. 

Sandino es actualmente un guerrero en reposo. Es decir, en paréntesis de lucha, y consecuencia, en instante propicio a la propaganda. Esto de la propaganda lo entienden en EE.UU. como en ninguna otra parte del mundo. 

La eficacia de los sistemas propagandistas norteamericanos llega a superarse a sí misma con mucha frecuencia. Ahora, en el caso de Sandino, por ejemplo, Sandino no oculta sus planes ni sus trabajos. A todos sus amigos les informa con exagerada franqueza de sus propósitos y actos”.

La Guerra de Liberación Nacional tuvo estudiantes, jóvenes intelectuales y periodistas de Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, Argentina, México, Francia y EE.UU. que respaldaron la lucha contra la intervención norteamericana. 

Sandino refiere: “El poeta Salomón de la Selva, Alfonso Valle, el doctor Barahona y Adolfo Ortega Díaz, éste último sobrino del expresidente, Adolfo Díaz, solo por haber escrito a mi favor, fueron expulsados del país” … “el bachiller Octavio Oviedo de León, hijo del magistrado doctor Isidro Oviedo, ingresó a nuestro ejército y murió materialmente desbarató por una bomba de avión en el combate de Quisalaya”.

En 1928 cuando las tropas de Kuomintang entraron victoriosas a Pekín, llevaban un retrato de Sandino y una división de dicho ejército se llamaba “División Sandino”

El general nicaragüense recibió felicitaciones de Nehru, -independentista indio-, de Katayama Sen, –comunista japonés-, de madame Sun Yat Sen –esposa del Padre de la China moderna-, por su gloriosa actuación. 

Era “El guerrero más querido de América”, “Los ecos de la fama hacían vibrar su nombre en las más apartadas regiones de la tierra”. “Sandino era el héroe, el ídolo, el superhombre continental” … “tomaba proporciones mitológicas y aunque oficialmente la marina y el gobierno de Nicaragua le llamaban bandolero, para el público era el semidios de una gran epopeya viviente”. 

Las generaciones siguientes de líderes progresistas, revolucionarios y antiimperialistas de NuestraAmérica lo han tenido como referente, entre ellos Carlos Fonseca, Tomás Borge, Fidel Castro, Ernesto Guevara, Salvador Allende y Hugo Chávez. 

Escritores e intelectuales lo han referido con veneración, entre ellos Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda, Carlos Fuentes, Octavio Paz, Julio Cortázar, Eduardo Galeano, Gregorio Selser y Gabriel García Márquez. 

Para el poeta alemán Bertolt Brecht “Sandino figura entre los seres iniciados, iluminados e imprescindibles, que han guiado las luchas revolucionarias de los pueblos del mundo”,

Dice Sandino: “llamo Legión Latinoamericana a los que vinieron voluntariamente de casi todos los países de Latinoamérica a engrosar las filas del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional …/… no considero extranjero a ningún latinoamericano… no sólo constituye uno de los gestos más hermosos de solidaridad continental con nuestra lucha y una prueba elocuente del inmenso valor de los lazos de sangre, de lengua y de raza que unen a los pueblos latinoamericanos, sino además la mayor condecoración recibida por nuestro ejército”.

 Son “numerosos héroes”, entre ellos el general Manuel María Girón (guatemalteco), el teniente coronel Carlos Aponte (venezolano), el coronel Esteban Pavletich (peruano), el Cap. Farabundo Martí (salvadoreño), el Cap. Gregorio Gilbert (República Dominicana), el sargento Marcial Salas (costarricense), el teniente Rubén Ardila (colombiano), el Cap. Alfonso Alexander (colombiano); “hubo también alemanes, ingleses, irlandeses y ciudadanos de otras nacionalidades que ofrecieron sus servicios en nuestro ejército, pero muy cortésmente a todos les rendí las gracias informándolos al mismo tiempo de que la pauta del ejército solamente permito militar en sus filas a latinoamericanos” … 

“La misma contestación di a varios marinos americanos que desertaron de sus filas y quisieron ingresar a las nuestras”.

El escritor norteamericano Carleton Beals entrevistó al guerrillero en el Cuartel general (1928) ocho meses después de iniciada la rebelión sandinista, fue un calificado propagandista de la gesta de Sandino. Los artículos fueron conocidos en inglés, español y otros idiomas. Según Beals “sentí un extraño poder dominante de Sandino sobre mí, un no sé qué sutil simulado, falto de neutralidad”, … “Sandino era un hombre ubicuo. Lo habían visto por aquí y también por allá… 

En Nicaragua se le tenía como un mito” … “carece de vicios; tiene un sentido inequívoco de la justicia y compadece a los soldados humildes” … “su expresión es fluida, precisa, modulada; su voz es clara… no le vi una sola vez titubear en busca de una palabra…” … “sus demandas en la lucha presente. 

Primero, evacuación del territorio de Nicaragua por los marinos; segundo, nombramiento de un presidente civil, que sea imparcial para los partidos; tercero, elecciones vigiladas por Latinoamérica”.

Sandino dice a Urbina Gilbert: “Tengo oficiales de Costa Rica, de Guatemala, de El Salvador, de Honduras y aún de México, … La médula de mi ejército es nicaragüense y los oficiales que más tiempo han permanecido a mi lado, son nicaragüenses” … “nuestro ejército se compone de trabajadores y campesinos que aman a su país”. 

 Beals conoció en la intimidad a los soldados sandinistas, evidenció orden, disciplina, lealtad, calidad humana y compromiso, el registro minucioso de las operaciones del ejército bajo el liderazgo de Sandino en Las Segovias había logrado una larga y férrea resistencia contra los invasores extranjeros, amplia y creciente solidaridad. 

Percibió confianza y respeto de los combatientes en el general antiimperialista. “Para sus condiciones de caudillo en guerra y alzado en las montañas, Sandino era confiado hasta la imprudencia. 

A su presencia llegaba todo el que tenía interés para ello. Dormía entre sus soldados como otro cualquiera y con afecto y consideración trataba al más humilde, haciéndose tratar a la vez con sencillez y confianza”.

Entre quienes cumplieron tareas de secretario y apoyaron la comunicación internacional estaban Froylán Turcios, Pedro Zepeda, el Cap. José Paredes.

 El general Francisco Estrada estuvo durante algún tiempo como primer ayudante. El historiador norteamericano Macaulay escribió: “La versión de las batallas libradas por Sandino llegaba a los periódicos del mundo a través de dos activos colaboradores. 

Uno era el Dr. Pedro José Zepeda quien suministraba a los medios de publicidad de la capital mexicana los comunicados sandinistas que por cable le enviaba Turcios… 

En Tegucigalpa recibía despachos enviados directamente y por expreso a pie desde el Chipote. Las cartas de Sandino para Turcios, junto con manifiestos y comunicados, aparecían en Ariel.”.

Apoyaron la resistencia sandinista entre otros, el venezolano Gustavo Machado, el mexicano Andrés García Salgado, el peruano Jacobo Hurwitz y el hondureño Rafael Heliodoro Valle. Víctor Raúl Haya de la Torre, coincidió con el indoamericanismo y antiimperialismo. 

 Desde México, además de Pedro Zepeda, Hernán Robleto y Constantino González, estuvo el mexicano Enrique Rivera y otros. Fueron parte de la solidaridad los pintores mexicanos Diego Rivera, Frida Kahlo y David Alfaro, la activista italiana Tina Modotti, el cubano Julio Antonio Mella, el socialista peruano José Carlos Mariátegui, el salvadoreño Alberto Masferrer, el colombiano Maximiliano Grillo, el uruguayo Carlos Quijano, la danesa Majken Borring; el comunista francés Henri Barbusse nombró a Sandino “General de Hombres Libres”; ellos propagandizaron la lucha sandinista. 

El 4 de agosto de 1928 fue publicado en Monde un retrato de Sandino con la versión francesa de la Carta a los gobernantes de América.

El libro que publicó Somoza García (1936) sobre Sandino para justificar el asesinato y descalificarlo, cuando se lee el contenido, mostró lo contrario, entre líneas es identificable la grandeza del guerrillero; constituyó un texto que evidenció su heroicidad. 

Fue para la historia documento de propaganda para conocer al patriota antiimperialista. 

Incluyó los primeros 102 escritos hechos públicos y firmados por Sandino, además de otros que recibieron y elaboraron sus generales y colaboradores. “El Calvario de Las Segovias” escribe: “El lado flaco de Sandino: la publicidad”: 

“Como hemos repetido, a Sandino le encanta la publicidad de su nombre y hazaña, en grandes títulos, …, haciendo fantásticos relatos de encarnizadas batallas, en las que siempre salía triunfante” … “… el viaje de Carleton Beals a los campamentos de Sandino despertó el entusiasmo en el diarismo americano, donde se empezaron a narrar historias de pura inventiva, en el afán de sacar buenas utilidades para sus respectivas empresas”… Subtituló: 

“La propaganda hace de Sandino una figura de leyenda”: “Ya hemos dicho que una de las principales causas del engrandecimiento de la figura de Sandino, fue la propaganda que se le hacía fuera de Nicaragua”. 

Cita una carta de Guatemala (abril 1928):

 “En Guatemala están haciendo un cigarrillo, pésimo, por cierto, hecho a máquina, que se llama Cigarrillo Sandino, con el relato del guerrillero segoviano… se ha hecho un ramo de comercio andar vendiendo por las calles pequeños bustos en yeso que dicen ser de Augusto C. Sandino… 

 En El Salvador hay de venta un licor que es llamado Néctar Sandino, …” Subtituló: “La propaganda de prensa continuaba en favor de Sandino”: 

“A medida que la lenidad del Gobierno de Nicaragua se hacía más patente, con los convenios y concesiones hechos a Sandino, la agresividad de éste y de su gente surgía de punto a cada momento y la campaña de prensa dentro y fuera de Nicaragua, se intensificaba con insultos para la Guardia Nacional” 

… “El día quince de agosto de 1933 apareció en la revista La Balanza, … (Argentina, de Joaquín Trincado), un artículo suscrito por Sandino, en el cual derrama su odio contra la Institución Militar de su país…”: 

“Nicaragua tímida”: “la malamente llamada Guardia Nacional, porque es inconstitucional, de Nicaragua, y por lo mismo está fuera de la ley del país, mientras no se legalice,”.

Sandino marcó un hito de la lucha antiimperialista por la confrontación directa contra del invasor extranjero, por la naturaleza popular, de obreros y campesinos, patriótica, unionista e indo hispana. 

Fue base auténtica, objetiva y subjetiva de la revolución Sandinista que triunfó al continuar la herencia de Sandino quien superó el enfoque eurocéntrico para rescatarlo en la revolución popular antiimperialista desde la identidad latinoamericana a pesar de incomprensiones dogmáticas del s. XX.

Sin el compromiso de centenares de periodistas, intelectuales, líderes populares, activistas políticos, de numerosas organizaciones antiimperialistas, quizás la justeza de la lucha sandinista contra la intervención norteamericana hubiera sido insuficientemente visibilizada, no tendría en aquel tiempo y en éste enorme resonancia.

 La férrea resistencia, la comunicación permanente, el carismático liderazgo de Sandino, la cohesión y disciplina del Ejército, la amplia solidaridad y denuncia internacional, trajo rechazo creciente de la intervención militar lo que les imposibilitó vencer la épica Guerra de Liberación Nacional y a no prolongar la ocupación por lo que el 2 de enero de 1933 salieron con la vergüenza de la derrota político-militar.

 Un mes después Sandino firmó la paz. 

No solo había ganado la guerra, sino que estaba posicionado en la opinión pública nacional e internacional, su estrategia de comunicación confirmaba la legitimidad de su gesta. 

Somoza estaba en desventaja ante la autoridad y credibilidad del revolucionario, era obstáculo para instaurar la Guardia e instalarse en el poder para servir a quienes lo seleccionaron por su ambición, afinidad y lealtad.

 Dice Carlos Fonseca: “Tanto la embajada como sus agentes de la oligarquía, coinciden en su temor por el prestigio nacional de Sandino, quien goza de respaldo popular”. Somoza era clave para el control en Nicaragua, preservar la estabilidad en Centroamérica y los intereses norteamericanos en el Canal de Panamá.

Un año y diecinueve días después de firmada la paz, Sandino y sus acompañantes fueron asesinados. 

Inició la nueva forma de ocupación imperial desencadenando la voraz represión que frustró las aspiraciones de paz e impidió la independencia, la soberanía y la autodeterminación de Nicaragua. 

Transcurridos cuarenta y cinco años (45) y cinco meses (5) del atroz magnicidio, el triunfo de la Revolución Popular Sandinista del 19 de julio de 1979 que inspiró Sandino, después de la larga lucha por la liberación nacional contra la Dictadura Somocista impuesta por los norteamericanos, inauguró victoriosa con heroicidad popular, dignidad patriótica y convicción antiimperialista, la justa causa de independencia, soberanía y autodeterminación para construir desde la solidaridad el bien común.

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