EEUU: La Doctrina Trump y el Nuevo Imperialismo MAGA

- EEUU: La Doctrina Trump y el Nuevo Imperialismo MAGA

¿Quiénes fundaron el Estado de Israel?

///////
La verdad detrás de los líderes que lo levantaron

Hoy muchos defienden a Israel con el argumento de que es la tierra de sus antepasados. 

Pero… ¿quiénes fueron realmente los fundadores del Estado israelí moderno? ¿Eran descendientes de los antiguos hebreos que vivían en Palestina? ¿O llegaron desde otro lado?

1. Los líderes fundadores venían de Europa del Este y del Imperio Ruso

La mayoría de los que lideraron la creación del Estado de Israel a partir de 1948 eran judíos ashkenazíes, es decir, judíos europeos del este o del centro, no descendientes directos de los judíos que vivían en Palestina en la época otomana.

Estos son solo algunos ejemplos claros:

David Ben-Gurión, el primer primer ministro, nació en Płońsk, Polonia.

Golda Meir, la primera ministra, nació en Kiev y creció en Milwaukee, EE. UU.

Chaim Weizmann, primer presidente, nació en Motol, Bielorrusia.

Theodor Herzl, considerado el “padre del sionismo”, nació en Budapest, Hungría.

Aunque algunos de los líderes fundadores del Estado de Israel se identificaban como descendientes del antiguo pueblo israelita, su conexión era principalmente religiosa y cultural, no territorial ni genealógica directa con los judíos que habían vivido durante siglos en Palestina. 

La mayoría provenía de Europa del Este y Central, y llevaban generaciones fuera de la región. 

No eran parte de las comunidades judías locales que sí existían en Palestina antes del sionismo. 

Eran colonos ideológicos, impulsados por un proyecto moderno: crear un Estado judío en una tierra donde ya vivía otro pueblo, los palestinos.

2. ¿Por qué no se quedaron en Europa?

Tras siglos de antisemitismo en Europa, muchos países simplemente no querían acoger a los refugiados judíos tras la Segunda Guerra Mundial. Incluso EE. UU. y Reino Unido limitaron la inmigración judía.

La solución para los sionistas fue “crear un hogar en Palestina”, como habían planeado desde finales del siglo XIX. Lo dijeron abiertamente: no era volver a un hogar, sino fundarlo por la fuerza si hacía falta.

3. ¿Quién apoyó el proyecto?

El apoyo clave vino de las potencias coloniales:

Gran Bretaña, con la famosa Declaración Balfour (1917), prometió facilitar la creación de un “hogar nacional judío” en Palestina… sin consultar a los palestinos que vivían allí.

EE. UU., especialmente tras la guerra, presionó para que la ONU aprobara el plan de partición en 1947.

Curiosamente, la URSS también apoyó al inicio, esperando que Israel fuera un estado socialista y aliado. El apoyo no duró mucho.

Europa no los quería.

Tras el Holocausto, decenas de miles de judíos quedaron desplazados, sin hogar, sin familia, sin país. 

Parecía lógico que Europa, tras ser escenario de una masacre tan brutal, ofreciera refugio. Pero no fue así.

Gran Bretaña, Francia, Polonia, Hungría, Rumanía, incluso Estados Unidos, impusieron límites estrictos a la inmigración judía. Los campos de desplazados seguían llenos años después del fin de la guerra. 

Muchos intentaron volver a sus hogares, pero fueron recibidos con violencia, saqueos o rechazo. 

En Polonia hubo pogromos incluso después del 45.

La “solución” que se promovió desde las élites occidentales fue Palestina. No porque fuera justo o histórico, sino porque permitía resolver un problema europeo en tierras ajenas, a costa de otro pueblo.

Los refugiados judíos fueron empujados hacia Palestina porque Europa no los quería.

4. ¿Y los judíos locales?

Claro que había comunidades judías en Palestina antes de 1948. Pero eran minoritarias, muchas de ellas árabe-parlantes, y no todas apoyaban el sionismo.

Los sionistas venían con otra visión: colonizar, construir, y muchas veces, expulsar. Y eso fue lo que pasó en 1948 durante la Nakba (la “catástrofe”): más de 700.000 palestinos fueron expulsados.

En fin…

No se trata de negar el sufrimiento del pueblo judío. Pero sí de decir la verdad:

Israel fue fundado por inmigrantes europeos, muchos de ellos sin ninguna conexión real con la tierra. Y su proyecto, desde el principio, implicó desplazar a otra población que ya vivía ahí.

Reconocer esta realidad no es antisemitismo, es simplemente historia.

Y sin verdad, no hay justicia. Y sin justicia, nunca habrá paz.

https://www.facebook.com/share/p/16rcMfJ4gB/

Related Posts

Subscribe Our Newsletter