***Asistimos a uno de los episodios más convulsos del siglo XXI: el asedio a las Revoluciones sociales en los escenarios físicos y digitales, se convierten en modos “asertivos” del enemigo para atacar el terreno cognitivo y moral de los pueblos.
Resquebrajar los valores éticos que sustentan los modelos argumentales de cada persona y modificar su concepción del mundo en torno a los principios que defiende, es blanco mediático de pseudo- influencers que se destronan entre ellos en aras de luchar por la supremacía e incrementar el número de seguidores afines a discursos cada vez más direccionados a líneas de mensajes en las que prevalece un odio visceral.
Conocido es para muchos, que si bien el gobierno de los EE.UU. con sus departamentos y agencias de inteligencia, invierte gran parte de su tiempo y recursos en financiar políticas y sujetos que distan de cualquier ideal de ser humano; también se nutren de magnates que ponen a disposición de estos bizarros modos de actuación, sus plataformas “sociales”.
Doblegando no solo al algoritmo en función de las necesidades o demandas contrarias, sino utilizando la información personal de los usuarios para marcar un raport ante discursos de odio y fake news.
Como es de suponer, pocas veces las denuncias ante estos hechos en la red de redes benefician a los que promovemos un intercambio respetuoso y humano, apegado a la verdad y a la justicia social. ¿Acaso no supone usted el por qué?
Cazadores de todo el acontecer en la Isla se vuelven los “corresponsales prepagos” desde dentro o fuera del territorio nacional, que utilizan el mínimo evento normativo o paranormativo, para manipular la narrativa y verter el veneno mediático.
Hablemos de situaciones recientes que por su relevancia en el tema que abordo deseo citar a continuación: El impacto de los huracanes Oscar y Rafael, que provocaron visibles afectaciones económicas y lamentables pérdidas de vidas humanas (en el caso del primero) fue el material perfecto para encauzar una campaña de SOS y critica gubernamental que lejos de indicar empatía y solidaridad con los damnificados, se convirtió en un “ring de boxeo” hacia los cubanos que tanto en el terreno físico como virtual estaban aportando a la causa en Guantánamo y Artemisa.
Arbitrariamente, esos que se autoproclaman mesías de las libertades, no aparecieron bajo ningún concepto para aportar y multiplicar esfuerzos.
Una actividad sísmica irregular percibida en las provincias orientales y Ciego de Ávila, dejaba un domingo serias afectaciones a la infraestructura habitacional de nuestro país.
Momento propicio para bombardear de la forma más grosera, perfiles oficiales o identificados con el proyecto social, donde se le adjudicaban las culpas por los daños ocasionados.
Pagando la responsabilidad, por supuesto, la Revolución que defendemos, razón por la que llegan a ser reiterativos y predecibles en sus modelos de actuar aquellos hijos del odio y sus granjas de bots.
Recientemente, delitos de sabotaje se han identificado en algunas provincias. En Holguín, según señala el Semanario Ahora, la Empresa Eléctrica denunció ante el Ministerio del Interior la sustracción por ciudadanos desconocidos de varios litros de aceite dieléctrico de la subestación el Zarzal para su posterior comercialización, provocando un disparo de esta y dejando sin fluido eléctrico nueve asentamientos poblacionales con tres mil quinientos noventa y un clientes afectados.
De inmediato fuerzas conjuntas llevaron a cabo una exhaustiva investigación y le dieron captura a los dos implicados en menos de 72 horas.
Resulta que, entre los comentarios de rechazo a este tipo de delitos en las diversas plataformas, se encontraban aquellos, que defendían sin remordimientos la tesis de que dicho robo demostrado, era una invención más del gobierno para justificar los molestos apagones.
¿Será una mera normalización de lo mal hecho, la influencia directa de tantos años de sometimiento de la cognición a las redes sociales, familiaridad acrítica, frustración de nuestros enemigos o un bombardeo cerrado a todo lo que huela a justicia?
Para manipular los cortes eléctricos que hemos vivenciado en los últimos meses, todos los medios independientes son “buenos”; pero para denunciar, enfrentar y rechazar el férreo bloqueo al que está sometida Cuba, solo los que mantenemos la moral y la dignidad como bandera, cual insignia tricolor de estrella solitaria.
Es que al parecer eso, justamente eso, es lo que no toleran los mercenarios.
Un antivirus natural que acompaña a los que seguimos encontrando razones, en las redes y en la calle para defender a Cuba nos inmuniza contra el odio y la mentira. “Seamos un tilín mejores”.
https://razonesdecuba.cu/normalizacion-del-odio-o-manipulacion-politica/