Pablo Gonzalez

Los exabruptos de Javier Milei respecto de México, Venezuela y Colombia

***Brillante análisis de Carlos Raimundi. 

El imperio aprovecha el desquicio mental de Milei, sus delirios y sus groserías de barrabrava de opereta para atacar a los gobiernos que se oponen a las imposiciones del imperialismo y para fomentar la desunión de la Patria Grande. 

Su sádica crueldad, evidenciada en el placer con que anuncia qué arrojará a la calle a 70.000 empleados públicos, o que "licuará" los ingresos de asalariados y jubilados, acabará con la salud y la educación públicas se evidencia también cuando, como buen facho que es, apoya al genocidio practicado por el régimen neonazi israelí. 

En suma: el cipayo perfecto que necesita el gran capital, siempre fiel a su divisa: "úselo (por un tiempo) y luego tírelo,"
Los exabruptos de Javier Milei respecto de México, Venezuela y Colombia –que en este último caso implicaron el retiro de ambos Embajadores- no son producto únicamente de un trastorno mental, que seguramente lo haya.

Forman parte de una estrategia minuciosamente planificada por los grandes monopolios y fondos de inversión que sostienen el sistema capitalista financiero globalizado en su disputa con China. 

De lo que se trata es de debilitar nuestros lazos de hermandad con los pueblos latinoamericanos que sufren problemas estructurales de dependencia similares a los nuestros y tratan de salir de ellos. 

Y de debilitar también nuestras relaciones comerciales y de integración. 

Esto comenzó con la fractura entre Argentina y Brasil, para impedir la formación de un gran bloque latinoamericano que afrontara con autonomía los grandes desafíos que propone el mundo actual. Es alineamiento puro.

 No es casual que se trata de tres países, México, Venezuela y Colombia, que, con las particularidades de cada uno, actúan con autonomía respecto de las imposiciones del imperio. 

En una etapa de claro retroceso del dólar como moneda de las grandes transacciones a nivel global, la misión de Milei como súbdito de los Estados Unidos y del gobierno de Israel –ejemplos ambos de la decadencia económica y ética de la época- es destruir la integración continental en pleno camino de la dolarización de hecho de la economía argentina.

 Los gobiernos atacados por Milei están llevando adelante políticas soberanas en defensa de sus recursos naturales, opuestas al saqueo y la entrega de los recursos estratégicos de la Argentina. 

El daño que toda la política exterior del gobierno argentino está haciendo al patrimonio de las grandes mayorías es gravísimo, y debe ser reparado cuanto antes, para evitar que se torne más gravoso aún.

Carlos Raimundi

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