Hace unos años empezaron a aparecer mercenarios sirios en guerras, como las de Libia y Azerbaiyán. Pocos prestaron atención a los yihadistas extranjeros en Siria, como los chechenos. Sin embargo, su reciente salida de Siria para luchar contra Rusia en Ucrania ha sorprendido.
Los chechenos estuvieron entre los primeros mercenarios extranjeros en unirse a la agresión contra Siria. La primera unidad chechena en Siria la formó en 2012 Omar Al Shishani, un comandante que se convirtió en ministro de guerra del Califato Islámico al año siguiente.
Además de unirse a grupos como el Califato Islámico y Jabhat Al-Nusra, predecesor de Hayat Tahrir Al-Sham (HTS), los mercenarios chechenos formaron sus propias unidades.
Entre ellos destacaron Junud Al-Sham, dirigido por Murad Margoshvili (más conocido por su nombre de guerra, Muslim Al-Shishani), y Ajnad Al-Kavkaz, dirigido por Abdul Hakim Al-Shishani (cuyo verdadero nombre es Rustam Azhiev).
El número de mercenarios chechenos en Siria no se conoce con exactitud. Fuentes locales dicen que ahora sólo hay unos cientos, pero que en algún momento hubo varios miles.
Los chechenos ya no son bienvenidos en el noroeste de Siria. El alto el fuego negociado por Turquía y Rusia en marzo de 2020 hizo que los mercenarios extranjeros en las zonas controladas por los yihadistas pasaran a ser una amenaza, cuando no un lastre.
HTS, que gobierna de facto la región, está expulsando a los chechenos. Para consolidar su control sobre la última región bajo dominio yihadista, HTS lleva años cooptando sistemáticamente a las unidades armadas de su territorio y eliminando a las que se resisten.
El grupo primero atacó a facciones rivales, como Ahrar Al-Sham, antes de ir a por cualquier grupo que no doblara la rodilla.
Algunas organizaciones, como Ajnad Al-Kavkaz, tomaron el camino más fácil y suspendieron sus operaciones desde el principio, mientras que otras, como Junud Al-Sham, se resistieron inicialmente y sólo se sometieron cuando la amenaza de un enfrentamiento directo con HTS se hizo inminente.
En cualquier caso, a los mercenarios chechenos no se les permitió luchar contra Rusia, que fue la razón por la que se desplazaron a Siria.
Varias condiciones hicieron de la guerra en Ucrania una alternativa atractiva para los mercenarios chechenos.
En primer lugar, Ucrania permite a los chechenos enfrentarse directamente a Rusia.
De hecho, el deseo de los chechenos de luchar contra Rusia es más apremiante que las diferencias religiosas e ideológicas que mantienen con el gobierno ucraniano.
En segundo lugar, la actitud acogedora de Ucrania hacia los mercenarios extranjeros ha facilitado la reubicación.
A diferencia de 2014, tras el Golpe de Estado fascista, ahora el gobierno ucraniano está más dispuesto a cooperar con los mercenarios extranjeros, incluidos los chechenos, curtidos en la lucha contra las tropas rusas en frentes calientes.
Por último, según Abdul Hakim Shishani, el gobierno ucraniano considera a los yihadistas chechenos como aliados y les permite establecerse legalmente.
Los mercenarios chechenos incluso han firmado un acuerdo con el gobierno ucraniano para crear una brigada exclusivamente chechena que depende directamente del Ministerio de Defensa.
La presencia de mercenarios chechenos en Ucrania ha facilitado la entrada de otros chechenos en el país. La experiencia de Abdul Hakim demuestra que pudo viajar desde Turquía con la ayuda de chechenos que ya estaban sobre el terreno.
Para aumentar aún más su fuerza, las brigadas chechenas están intentando persuadir al gobierno ucraniano para que facilite la entrada de más yihadistas procedentes de Siria y Turquía, entre otros países.
La afluencia de mercenarios chechenos a Ucrania animará probablemente a otros grupos yihadistas de Siria a hacer lo mismo.
Como en Siria, la decisión de los mercenarios chechenos de ponerse del lado de Kiev demuestra su disposición a alinearse con cualquiera, siempre que Rusia sea el enemigo.
—https://asiatimes.com/2023/03/with-russia-in-their-sights-chechens-depart-syria-for-ukraine/