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Cuba: Camilo Cienfuegos Gorriarán y la mayor manera de ser humano


Crecí oyendo hablar de Camilo. Mi padre, que nunca llegó a alzarse, fue miembro activo del Movimiento 26 de Julio y lo conoció mucho cuando cruzó el río Cauto, después del combate de La Estrella. Tengo la visión de su rostro en una nochecita invernal de 1958 y quizás por las tantas veces que me había enseñado mi abuela, se me pareció definitivamente a Cristo.

Pero claro, la mayor parte de las referencias que guardo de Camilo, las aprendí de mis mayores.

 Pude ver un papelito muy doblado que por mucho tiempo tuvo mi padre, hasta que lo perdió en una carrera a caballo en el potrero. 

Nacimiento: 6 de febrero de 1932, La Habana, Cuba

Fallecimiento: 28 de octubre de 1959, Estrecho de Florida

Era la licencia que él le otorgaba para que pudiera portar un revólver Colt 45. 

A estas alturas esto me recuerda el interés del Ejército Rebelde por legitimar sus actos y sus acciones, como ya en el siglo XIX había hecho la primera República de Cuba en Armas.

Yo vivía con mi abuelo Agustín, en lo que ellos llamaban la finca de adelante (Santa Isabel); por eso no pude estar allá en El Monte, como se le decía a la otra finca, cuando Camilo llegó allí con su columna poco tiempo antes de emprender la invasión a Occidente.

Mi madre dice que llegaron ya cuando la noche era una boca de lobo, y se acomodaron silenciosos en la cocina. 

A esa hora lo que había en la casa era un racimo de plátanos manzanos y una bola de queso fresco. Ella puso en la mesa los alimentos, y Camilo le pidió un cuchillo. 

Cortó el queso en tantos pedazos, como soldados traía. Luego se los fue entregando junto con un platanito. Al final, apenas se comió las boronillas.

Esa noche del cincuenta y ocho, ni Camilo y por supuesto, mucho menos mis padres, se podían imaginar la sorpresa que traería la transmisión de la radio revolucionaria. 

Luego del queso y los plátanos, pasaron a la sala de la casa campesina, para poder sintonizar la radio alimentada por pilas secas. 

Después de salvar la impedimenta de las interferencias, se escuchó la voz de Violeta Casals: “¡Aquiiiiií Radio Rebelde….!” 

Dijeron los partes de los enfrentamientos en los diferentes frentes y luego leyeron informaciones enviadas desde la Comandancia de Fidel. 

Al final, informaban que por disposición del alto mando Orlando Lara —que siempre operó en el llano— era ascendido a capitán y Camilo Cienfuegos, a Comandante. Él se quedó mudo, dejándose abrazar, dice mi madre, por toda la gente de su tropa.

Después le vino ese manotazo de su desaparición. De creer que aparecía por momentos. De echar, todavía en el río Cauto un barquito con flores, con la esperanza de que llegara al mar. 

Tuvo que pasar mucho tiempo, para que yo entendiera, como lo habrán hecho tantos de mis semejantes que en lo mejor de cada uno de nosotros, está Camilo sonriendo y atreviéndose a todas las aspiraciones por venir.





"Contra Fidel, ni en la pelota"Camilo CienfuegosCamilo Cienfuegos nació el 6 de febrero de 1932 en una humilde casa de Pocito nº71, en el barrio de Lawton, La Habana, Cuba.

Hijo de los emigrantes Ramón Cienfuegos Flores y Emilia Gorriarán Zaballa, anarquistas y republicanos españoles. Tuvo dos hermanos Humberto y Osmany.

Cursó sus primeros estudios en la escuela pública número 20, en San Francisco de Paula. Asistió a la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro durante el primer semestre, pero por falta de recursos no pudo continuar los estudios.

Desde 1948 comenzó a participar en protestas políticas. Desde 10 de marzo de 1952, tras el golpe de estado de Fulgencio Batista, se unió a otros jóvenes para resistir a la dictadura.

Se trasladó a Estados Unidos, donde trabajó como obrero y camarero. En Nueva York, supo del movimiento liderado por Fidel Castro en México. En 1955 fue detenido en San Francisco por el departamento de inmigración siendo deportado a Cuba.

En septiembre de 1956 se encontraba en México, donde logró establecer contacto con Castro, que organizaba una expedición revolucionaria a Cuba para iniciar la lucha contra Batista. Cienfuegos fue el último elegido entre los 82 combatientes del yate Granma y desde el inicio de las hostilidades contra el régimen de Fulgencio Batista, destacó por su arrojo en el combate.

Integró la Columna 1 José Martí al mando de Fidel Castro, y poco a poco fue destacando, sobre todo en el ataque al cuartel de La Plata y después en Arroyo del Infierno.

A las órdenes de los principales jefes, fue ascendido a Comandante en abril de 1958, y posteriormente asume el mando de la columna No. 2 Antonio Maceo, y desde entonces los revolucionarios le empiezan a llamar Señor de la Vanguardia y el Héroe de Yaguajay.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana, fue jefe supremo del alto mando del Ejército Revolucionario. Combatió en los levantamientos contrarevolucionarios y participó en la Reforma Agraria.

Aficionado al béisbol, después del triunfo de la Revolución, participó en encuentros de exhibición, pronunciando su famosa frase: Contra Fidel, ni en la pelota.

Paquita, fue su primera relación conocida, antes de casarse con Isabel Blandón, una enfermera salvadoreña que había conocido en San Francisco. También mantuvo relaciones con Rosalba Álvarez Rodríguez.

Camilo Cienfuegos murió en un accidente de aviación el 28 de octubre de 1959 en el Estrecho de Florida, océano Atlántico. Regresaba a La Habana desde Camagüey tras arrestar por orden de Fidel Castro al jefe militar de la provincia, Huber Matos




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