Hay un país al que no se le permitió estar en este Mundial de Fútbol por haber realizado una intervención militar limitada en un país vecino, luego de infructuosas negociaciones a lo largo de ocho largos años para encontrarle una solución pacífica a un conflicto.
Otro en cambio que invadió infinidad de países como Vietnam, Irak, Panamá, Granada, Libia, República Dominicana, Corea, Yugoeslavia, Afganistán, Siria y más, ahí estuvo.
Tiene esto sentido si una vez más se impone lo que se ha venido vendiendo desde siempre: uno per secula seculorum es el “bueno” y el otro sencillamente el “malo”.
El primero puede hacer, sin condenas o reclamos, lo que le venga en gana: bloqueos económicos, golpes de estado: asesinatos de líderes, invasiones, desintegración de países, saqueos descarados y muchos otros actos criminales, en distintas latitudes y países.
El otro no. Ni siquiera se le reconoce el legítimo derecho de proteger sus fronteras amenazadas por una Alianza Militar hostil, y por acudir a auxiliar a millones de su propio pueblo atrapados en otro espacio debido a decisiones inconsultas; el que hoy es atacado con actos genocidas con el fin de apoderarse de lo que siempre fueron sus posesiones ancestrales, tierras, ciudades y propiedades.
Cuando esto sucede apelar al raciocinio, la lógica y el propio sentido común para hacer valer donde está la verdad y donde la mentira pareciera que de poco sirve cuando se ha logrado crear a lo largo de años, odios y fobias irracionales contra un determinado país o nacionalidad.
Y esos odios y fobias no son otra cosa que patologías que, convertidas en ideologías como el fascismo o el nazismo produjeron los más horrendos crímenes de lesa humanidad.
Pero los hechos, que son verdades, terminarán por imponerse.
José Luis Callaci
https://surcosdigital.com/sobre-odios-y-fobias/