En una conferencia con subordinados, el general Jorge Hernando Herrera Díaz habló de sus conversaciones y acuerdos con la banda de Los Pocillos para combatir las disidencias de Gentil Duarte, en Cauca. 'Cambio' y 'Noticias Uno' tienen las grabaciones que lo demuestran.
Ignacio Gómez, Noticias Uno y Cambio
En reunión de comandantes de la Brigada 29 del Ejército Nacional, el general Jorge Hernando Herrera Díaz admitió su relación con la banda de Los Pocillos que administra un corredor por el que fluyen 150 toneladas de cocaína al año, el 15 por ciento del consumo mundial.
La alianza investigativa Cambio-Noticias Uno obtuvo grabaciones de la reunión. En ellas el general explica cómo funciona la organización criminal de Los Pocillos, admite sus reuniones con ellos y las justifica como estrategia contra las disidencias de Gentil Duarte, que aún intentan tomar el control del corredor del río Micay. “Esa es la puta guerra”, concluye el general frente a su relación con el grupo narcotraficante.
El general Jorge Hernando Herrera Díaz en su puesto de mando en el Cauca. Crédito: Archivo particular
La conversación sucedió en julio de 2019. En la sala de comando de la brigada, en Popayán, el general Herrera Díaz les contó a sus oficiales subalternos que él se reunía con los jefes del narcotráfico en la zona:
“Caliche era el de la parte armada y el de finanzas, Pocillo. Este man (Grillo) ya no está ahí. Estos dos manes (Pocillo y Caliche) están ahí, más Ramiro o Ramirito, que es del frente 29, Listo.
El ELN está ahí. Estos manes, cuando yo... hermano, entienda, los manes siguen manejando el narcotráfico, siguen delinquiendo. Yo me reúno con ellos, ellos vienen acá, hablan conmigo”.
Tres meses antes de la reunión de comando en la Brigada 29, el general Herrera había informado personalmente a los medios sobre la muerte de alias Jayson, uno de los líderes de las disidencias de Gentil Duarte.
Danilo Santos Pantoja, alias Pocillo y alias Caliche.
El diario El País de Cali reprodujo su declaración en estos términos: “Se neutralizó a alias Jayson y se capturó a otros dos disidentes, además se incautaron también dos fusiles, una ametralladora, un lanzagranadas M-79, uniformes y propaganda terrorista. El combate duró cerca de dos horas en la parte norte de Argelia y sur de El Tambo”.
Sin embargo, en la conferencia con sus subalternos, el general dejó claro que prefiere ver a los enemigos muertos que capturados: “Y, usted tiene que neutralizar esa estructura, pero neutralizar es darlos de baja”.
En el Cauca había rumores de que el Ejército apoyaba unas bandas criminales en la zona para perseguir a otras. Las propias disidencias de Gentil Duarte lo habían dicho en lo que denominan “boletines de guerra”.
En noviembre de 2019 hubo movilizaciones de campesinos para denunciar el hecho y pedir el retiro de las tropas de los municipios de Argelia y El Tambo.
Alias Jhonier, líder del que Gentil Duarte llamó Comando Conjunto Occidental, CCO, fue abatido hace apenas tres semanas.
Jhonier, en entrevista con el investigador Ariel Ávila de la Fundación Paz y Reconciliación, Pares, había dicho que sus hombres se habían enfrentado con guerrilleros del ELN revueltos con soldados del Ejército en el norte del Cauca.
Y que su encuentro en la zona con las disidencias de Iván Márquez había sido, según él, otra farsa: “Hemos encontrado donde aparecen cinco o seis individuos con brazaletes de la Segunda Marquetalia.
Hemos mandado nuestras estructuras a verificar y terminamos dándonos bala con el Ejército, que tiene un relacionamiento con un grupo armado allá, que se llama los Pocillos, donde el comandante es uno que le dicen Pocillo y otro que le dicen Caliche”.
Es decir, los mismos hombres que se reunían con el general Herrera, según él lo contó a sus subalternos.
“Más bobitos nosotros”
Los rumores sobre operaciones conjuntas del Ejército con guerrilleros del ELN y la banda de Los Pocillos llegaron a la reunión de comando. El general Herrera Díaz intentó una explicación estratégica.
Dijo que Los Pocillos eran las cabezas de una estructura que administraba todo el corredor del narcotráfico, en la que se incluían organizaciones de exguerrilleros y de civiles.
Mencionó específicamente a la Asociación Campesina de Trabajadores de Argelia, Ascamta.
En Argelia hay 11.400 familias cocaleras con sus parcelas inscritas en los programas de sustitución voluntaria hasta ahora no implementados.
El general comenzó por describir a la asociación de campesinos (Ascamta) como principal beneficiario del narcotráfico: “Ah, ¿quiénes manejan eso? Ellos no lo manejan.
Los presidentes de juntas de acción comunal de todas las veredas de Ascamta. Y ¿Ascamta por qué recibe esto? Porque ellos son los que les cobran a los narcotraficantes.
¿De dónde? Del Norte del Valle, los de Cali o los que quieran entran allá”.
Más tarde, mezclado con los sonidos intermitentes de un marcador golpeando el tablero, se escucha en la grabación una explicación académica de la relación entre Los Pocillos con organizaciones de la sociedad civil de Argelia, bandas criminales y carteles del narcotráfico. Según explicó el general Herrera, esta sería una guerra popular prolongada, en la que su papel no tendría por qué ser reprochado:
“Esta es la puta guerra. Entonces más bobitos nosotros, sabiendo que eso pasa y nosotros no nos queremos convencer. Entonces porque mi general Herrera habla con esos hijueputas...”
El tigre y el cuero
Unos meses antes, en abril, fue reportado muerto Navides Chilhueso Noscué, alias Tigre Indio, líder histórico del ELN y negociador de paz en Quito.
A principios de siglo, él y su Frente José María Becerra, derrotados por el bloque minero de los paramilitares en el Magdalena Medio, fueron acogidos por el Frente Jaime Pardo Leal de las Farc, en “solidaridad guerrillera”, para que tuvieran un nuevo comienzo en el norte del Cauca, como nuevo “Frente de Guerra Suroccidental” del ELN.
A pesar de la muerte de su líder, el resto del frente, como lo había explicado el general Herrera, seguía haciendo parte de la alianza con Los Pocillos y el Ejército.
Por eso resultaba particularmente extraña la muerte de Tigre Indio a manos de militares. Bueno, eran militares pero no eran las unidades al mando del general Herrera Díaz.
La Brigada Especial Contra el Narcotráfico, Bracna, adscrita al Comando General de las Fuerzas Militares, ejecutó la operación. A la Brigada 29 le correspondió solamente resolver un “problema logístico”, según explicó su comandante en la misma reunión:
“Los manes de allá tienen un video que tienen ahí lo van a sacar y lo han estado sacando… le han estado haciendo bulla porque no hubo combate, porque al Tigre no le encontraron arma, lo dieron de baja desarmado… mejor dicho, eso no va a pasar nada, pero los manes nos quieren hacer bulla por ese lado.”
Según el reporte militar de la operación, citado por el diario El Colombiano, “además, se logró la incautación de una pistola calibre 7.65 y tres granadas de fragmentación”. Si el reporte habla de armas pero el general dice que el guerrillero estaba desarmado, hay buenas razones para pensar que le plantaron la pistolas y las granadas.
Explicaciones
Ante los resultados obtenidos por el general Herrera Díaz en la Brigada 29 del Cauca, fue ascendido a mayor general y designado como comandante de la Sexta División del Ejército establecida en Florencia, Caquetá, y con jurisdicción en los departamentos de Vaupés, Caquetá, Putumayo y Amazonas.
Cambio y Noticias Uno contactaron al general Herrera Díaz para consultar su versión sobre las graves afirmaciones hechas por él en las reuniones de comando.
El general inicialmente prometió que atendería una videoentrevista desde Florencia. Estableció fecha y hora, pero a último momento su ayudante lo excusó argumentando que había surgido una reunión urgente.
Como simultáneamente Cambio estaba consultando al comandante del Ejército, general Eduardo Enrique Zapateiro, esa misma tarde Herrera fue llamado a Bogotá para reportar sobre el caso a sus superiores.
El general llegó a la redacción de Noticias Uno solo, sin escoltas, y vistiendo un discreto saco de rombos en lugar de su uniforme.
Allí escuchó las grabaciones y negó tener relaciones con la banda de Los Pocillos.
Dijo que se trataba de un malentendido; que él sí recibía visitas de Caliche y Pocillo, pero como firmantes de la paz en labores misionales de su brigada.
Olvidando que existe una grabación donde él mismo afirma que estos dos hombres son los que siguen controlando el narcotráfico en la zona. Aclaró que sí es partidario de dar de baja a los enemigos, pero solo si están armados y “encambuchados”.
Sobre la operación que terminó con la muerte de alias Tigre Indio, supuestamente desarmado y fuera de combate, el general Herrera dijo que no había tenido responsabilidad porque fue una acción ejecutada por otra unidad militar.
Hablamos también con el comandante del Ejército, general Eduardo Enrique Zapateiro, y le preguntamos: si el Ejército abriría una investigación por estas afirmaciones del general Jorge Hernando Herrera Díaz; si el Ejército admitía alianzas de sus hombres con narcotraficantes o guerrilleros para combatir otros irregulares; si él estaba enterado de las circunstancias en las que murió el cabecilla del ELN Navides Chilhueso Noscué, alias Tigre Indio; si está permitido que los militares maten a guerrilleros desarmados y fuera de combate.
Y por último, si un comandante puede dar la instrucción de que prefiere bajas a capturas. El general Zapateiro decidió inicialmente responderle a Cambio y Noticias Uno, por Whatsapp, en un solo párrafo:
“Es muy prudente que hagan llegar todos esos temas que ustedes tienen muy bien registrados y oficien de manera inmediata a los Entes de Control de forma URGENTE!!!! Pues este es un tema muy delicado y de todos la atención; y ellos harán lo propio de acuerdo a sus competencias!!!.Y frente a sus preguntas la Política Institucional es la de cero tolerancia con la criminalidad o con comportamientos NO ajustados a la LEY. Esa es mi ÚNICA RESPUESTA!!!.”
Sin embargo, al día siguiente envió este pronunciamiento, que reproducimos completo:
Pero tampoco esa fue la última respuesta. En la mañana del sábado 12 de febrero, el general Zapateiro envió otra respuesta, en siete folios, que reproducimos a continuación y que vienen acompañadas de un disco que, de acuerdo con el general, “permiten evidenciar con diáfana claridad que el planteamiento, reparación, ejecución y evaluación de las operaciones militares del Ejército Nacional, obedecen a un procedimiento operativo estandarizado, razón por la cual, quien infrinja, desconozca, omita, o extralimite el marco jurídico constitucional, legal o doctrinal de la FUERZA se verá expuesto a las acciones judiciales, disciplinarias y administrativas a que haya lugar”.
En su comunicación, el general Zapateiro asegura que evaluará las pruebas una vez que las conozca a través de los canales oficiales institucionales.
Para ver el documento completo, de click aquí.
Que miembros de la fuerza pública hagan alianza con grupos de narcotraficantes para enfrentar a otros delincuentes no es algo nuevo en Colombia, pero siempre ha sido ilegal y clandestino.
De hecho, Los Pepes (Perseguidos por Pablo Escobar) funcionaron como punta de lanza de la Policía y Agencias Federales de Estados Unidos para lograr la caída del mayor capo de la historia.
Eso es tan cierto y evidente como indemostrable en el terreno judicial.
Lo raro es que un general de la República admita en una reunión de mando que le importa más el fin que los medios y que adelanta una operación claramente ilegal aliado con narcotraficantes y guerrilleros.
https://cambiocolombia.com/articulo/conflicto/esta-es-la-puta-guerra-general-reconoce-alianza-con-narcotraficantes-para