Publicamos el documento sobre la situación nacional en Costa Rica escrito por La Organización Socialista de Costa Rica perteneciente a la Fracción Trotskista hacia la segunda conferencia nacional del grupo en 2021.
Organización Socialista (OS) ha convocado a su segunda Conferencia Nacional, este 8 y 9 de enero. Se presenta acá el Proyecto de Documento de Situación Nacional a dicha Conferencia, con el objetivo de brindar un insumo para la izquierda, la clase trabajadora, las mujeres y la juventud.
Introducción
En marzo anterior realizamos nuestra primera Conferencia Programática, cuyas resoluciones fueron una transformación estratégica de Organización Socialista (OS), pues nos dotábamos de una comprensión común de fenómenos y tendencias de lucha de clases a nivel internacional como nacional, fenómenos políticos relevantes en que nos encontramos y el programa a ser levantado, entre otras cuestiones fundamentales, en el marco histórico de la época de crisis, guerras y revoluciones en que nos encontramos, que dan fundamentos centrales para nuestra construcción y proyecto político. En tal sentido incorporamos como parte de los documentos a ser discutidos en nuestra Conferencia el informe desarrollado por Emilio Albamonte “El método marxista y la actualidad de la época de crisis, guerras y revoluciones” para la reciente Conferencia del PTS de Argentina.
La expansión de la pandemia del Covid-19 alcanzaron unas dimensiones impensadas en primer momento, que nos obligaron a ajustar nuestro programa para atender esa nueva situación política de crisis sanitaria. Sin embargo, esta actualización se hacía ya sobre la misma base lógica de la primera Conferencia, por lo que todo el periodo de pandemia, ha significado para OS el fortalecimiento programático, así como también estratégico, político y táctico, donde jugó un papel fundamental y articulador sin duda alguna La Izquierda Diario Costa Rica, que nos permitió mayor visibilidad y alcance político para poder llegar a sectores más amplios con nuestro programa y nuestra política, siendo de un instrumento para dar voz a la clase trabajadora, las mujeres y la juventud, quienes han sufrido más que cualquiera otros grupos sociales las consecuencias sanitarias, económicas y sociales de la crisis social, política y económica asociada al Covid-19.
En los primeros meses de la pandemia, bajo las medidas de contención de la emergencia, fue cuando el Gobierno de Carlos Alvarado y las clases dominantes aprovecharon para hacer pasar planes de ajuste, despidos masivos, desmejoramiento de salarios y conquistas laborales, así como mayor precarización y mayores intentos de regimentación sobre las clases explotadas, a lo que contribuyeron las direcciones sindicales mayoritarias con su pasividad dejando pasar tales ataques. Pero luego hemos visto el retorno de la lucha de clases, aparejado a la crisis económica y la crisis política, no sólo en nuestro país sino a nivel internacional.
Así observamos que aún dentro de la pandemia, la rebelión estadounidense del BLM contra la violencia racista de la policía estadounidense y luego la crisis en los propios Estados Unidos tras la derrota de Trump, las grandes movilizaciones en Colombia, en Chile, la derrota electoral de la derecha golpista en Bolivia, las fuertes luchas por el derecho a la vivienda en Argentina (con la lucha más expresiva de los pobladores de Guernica), las movilizaciones en Perú contra el régimen heredado del fujimorismo, y más recientemente las contundentes acciones en nuestra vecina Guatemala, han modificado la situación política del continente.
Nuestro país no se quedó atrás en esta nueva situación. Las movilizaciones contra el FMI convocadas por Movimiento Rescate Nacional, que más allá de su dirección política, expresaron por abajo el gran descontento de los sectores más golpeados durante la pandemia como los pobladores pobres, pequeños productores del campo, sectores medios arruinados, con bloqueos en las principales carreteras del país, que terminó impactando a los trabajadores y las trabajadoras de la capital y cuyo punto alto fue la movilización de la clase trabajadora en el centro de San José, que terminaron por hacer retroceder temporalmente la política de endeudamiento externo con el FMI del Gobierno de Alvarado, siendo de conjunto el reflejo nacional de la nueva situación política del continente.
Sin embargo, como ya lo alertábamos por el carácter de clase de la dirección del Movimiento Rescate Nacional, la dirección de este movimiento pactó con la cámara empresarial más importante del país, UCCAEP, lo que llevó al levantamiento de los bloqueos, así como la política de las direcciones sindicales mayoritarias de no aprovechar el momento en que el Gobierno de Alvarado había retrocedido, en una situación de debilitamiento político, para propinarle un importante golpe.
El Gobierno aprovechó la “tregua” que le dieron, y un par de meses después, pasó nuevamente a una ofensiva de acuerdo con el FMI pactado con los principales grupos económicos y empresariales del país. En este marco nuevos ataques se vienen contra los trabajadores y el pueblo pobre por un gobierno entregado al FMI, pero aún está abierta la respuesta que tendrá por parte de las masas que aún tiene en su memoria y experiencia las grandes movilizaciones del 2018, y las luchas que comenzaron a dar en septiembre.
Frente a estos cambios en la realidad hemos convocado a una nueva Conferencia Nacional para armar a nuestra organización respecto de la nueva situación y las nuevas tareas. En ese sentido la Segunda Conferencia de OS tiene dos objetivos específicos: 1) comprender la nueva situación en el marco de los cambios y tendencias internacionales y el ajuste del programa a ser levantado y 2) plantear una orientación constructiva revolucionaria del actual agrupamiento de OS, para avanzar en la construcción de una organización revolucionaria como parte de la lucha para poner en pie un partido revolucionario de los trabajadores y las trabajadoras.
Para el primer objetivo es que hemos escrito este proyecto de Tesis Nacionales, que es un punto de llegada de lo que hemos elaborado y escrito desde setiembre en La Izquierda Diario Costa Rica, pero también un punto de partida para las nuevas tareas que enfrentamos y nuestros desafíos de construcción. Consideramos que esta discusión de los cambios en la nueva realidad y el programa planteado no se encierra en nuestra propia organización, por ello hacemos públicas estas Tesis, abiertas al debate y a la crítica. Esperamos que resulte un documento útil para el debate entre los trabajadores, las mujeres y la juventud que han comenzado a salir a luchar, así como entre el activismo y la izquierda, en el camino de construir un discurso hegemónico de la clase trabajadora que ayude a poner en pie una fuerte partido revolucionario y abrir el camino a la lucha por el poder de la clase trabajadora.
Para el segundo objetivo presentaremos un documento de orientación y construcción en la presente etapa con las resoluciones respectivas, pues Organización Socialista emprende una nueva etapa de construcción y pondrá a consideración de la Conferencia Nacional la resolución del nuevo nombre de Organización Socialista Revolucionaria (OSR), no como un simple cambio de nombre, sino que esté acorde como expresión de nuestros avances cualitativos y cuantitativos, en el marco de nuestra relación con la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional (FT-CI).
TESIS SOBRE LA SITUACIÓN POLÍTICA NACIONAL
I. Nueva situación transitoria en Costa Rica
Después de los primeros meses de confinamiento, hoy estamos en una nueva situación de crisis económica, política y más lucha de clases. El escenario político nacional, en un marco internacional, estuvo marcado, en un primer momento, por el retroceso de la política del Gobierno de aumentar la deuda externa con el FMI, derrotado por movilizaciones callejeras en prácticamente todo el país, cuyo punto alto fue la movilización de la clase trabajadora en la capital del país. En un segundo momento, producto del aire que le dieron, tanto la dirección del MRN así como las direcciones sindicales mayoritarias, el Gobierno de Alvarado aprovechó y busca redoblar el ataque, buscando un nuevo acuerdo con el FMI tal como se lo exigen los grupos económicos de los ricos y poderosos. Pero aún la clase trabajadora no ha dicho la última palabra, pues frente a los ataques puede verse compelida a dar respuesta, tanto como los sectores más empobrecidos y golpeados por la crisis, como ya se vio en septiembre cuando hicieron retroceder al gobierno.
Esta tendencia interna es reforzada por otra tendencia internacional. La situación está marcada por la crisis política en los Estados Unidos que se expresó en la etapa previa a las elecciones presidenciales y luego con lo del traspaso de poderes, expresado en las reacciones de Trump ante su derrota electoral. Es una manifestación de la profundización de la crisis de hegemonía como parte de la crisis orgánica, reforzada por la rebelión del BLM en los Estados Unidos, que fue un duro cuestionamiento a uno de los cimientos del Estado estadounidense al cuestionar la institución policial y rebelarse contra el racismo imperante en éste país, con movilizaciones que no se veían en décadas de extensión nacional (se calcula que participaron 26 millones de personas) que tuvieron impacto en diversas partes del mundo, desde Londres, París y Berlín hasta Brasil y Colombia, así como fenómenos políticos a izquierda centralmente en la juventud. La rebelión en Chile, cuyo último ejemplo es el enorme voto popular por una nueva constitución, que rechaza la herencia del régimen genocida pinochetista, así como la derrota electoral de la derecha golpista en Bolivia, que es un duro golpe a la derecha religiosa de la región, especialmente contra Bolsonaro, son la manifestación de que varios países de la región han entrado también en una nueva situación política favorable a los trabajadores y los explotados, lo cual refuerza la tendencia nacional de las perspectivas de las luchas en nuestro país. Es que la crisis económica, social y política, y las profundas divisiones interburguesas están permitiendo la emergencia de la lucha de clases, bajo la forma de protestas, paros y estallidos. La quema de partes del edificio de la Asamblea Legislativa en Guatemala, la lucha de Guernica en Argentina, y más recientemente las luchas de los conflictos obreros, tanto en la ciudad como en el campo en Perú, son otras señales de la nueva situación internacional por la que pasan una serie de países, entre ellos Costa Rica.
¿Qué entendemos por una situación transitoria? Tomamos la definición de Trotsky. “En el proceso histórico, se encuentran situaciones estables, absolutamente no revolucionarias. Se encuentran también situaciones notoriamente revolucionarias. Hay también situaciones contrarrevolucionarias (¡no hay que olvidarlo!). Pero lo que existe sobre todo, en nuestra época de capitalismo en putrefacción son situaciones intermedias, transitorias: entre una situación no revolucionaria y una situación prerrevolucionaria, entre una situación prerrevolucionaria y una situación revolucionaria o contrarrevolucionaria. Son precisamente estos estados transitorios los que tienen una importancia decisiva desde el punto de vista de la estrategia política.”
Específicamente, creemos que la situación transitoria del país, se da entre la situación no revolucionaria (que fue el ambiente político de inicio de pandemia, y que venía desde el desvió del proceso del 2018) a una situación prerrevolucionaria, pero donde se expresan ya elementos prerrevolucionarios, que a depender de la lucha de clases y la crisis económica y política pueden abrir situaciones más agudas, es decir, directamente prerrevolucionaria, en donde podría haber un cuestionamiento más profundo de la sociedad, las instituciones del Estado, el Gobierno, etc. Aunque no está cerrada la posibilidad de que retroceda a una situación no revolucionaria como planteamos más abajo. La tarea de nuestra organización política es procurar incentivar el paso al mayor cuestionamiento, para la cual nos preparamos. Somos conscientes de que muchos contornos políticos en esta nueva situación aún están indefinidos, pero donde la tendencia, al menos por los elementos que se nos presentan hoy, tanto por lo internacional y nacional, es a mayor tensión y conflictividad social y crisis política.
En este escenario político transitorio, habrá incertidumbre, podríamos ver fenómenos de lucha de clases inesperados, paradójicos o incluso aparentemente contradictorios, espontáneos y semi espontáneos, donde sectores de clases medias golpeados por la crisis, trabajadores, mujeres, la juventud y el pueblo pobre, que hayan roto o empiecen a romper con el PAC (por extensión con el FA) empiecen a buscar soluciones por sí mismos. Pero también no descartamos contragolpes de las clases dominantes y su gobierno, que vía desvíos o derrotas parciales, con la complicidad de las direcciones mayoritarias del movimiento de masas, puedan modificar la tendencia actual, pues en la lucha de clases se enfrentan sectores vivos y el enemigo de clase no se comporta de manera pasiva ni mucho menos solo expectante, sabe en qué momento golpear para mejorar su correlación de fuerzas. Es lo que vemos con el nuevo ataque que prepara el Gobierno de Alvarado tras su acuerdo el FMI, está por verse la respuesta del movimiento de masas.
II. La situación de crisis hegemónica de los Estados Unidos se profundiza y afectará a la región
Para esta parte tomamos como base el documento desarrollado por Claudia Cinatti, Elementos de caracterización y perspectivas de la situación internacional como un marco general de la situación de la coyuntura internacional actual que contribuyen a pensar la situación en Costa Rica, todo esto en el marco en que la crisis por el coronavirus sigue estando presente. Aunque aquí, en función de nuestras Tesis, y por la preponderancia en la región, nos concentramos en Estados Unidos.
Debido a la doble crisis entre el aumento alarmante de casos del Covid-19 y la polarización política de la sociedad estadounidense, Biden obtiene un triunfo sólido en el Colegio Electoral, sin embargo en muchos estados la contienda electoral fue muy ajustada. El rust belt giró a demócrata, pero también Arizona y Georgia. Sin embargo en Pennsilvania Trump obtuvo una buena cantidad de millones de votos; lo mismo en California y New York, donde perdió, incluso por mucho, pero aun así obtiene 5,6 millones de votos en el primero y 2,5 en el segundo. Entonces a pesar de la derrota electoral, Trump mantiene una gran presencia electoral, indiscutible en tiendas republicanas y que lo convierte en la principal figura política de dicho partido.
Compartimos parte del análisis de Cinatti: “Por arriba, el partido demócrata y el republicano son los dos partidos de Wall Street y la burguesía imperialista. Pero por abajo, a la hora de legitimar el régimen político de la plutocracia, se basan en coaliciones electorales distintas, que con pocos matices se han repetido en esta elección. La base electoral demócrata está en las ciudades, en los sectores de menores ingresos, sindicalizados, jóvenes, precarios, afrodescendientes, latinos y LGTB. La base electoral republicana está concentrada en las zonas rurales, mayormente masculina, blanca, de mediana edad, de ingresos superiores a 100.000 dólares anuales y de nivel educativo básico. La sorpresa fue el mejor desempeño de Trump en sectores latinos, no solo entre el gusanaje de Florida, algo esperable, sino en bastiones demócratas como el empobrecido Valle de Río Grande en Texas (Mike Davis los llamalos republicanos del Valle del Río Grande). De conjunto, la elección no fue el repudio masivo a Trump que, contra todos los pronósticos, aumentó su caudal electoral. Fue más reñida de lo esperado y terminó definiéndose a dentelladas en los mismos swing states que definieron la elección de 2016, lo que dejó una sensación incómoda de un seudo “empate catastrófico”. Aunque haya ganado Biden no solo en el Colegio Electoral sino también en el “voto popular”, los 70 millones de votos que obtuvo Trump es un capital político disponible.”
Es claro entonces que “la alta votación que obtuvo Trump (más de 73 millones de votos) y su insistencia en que hubo fraude erosiona la legitimidad del futuro gobierno, que deberá lidiar por derecha con los republicanos (y la fracción trumpista) y por izquierda con una amplia vanguardia juvenil que fue la base del “fenómeno Sanders” y expresa una tendencia a la radicalización política y de la lucha de clases. Habrá que ver hasta dónde el gobierno de Biden, que por el momento no ha integrado a ningún referente de la izquierda demócrata, podrá cumplir un rol de desvío. Pero ya es un hecho que dejará al descubierto un amplio flanco a su izquierda. En principio la conformación del gabinete con ex funcionarios de las administraciones de Clinton y Obama, unidos con mil lazos con el establishment y Wall Street está siendo duramente criticada por los sectores progresistas que accedieron al Congreso y otros cargos electivos.”
Al momento que escribimos estas Tesis, después de un interregno breve pero intenso, Trump dio luz verde para iniciar la transición, aunque no admitió su derrota. Quizás el último empujón para emprender la retirada fue la carta firmada por 166 CEO de las principales multinacionales, bancos y representantes del capital financiero (General Motors, Mastercard, Goldman Sachs, y sigue la lista) publicada el 23 de noviembre. Para la gran burguesía y el establishment norteamericanos Trump si bien por el momento es historia, queda como una fuerza política de importancia, al punto que podría intentar, o de plano lograrlo, sabotear ya sea el nuevo plan de 900 billones del Congreso o la distribución de la vacuna contra el Covid.
Pero la cuestión más de fondo es la propia crisis interna y social del hegemón norteamericano así como la profundización de la crisis de hegemonía de Estados Unidos como potencia imperialista. Si para el mundo esta situación tendrá su impacto, también lo será hacia América Latina y particularmente en América Central, aunque aún no es clara cuál será la política de Biden para la región.
Pero a pesar de la gran polarización política que ha vivido y vive Estados Unidos, en el plano subjetivo existe y se desarrolla toda una cuestión del máximo interés: el socialismo, aunque con visiones confusas, es discusión de masas en sectores de la juventud en los Estados Unidos. Existe una enorme masa de jóvenes que está rechazando premisas del funcionamiento capitalista, lo están cuestionando y, más importante, están buscando posibles soluciones. La discusión sobre desfinanciar/abolir la policía o su expulsión de los sindicatos, es en este sentido un enorme aliciente para las fuerzas de la izquierda, pues desde Federico Engels, las y los comunistas, así como la clase trabajadora, tenemos claro que la policía es el grupo armado de hombres al servicio de la burguesía.
Afrontar este cuestionamiento profundo a instituciones capitalistas es uno de los principales problemas de Biden. En este sentido, parece que empieza a operar un mecanismo de chantaje, según el cual para el Partido Demócrata no habría existido una gran ola azul debido a la existencia de un ala izquierda en el partido demócrata, e incluso medios como CNN cuestiona abiertamente si el principal enemigo de Biden es Trump y el GOP o el ala progresista dentro del Demócrata y más en general todo el arco de izquierda que ha despertado a la vida política en el país del norte.
Por el peso del imperialismo estadounidense en la región, esta crisis política abierta impacta directamente en la política doméstica, debilitando al hegemón al que tienden todos los partidos empresariales nacionales y de la región centroamericana, o sea se profundiza la tendencia que hemos señalado en nuestra primera Conferencia, en el sentido de que mientras en los Estados Unidos se mantenga la situación de crisis hegemónica, la burguesía centroamericana, incluyendo obviamente a la costarricense, es incapaz de tener un proyecto político estratégico que no sea el ligado al imperialismo. Esta situación política es esencialmente compleja, pero se hace más grave en el marco de la crisis económica internacional.
III. China en una de las zonas de influencia de EE.UU. y de importancia geoestratégica
Un elemento de cierto orden en la situación política internacional que afecta a Costa Rica como parte de Centroamérica de conjunto, que es de relativa importancia, es el principal conflicto internacional entre estados, el conflicto entre Estados Unidos y China (las dos principales economías del mundo). Partimos de la base de que la contradicción entre la decadencia imperial de Estados Unidos y el ascenso de China es un proceso estructural de larga data y vino para quedarse. Aunque hoy China no esté disputando la hegemonía mundial, para Estados Unidos es el principal competidor estratégico. Por ello damos un destaque particular en estas Tesis de la presencia de China en Centroamérica y en particular en Costa Rica.
En un sentido general podemos afirmar que tras la derrota de Trump, es posible que el eslogan “America First” desaparezca de la retórica de la Casa Blanca, pero la “globalización armoniosa” en la que los aliados y socios trabajaban para sostener el liderazgo norteamericano y a la vez se beneficiaban, es cosa del pasado. Justamente el agotamiento de la hegemonía globalizadora, puesto de relieve en la crisis de 2008, explica en parte el resurgimiento de las tendencias nacionalistas expresadas en fenómenos como el trumpismo o el Brexit. Por eso mismo, la necesidad de contener y retrasar el ascenso de China es una política de estado, aunque hay diferencias tácticas en cómo hacerlo: con guerras comerciales y tarifas como planteó Trump o con la construcción de alianzas como el Tratado Transpacífico que permita aislar a China, como intentó Obama con el llamado “pivote hacia el Asia”, y que probablemente retome Biden.
Pero en un sentido particular, es decir, cómo se expresará este conflicto o guerra comercial con China en la región de Centroamérica, está por verse, en la medida en que el país asiático ha venido con un lento pero sostenido aumento de presencia en la región. China busca el aprovechamiento de rutas geoestratégicas (con su fácil acceso a los océanos Pacífico y Atlántico) para el transporte de bienes así como el beneficio de la energía hidroeléctrica de la región, entre otros intereses y negocios que pueden abarcar incluso proyectos de zonas franca. En este sentido, la importancia de Centroamérica para China es centralmente geoestratégica más que comercial o económica (aunque ambas están ligadas), por tanto, de asentarse en la región, puede ser un dolor de cabeza para Estados Unidos.
Desde 2012 China se ha convertido en el tercer socio comercial de la región, sustituyendo parte de las importaciones de Estados Unidos. Las relaciones comerciales, en general, son de poco valor agregado y tecnológico –a excepción de Costa Rica (Costa Rica exporta chips integrados producidos por la transnacional Intel, por lo que las ganancias finales tampoco quedan en el país.)-, con una tasa de crecimiento del 13,1% (CEPAL 2018).
Empresas chinas realizan obras de infraestructura en Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, y existen planes de inversión en El Salvador y Guatemala. Existen muchos proyectos en curso de China en la región que exceden su exposición en estas Tesis, basta mencionar los acuerdos y préstamos con Panamá con proyectos de ampliación del canal, con Honduras con proyectos hidroeléctricos, con Nicaragua con las tentativas de construcción de un canal interoceánico, proyectos de cooperación con Guatemala, entre otros. Sin duda, el aspecto más trascendental de la presencia de China en Centroamérica está representado por sus relaciones diplomáticas con Costa Rica y por el TLC negociado entre ambos países en el 2010.
Hace unos años tres países centroamericanos (Costa Rica, Panamá y Nicaragua) giraron a abrir relaciones económicas y diplomáticas con China, rompiendo una posición heredada desde el final de la segunda guerra mundial sobre el reconocimiento de Taiwán y no de China continental. Esta posición de solamente reconocer a Taiwán ha sido incentivada por los Estados Unidos, que presiona a Centroamérica para evitar el avance del gigante asiático en la región. Pero lo concreto es que China se está moviendo cada vez más en una de las principales zonas de influencia de Estados Unidos, y según analistas la presencia del capital chino aumentará en los próximos años.
El conflicto central con China a un nivel más general se expresa hoy en la firma del nuevo tratado de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), cuya firma implica una readecuación del conflicto entre China y Estados Unidos, pero que se desarrolla en el sudeste asiático, en el otro extremo del Pacífico. Hay que mantenerse al tanto pues una modificación podría ser muy relevante respecto de la presencia China en la región centroamericana y las tensiones que pueda generar con EE.UU. por ser el Istmo un lugar de importancia geoestratégica más que económica.
IV. La crisis económica internacional es mundial y afecta a Costa Rica, especialmente a precarios, mujeres y juventud
La crisis internacional ha golpeado con severidad a la clase trabajadora, pero la clase trabajadora del país proporcionalmente está entre las más golpeadas del mundo por desempleo, reducción de jornadas, de salario, precarización laboral, etc. En el caso del desempleo, aunque obtener datos definitivos es complicado debido a que los datos públicos dejan de contar a las personas que dejan de buscar trabajo, sin embargo por ejemplo en los Estados Unidos el desempleo de abril del año pasado llegó a 14, 7% en setiembre estaba en 7,9%. En Costa Rica el desempleo llegó al punto más alto de 24% y ahora se mantiene en 22%, con medio millón de personas desempleadas, 270 mil mujeres y 250 mil hombres. En Argentina en junio el desempleo era del 13,1%, lejos del 24,1% de diciembre del 2001. Según diversos datos, solo Perú estaría por arriba del país respecto del desempleo en América Latina, al menos.
El Banco Mundial proyecta que el Producto Interno Bruto (PIB) disminuya en 2020 a un -5.4 por ciento. Se espera que la pobreza, en parte debido al impacto de la emergencia sanitaria en el turismo y en el comercio, más una contracción en áreas como la agricultura y la construcción. Esta situación económica incide en la situación política del país, al punto de ser la causa directa de las movilizaciones convocadas por el Movimiento de Rescate Nacional, que más allá de la dirección política que las acaudilla, son la demostración de la existencia de un proceso de pauperización que afecta a diversos sectores sociales, y que se expresó en una movilización pluriclasista que enfrentó y paralizó por un momento los planes del Gobierno de entendimiento con el FMI, algo que las direcciones sindicales y los trabajadores sindicalizados no habían podido lograr en 2018.
En todo caso, no parece que haya una recuperación económica factible en los próximo meses y las mejores perspectivas señalan que solo podría llegar a mediados del próximo año, lo cual aún está por verse y que significa inestabilidad política y fragilidad económica, al punto que incluso un pequeño cambio en la tendencia de la economía mundial podría afectar al país, a través de una profundización de la pobreza y el desempleo, un debilitamiento del país en la economía internacional, etc.
La deuda del Estado podría llegar al 80% del presupuesto el próximo año (hoy 60%) y el 20% del presupuesto nacional es sólo para amortización e intereses de deuda, por lo cual si la recuperación económica de la que hablan que podría llegar no fuera sólida, el país igualmente podría ir a crisis de pago de deuda, lo que constituiría un escenario muy complicado para los partidos políticos nacionales.
V. La situación del Gobierno de Alvarado
El Gobierno hizo un aprovechamiento de la crisis del covid-19 para avanzar en la reducción del salario, las jornadas laborales, despidos, precarización, etc. Toda la agenda neoliberal de ataque al salario de trabajadores públicos y privados en favor de los empresarios ha sido llevada a cabo con la excusa de la pandemia del Covid-19.
Incluso, que el Gobierno nunca haya declarado propiamente la cuarentena tuvo como objetivo que los sectores agroexportadores, los enclaves de las zonas francas y en general los grandes empresarios no pierdan sus ganancias, mientras que cientos de miles de trabajadores fueron condenados a salarios miserables, jornadas reducidas y despidos en función de la riqueza de una minoría explotadora, condenando al hambre a los más de cien mil despedidos y sus familias en los primeros meses de la pandemia. Esa ha sido la política del PAC durante la pandemia.
El que hoy se anuncie una crisis en las unidades de cuidados intensivos da cuenta de que el PAC ha dejado pasar todo el tiempo desde marzo, que no ha preparado las condiciones para atender la pandemia del Covid-19 tal y como propusimos desde abril anterior. La crisis de la sanidad social es responsabilidad política de Carlos Alvarado, que teniendo los recursos a mano en las zonas francas, no ha nacionalizado las empresas que podrían garantizar la seguridad sanitaria del país. Costa Rica es el segundo mayor exportador de dispositivos médicos en toda América Latina. Según la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), se hospedan en el país 250 empresas de alta tecnología, de las cuales 60 producen dispositivos médicos. De estas empresas, 7 están listadas entre las 30 empresas más grandes del mundo en tecnología médica, todas ubicadas dentro de las zonas francas. Incluso ahí llega el sometimiento de Alvarado al capital transnacional.
Todo esto sin hablar del teletrabajo, que desplaza entre el 60% y 40% de los costos de producción a los habitantes de la casa, es decir, a los trabajadores, que ahora pagan electricidad, teléfono, internet y agua para que los empresarios les exploten mejor. Esto incide directamente en la salud mental de miles de trabajadores, expuestos a insultos, cansancio, etc. Costa Rica es considerado "el paraíso" de centro de llamadas de Centroamérica por los altos niveles de ganancia para las empresas (por ello también es el paraíso de la precarización bilingüe), calculándose que hay alrededor de 46 mil trabajadores y trabajadoras en el sector, en su mayoría personas entre 18 y 30 años, estando en la punta grandes empresas como Amazon, Concentrix/Convergys, Sykes entre muchas otras.
Es por este hecho que el Gobierno no ha tenido grandes conflictos con los grupos empresariales, que en general, más allá de tal o cual maniobra de poca monta, le han dado su confianza política al Gobierno, pues Alvarado no ha confrontado con sectores de la burguesía en toda esta crisis, sino que sus tensiones con otros sectores políticos ha sido más bien por cómo se impone más severamente un nuevo plan económico de la mano del FMI.
Antes de la pandemia el Gobierno venía en una tendencia a la baja en las encuestas. Pero a inicios de la pandemia por la covid-19 vendió un discurso que estaba enfrentando la crisis con medidas necesarias para evitar su expansión, contagio y muertes, lo que lo hizo subir en las encuestas a puntos extraordinarios de aprobación por encima del 60%. Pero mientras hablaba de medidas sanitarias por arriba por abajo llevaba adelante una política masiva de desempleo, reducciones de salarios, el aumento de la precarización, situación que golpeó más duramente a las mujeres y la juventud, etc. Así el Gobierno logró la extraña hazaña de que mientras atacaba aumentaba en las encuestas. Este hecho fue similar al de otros gobernantes de la región, que igual a Alvarado, después fue regresando a su históricamente bajo nivel de aprobación (por abajo del 20%) desde el inicio del mandato en 2018, en la medida en que las masas van sacando conclusiones de las verdaderas intenciones del Gobierno.
Como decíamos arriba, la situación económica explica el estallido de cortes de ruta en todo el país en setiembre anterior, poniendo al Gobierno contra las cuerdas y llevándolo a un retroceso de un par de meses en su política económica en el cual Alvarado perdía toda iniciativa política, anunciaba que no iría al FMI.
Si por un lado el Gobierno era jaqueado por abajo con las protestas, por otro lado tenía el cuestionamiento de otros partidos más a derecha que desde la Asamblea Legislativa lo presionaban para que aplicase más severas medidas de ajuste y de acuerdos con el FMI, llevándolo a una situación de empantamiento político. Pero, como ya hemos afirmado, luego del aire que le dan las direcciones del MNR y las sindicales mayoritarias, anuncia que irá nuevamente al FMI en base a acuerdos pactados con los sectores económicos más importantes, aunque en una situación donde no tiene todo el campo abierto, como se expresó en la no votación por el momento en la Asamblea Legislativa del préstamo de 250 millones con el BID, pero como mecanismo de presión por un ala de los diputados para que exponga más claramente lo que está negociando con el FMI. En tal sentido, el Gobierno de Alvarado sigue siendo débil y en crisis política. Hay que considerar en esta ecuación que el año entrante se realizará la elección presidencial y el gobierno seguramente busca preservar al PAC; ir cuestionado a unas elecciones las posibilidades de derrota es casi segura.
En este sentido y en esta situación parece animarse a un nuevo ataque contra la clase trabajadora más del que ya ha hecho. Todo esto en el marco en que desde la Asamblea Legislativa se mantendrán tentativas de mayores ataques al salario y otras conquistas laborales y va a depender de la lucha de clases si estas medidas serán aplicadas o no por el Gobierno frente a la presión que le ejerzan los diversos partidos desde éste órgano legislativo de poder.
En esta nueva situación el Gobierno mantiene (¡aún!) su política de diálogo nacional, buscando convencer sobre la necesidad de la deuda externa, en lo que parece concentrar sus fuerzas después del descalabro político de su política de endeudamiento con el FMI. Sin embargo no es claro el resultado de esta apuesta, que supone armar un nuevo acuerdo de unidad nacional, pero en condiciones muy diferentes a las de inicio de Gobierno. Además la mayor cercanía de las elecciones, donde por definición cada partido se presentará separado, dificulta cualquier acuerdo nacional pues los partidos que lo conformen podrían adquirir parte del desgaste del Gobierno.
Una de las primeras consecuencias que se estaba observando luego del anuncio de la retirada del plan de endeudamiento de Carlos Alvarado con el FMI fue una reducción del valor de los bonos costarricenses en el mercado internacional, acentuando aún más la inestabilidad de la economía nacional. La política de diálogo nacional buscando una nueva unidad nacional fue más bien un intento de hacer pasar el tiempo y esperar situaciones más favorables para redoblar su apuesta de sometimiento al capital financiero internacional, y fue lo que observamos con su anuncio que volvía el FMI. A esto ha quedado reducido el PAC.
Una cuestión no menor que hay que destacar es la salida del Frente Amplio del Gobierno de Alvarado. El argumento esgrimido por Patricia Mora fue la política de Alvarado de ir al FMI. Aunque el Frente Amplio estuvo en el gobierno mientras se llevaban todos los ataques contra los trabajadores y el pueblo, como fue más recientemente durante toda la pandemia con los severos planes de ajuste para salvar a los empresarios. Se trataría de un reacomodo del Frente Amplio de cara a las próximas elecciones presidenciales, pues su salida prácticamente fue negociada quedándose incluso más tiempo luego de su anuncio de salida, pero también evita una implosión interna del FA, que ya venía en una grave crisis producto de ser parte del Gobierno del PAC, centralmente cuestionado por el sector de la juventud. Una reubicación del FA puede transformarse en una nueva contención de sectores de trabajadores y la juventud que venían avanzando a izquierda, pero aún es una tarea difícil para un partido que fue base de apoyo de los planes del PAC en los últimos años.
En síntesis el de Alvarado es un gobierno con cada vez menos apoyo entre el pueblo y que se ha venido sosteniendo por el rol de las direcciones sindicales mayoritarias e incluso por la propia dirección del MRN que le dieron tregua luego de las jornadas de septiembre, incluyendo aquí el nefasto papel de la dirección del FA que mientras Alvarado mantenía sus ataques permanecía siendo parte del gobierno. Fueron grandes acciones que lo hicieron retroceder de su tentativa del primer acuerdo con el FMI, por eso una ofensiva mayor de masas lo hubiese hecho tambalear directamente, de allí que estas direcciones políticas deben ser superadas. Ese respiro durante casi dos meses le permite reubicarse a Alvarado así como también a los partidos del régimen.
VI. El régimen político y los partidos en la Asamblea Legislativa
Tal y como ha venido sucediendo desde hace más de una década, la Asamblea Legislativa es donde se concentran las fuerzas políticas más reaccionarias y capitalistas, mismas que por lo mismo son rechazadas en las elecciones presidenciales. Por este motivo la Legislativa es el lugar desde el cual hay un ataque permanente contra la clase trabajadora, las mujeres, la juventud, el pueblo pobre, etc. Parte del proceso de descomposición del bipartidismo, que analizamos en detalle en la Primera Conferencia, ha incluido un giro reaccionario muy profundo de prácticamente todos los partidos capitalistas (incluyendo al Frente Amplio).
Por ello las principales confrontaciones entre los partidos políticos son respecto de la profundidad del ajuste económico, que apunta directamente, explícitamente, contra trabajadores del sector público y privado.
En ese sentido, el conflicto internacional entre lo “progresista” y lo “conservador” que marca el relato simbólico del capitalismo contemporáneo, se expresa en el país en las posiciones de contenido neoliberal del PAC que ha ocupado el Ejecutivo durante los últimos ocho años, por oposición a las posiciones conservadores religiosas (de idéntico contenido neoliberal) de Liberación, el PUSC y los partidos religiosos, que se han atrincherado en la Asamblea Legislativa.
En verdad, entre el Ejecutivo y el Legislativo, se reparten el trabajo para aplicar el ajuste del FMI y mantener las condiciones de opresión a las mujeres con sus leyes reaccionarias. En este reparto, se han peleado para ver quién es más ajustador y quién más reaccionario. El Gobierno por ejemplo chantajeando con la pastilla del día después y condicionando el decreto de la misma a la aprobación del combo fiscal en 2018. La Legislativa, por su parte, legalizando cientos de miles de despidos, reducciones de jornadas y salarios al tiempo que impulsan el proyecto de derechos de la persona no nacida en 2020 (prácticamente una ley antiabortista).
No parece que este “debate” entre “progresistas” y conservadores se vaya a terminar pronto en el futuro. Por ello es muy importante alertar en no caer en posiciones que estraegicamente lleven a sectores que están luchando a quedar en el arco dentro de cualquiera de los dos bandos, sino mantener la perspectiva de la independencia política de las y los trabajadores en sus acciones y movilizaciones frente al gobierno y las distintas fracciones de los partidos patronales, es decir, de la autodeterminación de la clase trabajadora con el objetivo de superar el capitalismo e ir hacia el poder obrero.
VII. La retomada de la movilizaciones de mujeres por sus derechos
Las movilizaciones de setiembre anterior contra los planes de ajuste del FMI, estuvieron acompañados de la importante movilización de mujeres denunciando femicidios e instituciones del régimen como responsables políticos de la violencia patriarcal. Desde el inicio de la pandemia no se realizaban movilización de mujeres como la ocurrida el 7 de septiembre, que se dio en todo el país.
Más en general, asociado a la lucha de clases del país, se desarrollan muchas otras manifestaciones contra las condiciones de opresión y explotación de la sociedad capitalista. Con esto queremos decir que estamos en un país que en los últimos años ha acompañado diversas olas de luchas internacionales tanto de lucha de clases como luchas por derechos democráticos, la mayoría de las cuales se han reflejado en Costa Rica.
En este sentido las movilizaciones de mujeres han ido aumentando su capacidad de convocatoria, hasta haberse colocado como una discusión fundamental en la sociedad como un todo, dentro de la clase trabajadora, dentro de la izquierda, etc. Este aumento no es solo cuantitativo, sino que también tiene un reflejo en las discusiones que empiezan a atravesar al movimiento de mujeres, donde de posiciones predominantemente reformistas o burgueses progresistas asociadas al PAC, al FA y al separatismo reaccionario, han dado su paso a posiciones más a izquierda e incluso revolucionarias, es decir, que apuntan al cuestionamiento de la sociedad patriarcal, al capitalismo.
Este aumento cuantitativo y cualitativo no pasa desapercibido para la derecha y las iglesias, que han reforzado los ataques contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres que emanan de la Asamblea Legislativa, desde las Iglesias, etc. que han ido adoptando posiciones más reaccionarias, como el mencionado proyecto de derechos de la persona no nacida.
La tendencia del movimiento de mujeres, lento pero constante, parece ser en determinados sectores al incremento y la profundización del cuestionamiento al patriarcado, lo cual tendrá como consecuencia cuestionamientos a la sociedad capitalista, aunque con la acción de las direcciones reformistas en el seno de un movimiento que además es pluriclasista puede no solo contener sino hacer retroceder esta tendencia. En ese marco, se podría esperar que una nueva ola internacional de movilizaciones de mujeres impacten sobre el país, como ha sucedido en el pasado. Pero también se podría esperar que haya movilizaciones contra proyectos reaccionarios, misóginos y patriarcales que vengan desde la Asamblea Legislativa. También podría ser que nuevos fenómenos semi-espontáneos podrían volver a recorrer el país, contra la violencia patriarcal.
La última marcha del 25 de noviembre en San José así como en otras ciudades del país, cuando algunas de las demandas más escuchadas fueron contra la impunidad del Estado y sus instituciones ante los múltiples femicidios, por el aborto legal, contra los planes de ajuste del FMI y el Gobierno, vienen a reconfirmar esta tendencia. Una tendencia que toma más cuerpo aún por la dinámica internacional cuando una vez más la pelea por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito vuelve a tomar fuerza luego de la votación en el Congreso Nacional como media sanción en Argentina, país donde tuvo nacimiento la ola de marea verde.
Una discusión muy profunda debe ser dada dentro del movimiento de mujeres debido al exacerbado peso que tiene el punitivismo en el movimiento de mujeres, que apoyado en la justa reivindicación de detener la violencia hacia las mujeres, termina por defender una mayor presencia del Estado capitalista en la vida en la sociedad , lo cual entra en contradicción con el objetivo definitivo de vivir en una sociedad sin opresión y sin explotación, lo cual implica una sociedad sin el origen de la opresión y la explotación, que es el propio Estado y todas sus instituciones.
En este sentido la perspectiva socialista es clara. Luchamos en el interior de la sociedad capitalista por demandas que apunten aunque sea mínimamente a mejorar las condiciones miserables de vida de millones, pero las buscamos entrelazar con demandas que lleven a comprender que para terminar de una vez por todas con las condiciones miserables de vida solo es posible terminando con el sistema capitalista, pues nuestra estrategia no es reformista. No será un cambio “mínimo” el que dará una vida que no sea la explotación de la cuna hasta la muerte para miles de millones de mujeres.
El movimiento de mujeres, como lo demuestran las principales revoluciones de nuestra era, ha estado del lado de la revolución social. Por ello nuestra tarea es plantear una fuerte alianza del movimiento de mujeres y la clase trabajadora, que permita enfrentar el capitalismo patriarcal.
VIII. Principales tendencias en la situación actual
Costa Rica es un país muy dependiente económicamente, semicolonial, y desde hace unos años participa también de varios ciclos internacionales de movilizaciones, por lo que varias de las características de esas movilizaciones se expresan en la situación política nacional.
Para un país tan dependiente y semicolonial, las tendencias más generales de la crisis internacional lo condicionan fuertemente. En este sentido, mientras no se contenga la pandemia y se pueda tener un regreso a una economía sin Covid, la situación económica internacional, de crisis, se mantendrá en los próximos meses, aunque algunos analistas hablen que posiblemente se recupere hacia el segundo semestre del próximo año, pero aún los pronósticos más optimistas dan cuenta que a lo sumo ocurrirá una recuperación limitada después de una gran caída. En ese sentido, desde este momento y aproximadamente hasta la mitad del próximo, nos mantendríamos con premisas económicas de situación transitoria. Esto por supuesto suponiendo que las vacunas realmente funciones y que serán distribuidas gratuitamente a toda la población, lo cual es poco probable en la sociedad capitalista.
En el plano político, existe en los hechos un acuerdo de las burocracias sindicales, el Gobierno y los partidos e intelectuales del régimen, de evitar al máximo escenarios de luchas de clases, mismos que son posibles en el futuro inmediato. Que se desarrollen esos escenarios dependerá de muchas cosas, sobre todo de la voluntad de pelear de la clase trabajadora. Incluso, se podría dar el caso, como ya hemos visto en el proceso electoral anterior, de que las elecciones no detengan los fenómenos de lucha de clases, como las grandes movilizaciones sindicales contra el ajuste del FMI en medio de las elecciones y la segunda vuelta anterior, en 2018.
Sin embargo, si se dan estos hechos de lucha de clases, las burocracias sindicales tendrán a frenar, y debido a la extrema debilidad de la izquierda que se reivindica obrera y socialista, es posible que se den de maneras en apariencia accidentales y descoordinadas, en un clima lleno de contradicciones, propio de una situación transitoria que hemos apuntado.
En ese sentido es muy importante notar que los principales eventos de lucha de clases en el país han sido contra la implementación de los planes del FMI. Esto sucedió en 2018 y 2020, lo cual es muy interesante pues el FMI es una de las principales instituciones de dominación financiera internacional, el FMI es un ente político que promueve todo tipo de iniciativas para que las diferentes naciones pobres del mundo pongan una y otra vez toda su economía y las instituciones políticas que le acompañan, en función del enriquecimiento de una diminuta clase de empresarios internacionales (de quienes “nuestros costarricenses” grandes empresarios son sus socios menores) a costa de la explotación del trabajo de miles millones de hombres, mujeres y niños.
Día tras día, hora tras hora, gasto de músculo, de nervios, de cerebro, de cientos de miles de asalariados en la agroindustria, en la zona franca, en el call center, todo ese gasto de trabajo humano cuyo único fin es el enriquecimiento de unos pocos. Que la sociedad funcione así es el objetivo del FMI. Y vivimos en un país en que las masas luchan contra el FMI. Esto es un indicio de que una lucha de masas que radicalice podría adquirir contenidos claramente antiimperialistas así como anticapitalistas.
Además, que en Costa Rica se desafíe abiertamente al FMI e incluso que se le haga retroceder tiene una enorme importancia estratégica para la izquierda revolucionaria, que tiene más espacio para levantar un claro programa frente a la situación y la dinámica en curso, contra la deuda externa, así como en general la divulgación de demandas transitorias (esto es, que superen el capitalismo) que lleve a las masas a la comprensión de que la pelea es contra este sistema de explotación, a la par de desarrollar una propaganda sistemática sobre la necesidad del poder de la clase trabajadora, que permitan explicar la transición del capitalismo al socialismo, a manos de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud.
Por la situación internacional del país, como parte de Centroamérica, una nacionalidad oprimida por el imperialismo estadounidense, el enfrentamiento a las medidas de ajuste capitalista pueden adquirir en el futuro mayor radicalidad, mayor contenido antiimperialista, lo que podría significar situaciones políticas mucho más favorables para la clase trabajadora, las mujeres, la juventud y el pueblo pobre.
IX. Elementos programáticos para la nueva situación
Proponemos el siguiente programa político en el periodo inmediato, programa desde el cual implementaremos todas nuestras tácticas, desde la divulgación y la propaganda, hasta las constructivas. Invitamos a todos nuestros lectores y lectoras, amigos, colaboradores, contactos, etc. a que discutamos la implementación de estas medidas (así como otras medidas justas que no estén contenidas acá) para lograr una clase trabajadora más politizada, un movimiento de mujeres, una juventud que luche contra el capitalismo, etc. Si no terminamos con este régimen donde se pelean por quién es más ajustador, continuará la crisis y el agravamiento de los padecimientos del pueblo trabajador. Planteamos de entrada que la necesidad de construir un fuerte partido revolucionario de la clase trabajadora se vuelve más urgente.
• Por el retiro definitivo de la política de endeudamiento con el FMI que promulga el Gobierno. Fuera el FMI de Costa Rica y de toda América Central. La deuda externa no es solo imposible de pagar e ilegítima sino que es sobre todo un mecanismo de control sobre trabajadores y el pueblo pobre por parte del capital financiero y los político y empresarios locales ¡No al pago de deuda externa! Además la clase trabajadora no debe pagar una crisis económica que no generó ¡Qué la crisis la paguen los ricos!
• Exigimos fuertes impuestos progresivos a las grandes fortunas y a las zonas francas. Allí está el dinero para la educación, la salud y la vivienda. Si las empresas no quieren someterse a ello, hay que expropiarlas y ponerlas bajo control de las y los trabajadores.
• Ni un solo despido ni reducción de salarios. En su lugar, deben, haber salarios de cuarentena al nivel de la canasta familiar para todas y todos los trabajadores, pagados con los impuestos de las grandes fortunas. Además, las jefaturas, diputados y gobierno central del Estado deben tener salarios iguales al de maestros y maestras de educación primaria y secundaria pública. Basta de “sueldos” millonarios y privilegios para los altos jerarcas del Estado mientras la clase trabajadora tiene salarios de hambre.
• Para enfrentar la pandemia, es necesaria la unificación del sistema de salud, que debe ser controlado por las y los trabajadores, la nacionalización de las empresas médicas de capital transnacional que operan en la Zona Franca, mismas que están obteniendo ganancias en el marco de la pandemia que afecta a millones, para la fabricación de todos los implementos necesarios.
• Plan de obras públicas y vivienda para los sectores populares, controlado por las organizaciones obreras y populares. Basta de viviendas precarias o familias sin techo, y que se ve agudizada cada año en épocas de torrenciales lluvias o huracanes. No es la naturaleza, es el capitalismo que nos condena a viviendas precarias donde a cada momento nuestras vidas corren peligro.
• Reducción de la jornada laboral a seis horas y reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados sin afectar el salario. Basta de esclavitud laboral, terminemos con todas las formas de trabajo precario. Por la escala móvil de salarios, por un salario al nivel de la canasta familiar.
• Los trabajadores y sectores afectados por la crisis quieren luchar. Basta de burocracias sindicales que frenan las luchas. Impulsemos la organización y coordinación democrática para que triunfen y golpear con un solo puño. Hay que estrechar la alianza obrera y popular.
• Basta de pasividad de las direcciones sindicales. Exigimos a las direcciones sindicales que convoquen a un Encuentro Nacional de Trabajadores que unifique el conjunto de las reivindicaciones de trabajadores y trabajadoras, así como de las clases medias arruinadas por la crisis y del pueblo pobre para enfrentar al gobierno de Alvarado, de manera independiente de los partidos del Gobierno (como el FA) o de cualquier figura empresarial (como Corrales).
• Denunciamos al Estado y a la justicia patriarcal que garantizan impunidad frente a los femicidios ¡Ni Una Menos! ¡Vivas nos queremos! El gobierno y los enemigos del derecho a decidir han propuesto un ataque más contra el derecho al aborto con el proyecto de vientres de alquiler o "adopción anticipada", además del proyecto de "derechos del no nacido". Seguiremos luchando por el derecho al aborto seguro y gratuito. Por la Separación de la Iglesia y el Estado. Hay que apostar por un movimiento de mujeres con independencia del gobierno, que pelee, junto con la clase trabajadora por las demandas que tenemos.
• Ruptura de todos los pactos que nos atan al imperialismo. Retiro inmediato de Costa Rica del Grupo Lima, basta de ser cómplices de políticas de injerencia imperialista en otros países.
La lucha por este programa permitirá que los propios trabajadores, mediante su experiencia con el gobierno, cuestionen las bases mismas de la sociedad capitalista. Estamos por la expropiación de los expropiadores. Por un gobierno de las y los trabajadores, en ruptura con el capitalismo y conquistado con la movilización revolucionaria del pueblo trabajador, basado en consejos de trabajadores y el pueblo pobre. Sabemos que estos objetivos solo pueden lograrse con la movilización de millones. En la clase trabajadora está la fuerza para quebrar la resistencia de la clase dominante a cualquier medida que atente contra sus intereses.
https://www.laizquierdadiario.com/Tesis-sobre-la-situacion-politica-nacional-en-Costa-Rica