Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

La política de EU hacia Iberoamérica está orientada CONTRA la iniciativa de la franja y la ruta de China


La “nueva” política de Estados Unidos hacia Iberoamérica y el Caribe, que la anunció oficialmente el pasado 17 de agosto el Asesor de Seguridad Nacional Robert O’Brien, con el pomposo nombre de “Marco estratégico para el hemisferio occidental”, tiene un doble enfoque, cuyo único propósito es el de contrarrestar la supuestamente “maligna” Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) de China, que ya ha logrado reclutar a 19 naciones iberoamericanas y caribeñas, lo cual es ya demasiado tratándose del secretario de Estado Mike Pompeo o de O’Brien, el sucesor de John Bolton, del cual por lo visto solo cambió el ritmo e intensidad de la arremetida en la región.

Además del enfoque de la seguridad, basado en el fortalecimiento de la cooperación militar, el combate al crimen organizado y al narcotráfico, la lucha contra la “corrupción” y el entrenamiento par los futuros “dirigentes militares” de la región en las instituciones estadounidenses, el otro “pilar” de la política es la promoción de la inversión del sector privado estadounidense (en contraste con las empresas públicas chinas, por supuesto) para lo cual los vehículos de financiamiento principales serían la Corporación Financiera para el Desarrollo Internacional (DFC, por sus siglas en inglés) y el programa “América Crece” del Departamento de Estado. “América Crece” consiste en la promesa de que las empresas estadounidenses que salgan de China se reubicarán en Iberoamérica y el Caribe y van a arrojar más inversiones. Según la plataforma informativa Dialogo Chino del 18 de septiembre, hay 14 naciones iberoamericanas que ya se han inscrito oficialmente en el programa.

Cabe señalar que cuando O’Brien hizo el anuncio, a su lado estaba Adam Boehler, presidente de la DFC, quien lo acompañó en una gira por Panamá y Colombia, junto con el almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur de Estados Unidos (de triste fama) y el fanático ultraderechista contra China, Mauricio Claver-Carone, quien recientemente fue impuesto como nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Recordemos que el ex Presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, rompió las relaciones diplomáticas con Taiwán y las estableció con China, se unió a la IFR y promovió los proyectos de inversión chinos en el país, tales como la construcción de un ferrocarril de alta velocidad hasta la frontera con Costa Rica.

 El actual Presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, es mucho más reacio a cooperar con China, y está bajo enormes presiones de Estados Unidos. Cuando se despedía de Panamá en su gira, O’Brien, luego de asegurarse una serie de acuerdos, proclamó abiertamente que “los verdaderos amigos se ayudan mutuamente cuando los tiempos se ponen duros… gracias a China, desafortunadamente, estos días son muy duros”.

El 22 de septiembre, la revista derechista estadounidense National Review, publicó un artículo firmado por John Taylor, funcionario del Departamento de Defensa de EU, titulado “En ausencia de Estados Unidos, China está tomando a Latinoamérica por asalto” (In America’s Absence, China Is Taking Latin America by Storm). El artículo documenta las inversiones de China en proyectos de infraestructura en la región, y propone que la DFC se asocie con el sector privado de las naciones iberoamericanas “para financiar soluciones a los desafíos críticos regionales de seguridad y desarrollo”. 

Taylor presume de que la DFC ya ha firmado Memorándum de Entendimiento con El Salvador, Guatemala y Honduras por $2,500 millones de dólares en inversiones del sector privado, y destaca que el 25% de toda la cartera del DFC de $24,000 millones está dedicado al hemisferio occidental.

Fuente:

LaRouche PAC — La política de EU hacia Iberoamérica está orientada contra la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China.

Related Posts

Subscribe Our Newsletter