Pablo Gonzalez

Nicaragua: Diriamba, testimonio de María Auxiliadora Henríquez Espinoza


En Septiembre 1978-. Se dio la Insurrección de Septiembre en toda Nicaragua, especialmente en Diriamba, León, Masaya y otros Departamentos.
 Recuerdo que ése día la genocida guardia de Somoza estaba donde es la Academia Santa María y los muchachos estaban donde era el Instituto El Maestro, es decir esquina opuesta a la gasolinera uno. 

Ese día eran cerca de las 10 am, cuando vi pasar por la casa los muchachos en fila con sus pañoletas roja y negra en el cuello, hacia el divino pastor. 

El padre Juan José Urroz, un padre español y amigo de la causa sandinista llego a dejarnos dinero y llevarse a mi padre para que no corriera peligro, ya que sabíamos que nos tenían en la mira y estábamos rodeados de somocistas enfrente teníamos 2 guardias EEBI, en la parte de atrás estaba la Marcelina, y por donde hoy es el parque la mascota estaba Pedro bizco y la chu pelona. 

Días antes Víctor Mi hermano (BENITO) había tirado una bomba desde la torre de la casa, hasta la casa de la Somocista Nubia Hernández que vivía de toto zapata 1c. Abajo 2c norte 1/2 abajo. 

Y desde ahí vino la persecución de nosotros porque sabían que éramos sandinistas y mi padre RAMON HENRÍQUEZ RODRIGUEZ, era de la corriente del FSLN Proletaria, integrado en ese momento por los hnos. Carrión Cruz, empresa donde mi papá trabajaba. 

A eso de las 11 am inicio la balacera, entre las 2 partes. Nos encerramos en las casas solo escuchando la balacera y las bombas lacrimógenas y el sonar de las campanas, se fue arreciando más y a eso de la 1 pm mi papá se fue con Guillermo Mendieta (el Canoso) y William que nunca supe su apellido hacia la parte de la entrada de arriba del patio, ya que la casa era la media manzana que iniciaba esquina opuesta a donde es hoy el parque la mascota, anteriormente era la esquina del atol y la otra entrada era frente donde es hoy pizza TO GO. 

A los 10 minutos de que ellos salen oímos unas detonaciones de balas en dirección donde ellos estaban y salimos corriendo mi mamá y yo y gritando que habían matado a mi papá y corrimos para ese lado a ver que pasaba, pero en lo que nosotros vamos vienen como 10 guardias en contra de nosotros empujandonos a mi mamá y a mi, no querían dejarnos pasar para ir a ver a mi papá y comencé a gritarles malditos, asesinos y los pateaba porque me tenían agarrada de los brazos y en una de esas mordí al guardia que me tenía agarrada y me soltó y salí corriendo a ver en lo que íbamos otros perros asesinos traían a mi papá herido y fue peor mi furia y comencé a gritarles más asesinos y uno de ellos me quiso dar con un arma y el otro le dijo ahí déjala. 

Pero ya habían herido a mi padre, el balazo fue en la Ingle, le perforó el riñón y le desbarato el estómago.

 En eso un guardia supuestamente era médico y nos pidió sabanas y una cama para acostar a mi papa y ratearlo para evitar se desangrara en la casa habían tijeras de madera y ahí lo acostaron y vendaron, en ése momento yo salí bajo las balas a la cruz roja que estaba donde hoy es la tropigas, fui gritando llamando a la Gioconda Sánchez, hoy dueña del Restaurante Zuleyca y a Hermógenes para decirle lo que había pasado y que llegaran pero ellos andaban viendo otro herido y le dije a René Orue hijo, que le dijera.

 A mi papá lo tuvieron en la tijera alrededor de 1 hora, porque estaban registrando la casa buscando las armas, que ni siquiera estaban ahí porque el padre Juan se las habia llevado a Managua. 

Y fue a eso de las 3.30 que la Guardia se lleva a mi papá supuestamente al hospital y no dejaron que fuera mi mamá, y se lo llevaron al comando donde hoy es la alcaldía, cuando ya no los veíamos hicieron que mi papá se subiera a la camioneta anaranjada unas bien altas y lo tiraron ya en el comando lo tiraron en un colchón pura sangre donde habían matado a otro y lo pateaban en la herida y de decían entre ellos matémoslo, si de todas formas no va a vivir, pues las balas que tenían en ese tiempo vinieron del imperio y estaban envenenadas. toda la tarde fue una angustia terrible para nosotros ya que creíamos muerto a mi papá, a eso de las 7 pm llego Geoconda en la camioneta de la cruz roja bajo las tinieblas porque ni siquiera había luz a avisarle a mi mamá que mi papá estaba en el hospital y se la llevo para que lo fuera a cuidar, la guardia después que rebatió toda la casa y no encontró nada se fueron pero dejaron la tanqueta adentro del patio y dejaron armas y granadas, pero mi mamá les aviso a los muchachos que las fueran atraer. 

Al siguiente día que llega la guardia y no las encuentra comenzó de nuevo el martirio y asedio y se quedaron en la casa registrando de nuevo y hasta nos robaron prendas y riales. 

Y en el hospital cuando mi papá llego el que lo recibió fue un guardia que era un chino director del hospital Regional Santiago y desde ese momento mi papá tenia 2 guardias afuera del cuarto y 1 guardia adentro y la casa de nosotros bien vigilada, en ese tiempo yo tenia 11 años pero tenia cuerpo de 14 y me ponía tacones y pintada para que pasará de 15 años y me dejaran entrar al hospital ese 16 de septiembre me fui a pie de Diriamba al hospital y cuando vi a mi papá tendido en esa cama fue terrible estalle en llanto y mi papá también. 

La herida que tenia era enorme que le desbarató todo, para curarlo le metían la mano en el estómago y salía en la ingle del gran hueco que tenía, yo diario iba al hospital 2 veces al día.

 Eso era terrible, sin embargo tuvo una buena enfermera Tina Salinas, hoy concejal FSLN, y otras enfermeras que con tanto amor lo cuidaron, y al mes completo exactamente a la misma hora que lo hirieron falleció el 15 de octubre de 1978 que se le paralizaron los riñones, le dio anemia, fueron tantos órganos que le dañaron que los médicos decían que no iba a sobrevivir y que si lo hacia seria un vegetal. 

Un hombre de una compostura recia, hacia ejercicios, y pesaba como 170 libras y murió pesando 90 libras. Ese día yo fui en la mañana a dejar desayuno y todavía lo vi vivo, por la tarde que llegue iba a entrar al cuarto y mi tío Félix no me dejó entrar, en ese momento estaba muriendo. 

 Yo me puse como loca gritando y corriendo en el hospital, al rato salió mi mamá a decirme que mi papá ya se había muerto y que fuera a avisar y arreglar la casa y todo lo de la vela, se imaginan yo una niña de 11 años con semejante responsabilidad y decirle a mis hnos. que nos habíamos quedado sin padre. 

Hice todo lo que mi mamá me dijo y la Celeste Larios me ayudó y otras personas los Carrion nos trajeron hasta la caja, la guardia nos dio permiso de velarlo hasta las 10 pm. Pero en la calle estaban muchos guardias. Y nos dijeron que a las 10 cerráramos y nos quedáramos solo la familia. 

El entierro fue igual guardias adelante y atrás. Sin embargo le doy gracias a Dios que pudimos enterrar a mi padre en grande con su misa en la Basílica donde íbamos todos los domingos, una misa con órgano cantada por mi primo Roberto Ortega, su papa y hermanos.

 Y desde ese día la guardia siempre nos tuvo en la mira. Honor y gloria a la memoria de mi padre. Y desde 1977 SOY SANDINISTA Y JAMÁS TRAICIONARE SUS IDEALES. LO LLEVO EN LA SANGRE Y ESTA REVOLUCIÓN ME CUESTA LÁGRIMAS Y SANGRE. nosotros tuvimos la suerte de que a pesar que estaba la guardia lo velamos y enterramos, a la viuda de don Guillermo Mendieta el canoso, solo lo velo ella y a las 6am lo fue a enterrar en un carretón de mano seguida de la guardia. 

Esta HISTORIA NADIE ME LA CONTÓ YO LA VIVÍ EN CARNE PROPIA. 

MARÍA  AUXILIADORA HENRÍQUEZ ESPINOZA. MAUXI.

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