Durante el siglo XX, ciertos sujetos pertenecientes a las estructuras de poder en EE.UU. decidieron sacrificar la salud y el bienestar de sus conciudadanos bajo la premisa de que tanto la investigación como la seguridad nacional eran lo más importante.
Se efectuaron numerosos experimentos utilizando substancias radioactivas con el fin de investigar sobre sus efectos en el cuerpo humano. En su mayoría los receptores fueron militares o personas pertenecientes a colectivos vulnerables.
La realidad supera a la ficción en numerosas ocasiones. Es cierto también que la maldad humana no conoce límites. El ser humano es capaz de dar lo mejor de sí en beneficio de los demás, pero a veces, es capaz también de desatar las peores pesadillas imaginables.
Una de esas pesadillas se refleja en los experimentos con radiación en humanos que se realizaron en Estados Unidos, por lo menos, durante el siglo XX, en nombre de la investigación y la seguridad nacional.
A día de hoy, se calcula que ciertos investigadores en el país han realizado miles de experimentos con radiación en humanos para determinar los efectos de la radiación atómica en el cuerpo humano. En su mayoría los receptores fueron militares o personas pertenecientes a colectivos vulnerables.
La mayoría de estas pruebas fueron realizadas, financiadas o supervisadas por el Ejército de los Estados Unidos, La Comisión de Energía Atómica o varias agencias del Gobierno Federal de los EE.UU. Durante muchos años, la información relativa a estos programas fue de carácter clasificado y se mantuvo en secreto.
PRUEBAS EN HUMANOS DURANTE LA "GUERRA FRÍA"
A finales de agosto de 1997, el Departamento de Defensa de EE.UU publicó un informe en el que se revelaba que, además de experimentar sobre sus tropas a partir de los años 40, contaminó deliberadamente a "sectores marginales de la población": esquimales del estado de Alaska, afroamericanos con bajo coeficiente intelectual, niños con discapacidad intelectual etc. Según la CNN, altos mandos de Defensa reconocieron que muchas de las personas "no sabían a lo que se exponían", aunque "se prestaban voluntariamente".
Estas revelaciones pertenecen a una larga lista de informes que comenzaron a salir a la luz al final de la década de los 90 a raíz de que un comité presidencial determinara en 1995 que la Comisión de Energía Atómica "había experimentado con radiación atómica sobre seres humanos a partir de la Guerra Fría".
Al respecto, una investigación dirigida por Hazel O'Leary, séptima Secretaria de Energía de Estados Unidos, descubrió que "médicos, científicos y oficiales militares del Gobierno habían llevado a cabo "experimentos poco éticos en hasta 20.000 personas entre 1944 y 1974". Se calcula que se realizaron más de 4.000 experimentos en total.
Estos serían algunos de los ejemplos:
Entre 1945 y 1947, a 18 personas diagnosticadas con enfermedades terminales se les inyectó plutonio como parte del Proyecto Manhattan. Los experimentos se llevaron a cabo en hospitales de Oak Ridge, Tennesse; Rochester, NY; Chicago y San Francisco.
Entre 1946 y 1947, a 6 pacientes con buena función renal se les inyectó sales de uranio en la Universidad de Rochester.
En los años 50, un estudio sobre el tiroides en condiciones de frío extremo llevó a la Fuerza Aérea a dar yodo radioactivo a grupos de esquimales de Alaska. En 1997, estos esquimales se encontraban inmersos en un proceso de negociación con el Departamento de Defensa por la compensación por los perjuicios causados.
Fue en esta década también cuando los objetores de conciencia menonitas, una rama exclusiva de los Amish que cuenta con miles de adeptos en EE.UU, se ofrecieron como cobayas humanas a cambio de no ir al servicio militar. Comieron alimentos con substancias radioactivas.
De la misma manera, algunos niños de un colegio para discapacitados intelectuales en Massachussets (Escuela Estatal Walter E. Fernald) fueron alimentados con substancias radioactivas. A los niños no se les dijo nada en absoluto, y el personal del hospital y los investigadores les afirmaron que iban a unirse a un "club de ciencia". En otro estudio realizado en la misma escuela en 1956, los investigadores administraron calcio radioactivo a los niños por vía oral e intravenosa.
No obstante, estas no fueron las únicas personas de corta edad que fueron utilizadas como cobayas humanas. Entre 1948 y 1954, con fondos del Gobierno Federal, investigadores del Hospital Johns Hopkins insertaron varillas de radio en la nariz de 582 escolares de Baltimore, Maryland, como alternativa a la adenoamigdalectomía.
En otro experimento que se llevó a cabo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati (Ohio), se aplicó radiación por todo el cuerpo a enfermos de cáncer que, en su mayoría, eran afroamericanos con un bajo coeficiente intelectual.
Entre 1953-1957, el Laboratorio Nacional de Oak Ridge llevó a cabo experimentos de inyección de uranio en once pacientes en el Hospital General de Massachusetts como parte de su investigación continua en Física de la Salud. Los científicos descubrieron que el uranio se localizaba en los riñones humanos a un ritmo mucho mayor de lo que se pensaba anteriormente.
De 1961 a 1963, en la Universidad de Chicago y en el Laboratorio Nacional Argonne, 102 personas fueron alimentadas con partículas de lluvia radioactiva simuladas que contenían estroncio, bario o cesio, o con soluciones de estroncio y cesio. Este experimento fue diseñado para medir la absorción y retención humanas de estas substancias radioactivas.
Entre 1963 y 1965, se liberó yodo radioactivo deliberadamente hasta en siete ocasiones en la Estación Nacional de Pruebas de Reactores de la Comisión de Energía Atómica en Idaho. Los experimentos incluyeron que siete personas bebieran leche de vacas que pastaron en tierras contaminadas y la colocación de personas en los pastos durante la liberación.
Durante la década de los 60, en el Instituto para la Investigación Nuclear de Oak Ridge se alimentaron 54 pacientes hospitalarios con tracto intestinal normal con lantano-140. Este experimento fue diseñado para medir la tasa en que esta substancia radioactiva pasaba a través del cuerpo.
Se realizaron otras investigaciones a gran escala patrocinados por el Gobierno Federal en prisioneros en las prisiones estatales de Washington y Oregón, y en mujeres embarazadas en la Universidad de Vanderbilt. Estos experimentos se aprovecharon de las poblaciones vulnerables a las que no se les dieron suficientes detalles para dar su consentimiento informado.
Además de todos estos casos, durante décadas cientos de soldados estadounidenses como los habitantes de los alrededores estuvieron expuestos a la lluvia radioactiva que provocaban las explosiones nucleares de prueba. Es muy probable que estos colectivos sirvieran para realizar estudios de seguimiento. [+ información en https://www.alainet.org/es/articulo/175125]
Prueba nuclear en noviembre de 1951 en el emplazamiento de pruebas nucleares de Nevada.
Fue el primer ejercicio de campo en los Estados Unidos que se llevó a cabo en tierra; las tropas que se ven están a solo 6 millas del punto de explosión. Fuente: Gobierno Federal de los Estados Unidos.
En tonalidad rojiza se indica el grado de aumento de la radiación (yodo-131) en las tiroides de las personas, según el lugar, como consecuencia de las pruebas atómicas de Nevada. Fuente: National Cancer Institute.
LOS RESULTADOS DEL INFORME GUBERNAMENTAL
El 15 de enero de 1994, el presidente Clinton nombró al Comité Asesor sobre Experimentos con Radiación en Humanos. El presidente creó el Comité para investigar los informes de "experimentos posiblemente poco éticos financiados por el Gobierno desde hace décadas". Los miembros del Comité Asesor fueron catorce ciudadanos privados de todo el país: un representante del público en general y trece expertos en bioética, radio-oncología y biología, medicina nuclear, epidemiología y bioestadística, salud pública, historia de la ciencia y la medicina y el derecho.
El informe del comité presidencial subraya los siguientes resultados clave:
Entre 1944 y 1974, el Gobierno Federal patrocinó varios miles de experimentos con radiación en humanos. En la gran mayoría de los casos, los experimentos se realizaron para promover la ciencia biomédica; se llevaron a cabo algunos experimentos para promover los intereses nacionales en defensa o exploración espacial; y algunos experimentos sirvieron tanto para propósitos biomédicos como de defensa o exploración espacial. Como se señaló, en la gran mayoría de los casos solo se dispone de datos fragmentarios.
La mayoría de los experimentos con radiación en humanos identificados por el Comité Asesor involucraron trazadores radiactivos administrados en cantidades que probablemente sean similares a las que se utilizan en la investigación actual. La mayoría de estos estudios de trazadores involucraron sujetos adultos y es poco probable que hayan causado daño físico.
Sin embargo, en algunos estudios de trazadores no terapéuticos en los que participaron niños, las exposiciones a radioisótopos se asociaron con aumentos en el riesgo potencial de por vida de desarrollar cáncer de tiroides que se considerarían inaceptables en la actualidad.
El Comité Asesor también identificó varios estudios en los que los pacientes murieron poco después de recibir radiación externa o dosis de radioisótopos en el rango terapéutico que se asociaron con efectos agudos de la radiación.
Aunque la AEC, el Departamento de Defensa y los Institutos Nacionales de Salud reconocieron en una fecha temprana que la investigación debe realizarse solo con el consentimiento del sujeto humano, hay poca evidencia de reglas o prácticas de consentimiento, excepto en la investigación con sujetos sanos.
Durante las décadas de 1940 y 1950 era habitual que los médicos utilizaran a los pacientes como sujetos de investigación sin su conocimiento o consentimiento.
Por el contrario, el Gobierno y sus investigadores se enfocaron con éxito sustancial en la minimización del riesgo en la realización de experimentos, particularmente con respecto a la investigación que involucraba radioisótopos. Pero se prestó poca atención durante este período a las cuestiones de equidad en la selección de temas.
Los funcionarios del Gobierno y los investigadores son culpables de no haber implementado políticas y prácticas para proteger los derechos e intereses de los sujetos humanos que fueron utilizados en investigaciones de las que los sujetos no pudieron obtener un beneficio médico directo.
En la medida en que haya motivos para creer que la investigación podría proporcionar un beneficio médico directo a los sujetos, los funcionarios gubernamentales y los profesionales biomédicos son menos culpables por no haber tenido tales protecciones y prácticas en vigor.
Durante el período 1944-1974, el gobierno realizó varios cientos de emisiones intencionales de radiación al medio ambiente con fines de investigación. Generalmente, estas emisiones no se realizaron con el propósito de estudiar los efectos de la radiación en los seres humanos.
En su lugar, generalmente se realizaron para probar el funcionamiento de las armas, la seguridad del equipo o la dispersión de la radiación en el medio ambiente.
En el caso de las liberaciones intencionales en las que se han realizado reconstrucciones de dosis, es poco probable que el público sufriera daños directos únicamente como consecuencia de estas pruebas. Sin embargo, estas liberaciones se llevaron a cabo en secreto y, a pesar de las continuas solicitudes del público que se remontan a más de una década, parte de la información sobre ellas se hizo pública solo durante la vida del Comité Asesor.
Para más información, consultad los siguientes informes:
Disponible
Disponible en https://archive.defense.gov/pubs/dodhre/Narratv.pdf
Disponible en https://ippnw.org/~ippnwor1/pdf/mgs/1-1-mccally.pdf
Más información:
"Unethical human experimentation in the United States": https://en.wikipedia.org/wiki/Unethical_human_experimentation_in_the_United_States#Human_radiation_experiments
"Human Radiation Experiments": https://www.atomicheritage.org/history/human-radiation-experiments
"U.S. Radiation Experiments": https://ahrp.org/category/scientific-racism/us-radiation-experiments-atomic-energy-commission/
"Cold war human radiation experiments in the USA": https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11644626/
"Plutonium files: experimentación radiactiva con humanos": https://www.eitb.eus/es/radio/radio-euskadi/programas/la-mecanica-del-caracol/detalle/5594171/plutonium-files-experimentacion-radiactiva-humanos-naukas-donostia/
https://www.eulixe.com/articulo/reportajes/estados-unidos-caso-experimentos-radiacion-humanos/20200918082127020792.html