El continente africano no vive ajeno a los procesos que se dan en las regiones de su alrededor. Las dinámicas de competición entre las potencias de Oriente Medio cada vez involucra a un mayor número de países africanos como aliados o implicándose en los conflictos que se dan en su territorio.
Israel ha hecho grandes esfuerzos por expandir su influencia en África. El portavoz del primer ministro Benjamin Netanyahu declaro “La expansión de las relaciones entre Israel y los países africanos es de gran importancia. Es una prioridad importante para el primer ministro acercarse a los países que rompieron relaciones con Israel en la década de 1970”.
Los objetivos del gobierno se basan en conseguir aliados nuevos en la escena internacional, aumentar su mercado de exportaciones y disminuir los apoyos hacia Palestina. Por el momento su actividad es muy concreta y discreta, por lo que no hay una gran cantidad de datos y cifras acerca de sus operaciones.
Las acciones israelíes en suelo africano pasan actualmente por empresas de seguridad, ONG y donantes privados ya que el propio gobierno no posee los recursos suficientes para desplegar un proyecto a gran escala, por lo que este ha quedado subcontratado. Israel es un gran exportador de armamento y ve en África un mercado en auge.
Países africanos como Chad, Níger, Malí, Nigeria y Camerún se han convertido en compradores de su tecnología con el fin de combatir el terrorismo. La tecnología en la lucha antiterrorista también incluye asesoramiento, pues los medios keniatas aseguran que tras el atentado al centro comercial Westgate en 2013 Israel asesoró a la división antiterrorista del país.
La tecnología agrícola se ha convertido en uno de los productos de exportación estrella ya que los estados africanos tienen una gran demanda de tecnología avanzada en este sector.
Sin embrago, Israel no lo tiene fácil a la hora de ganar aliados en el continente ya que una gran parte de ellos son de mayoría musulmana y apoyan a Palestina. Todos los países del continente, menos Camerún y Djibuti, reconocen a Palestina como estado legítimo y 48 de ellos mantienen relaciones diplomáticas. La mayor parte de los países de mayoría musulmana no ha reconocido nunca a Israel o se han retractado de su reconocimiento. Sudáfrica también muestra una posición hostil contra Israel por sus políticas sobre la población Palestina.
Reconocimiento de Israel y Palestina por los estados africanos (Fuente: elaboración propia)
Los países de mayoría musulmana constituyen un bloque de oposición en organizaciones internacionales como la ONU que ralentiza los planes de Israel. Además, la estrategia de expansión israelí provoca recelos en países africanos con los que ha tenido un pasado conflictivo, como puede ser Egipto.
No obstante, ésto no detiene al gobierno de Netanyahu que busca la normalización de relaciones diplomáticas con países como Sudán, de mayoría musulmana y aliado de Egipto. Los días antes de la primera gira del primer ministro israelí, el diario Times of Israel reflejaba las intenciones de Netanyahu ya que éste declaraba su deseo de “desmantelar el gigante bloque de 54 países africanos que siempre hace posible una mayoría automática contra Israel en las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales”
En años anteriores Israel se ha centrado en los países de mayoría cristiana, que se encuentran en la zona sur del continente, a los que ha realizado varios viajes. Kenia fue durante mucho tiempo su principal enclave pero ahora ha ampliado su radio de acción a países como Etiopía o Ruanda.
Las políticas de acercamiento a países africanos tuvieron un relativo éxito ya que se reanudaron relaciones diplomáticas con Guinea, así como la visita del presidente de Chad, Idris Debi, a Tel Aviv y la paulatina apertura de embajadas en trece países africanos.
Las relaciones entre Israel y el continente africano comenzaron en los años 60 cuando éste buscaba aliados para constituir su estado y dejar aislada a Palestina y vio en los países recién independizados una gran oportunidad de expansión.
La guerra del Yom Kippur supuso un punto de inflexión, ya que tras la acusación egipcia de que los israelíes habían ocupado suelo africano, la mayor parte de los países musulmanes rompieron relaciones diplomáticas con Israel o le retiraron su reconocimiento.
Solamente tres estados mantuvieron relaciones formales con Israel: Lesoto, Malawi y Suazilandia. Desde aquel momento las relaciones se han mantenido congeladas durante décadas. Durante los años 80, Israel comienza a dar tímidos pasos de acercamiento hacia los países del África subsahariana, que se mostraban más receptivos a entablar relaciones comerciales y diplomáticas.
En 2015, con la visita de Benjamin Netanyahu se marca el inicio de las políticas de acercamiento israelíes, siendo el primer ministro en visitar el continente en 50 años. Bajo el lema “Israel ha vuelto a África, África regresa a Israel” el primer ministro realizo una gira por Kenia, Uganda, Etiopía y Ruanda. Netanyahu se implicó en cumbres africanas de desarrollo como por ejemplo el Foro Económico Israel-Kenia .
Un año después participaba en la cumbre de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), siendo un hito histórico ya que ha sido el único primer ministro no africano que asiste, lo que recibió críticas por parte de Nigeria, Níger y Senegal. Además de su participación en estas reuniones, Israel aspira a convertirse en miembro observador de la Unión africana, lo cual provoca grandes reticencias.
Al mismo tiempo, Netanyahu ha sido invitado a participar en investiduras de presidentes africanos como es el caso del líder del ejecutivo keniata, con quien posee una muy buena relación.
Otras partes del ejecutivo israelí se han implicado en el establecimiento de relaciones diplomáticas con el continente, como es el caso del presidente Reuven Rivlin, la ministra de Justicia y el ministro de agricultura, que visitaron Etiopía en 2018.
La progresión de Israel es muy lenta ya que se encuentra con la fuerte oposición de los países afines a Palestina. Esto pudo plasmarse en el intento de organización de una cumbre Israel-África, al estilo de las que organiza Francia o Rusia.
A esta reunión iban a asistir la mayor parte de los estados africanos, a excepción de los del Magreb, teniendo como objetivo profundizar en la cooperación en materia de seguridad, agricultura y relaciones diplomáticas.
La cumbre fue cancelada indefinidamente sin haber un motivo claro. Sin embargo se habla de presiones por parte de Sudáfrica y países árabes, ya que no se veía correcta una cumbre con un actor que ocupa territorios pertenecientes a Palestina.
La cancelación de esta cumbre supuso un golpe muy duro a los planes de expansión de Israel que tuvo que readaptar su estrategia y volverla más sutil y discreta.
Protestas en apoyo a Palestina (Fuente: AiSur)
Israel ha visto en el continente africano una oportunidad para expandir su influencia sin embargo se ha encontrado con la resistencia de los países musulmanes. Esto le ha obligado a diseñar una estrategia totalmente diferente al resto de estados que buscan también una mayor influencia.
No obstante parece funcionar, a pasos muy cautelosos, ya que ha hecho cambiar de opinión a diversos países y establecer vínculos comerciales a pesar del no reconocimiento.
Los acontecimientos de los próximos años que se den en Oriente Medio y África determinarán si Israel puede alcanzar sus objetivos.