Después de pleitos profundamente mezquinos, de descalificaciones entre los mismos, que es lo mejor que pueden hacer, de nuevos partos advirtiendo del surgimiento de siglas que se inventan y reinventan, de sacadas de lenguas, puñaladas y reclamos por representaciones que ninguno de ellos tiene, la más rancia y sucia cara del oposicionismo salió muy elegantemente por el aeropuerto Augusto C. Sandino, de traje y corbata y con vestidos de gala rumbo a San José, Costa Rica para irse a reunir con el jefe, con Mike Pompeo, Secretario de Estado Norteamericano, ante quien rindieron cuentas e informaron con mentiras de todas y cada una de sus tropelías contra el pueblo de Nicaragua a fin de continuar extendiendo la mano y seguir viviendo esa francachela manchada de sangre desde la cual piensan que pueden volver a repetir lo del 18 de abril de 2018 a fin de retomar el poder para robar a manos llenas como lo hicieron sistemáticamente antes del 2007 cuando todos fueron ellos fueron altos tiliches de un neoliberalismo que dejó a la nación arrasada y en tapa rabos.
La historia de Nicaragua está llena de escenas tristes que exponen, dolorosamente, la desvergüenza de quienes nunca querrán comprender, por razones de poder y de pesos y centavos, el significado que tiene, para la gran mayoría de los nicaragüenses, el nacionalismo, nuestra identidad, nuestra nicaraguanidad.
A finales de 1969, el fundador del FSLN, Carlos Fonseca Amador, escribía Nicaragua hora cero, que representó un aporte fundamental al desarrollo del pensamiento Nacionalista del sandinismo.
Algunos extractos de este documento profundizan en el tema de la agresión norteamericana, destacando la rebeldía y la dignidad, que han caracterizado al pueblo de Nicaragua y a la luz de la nueva arremetida político-diplomática de la administración estadounidense, a través de Mike Pompeo,su Secretario de Estado y de sus sirvientes oposicionistas de nuestro país, esta reseña histórica es más que valiosa y en consecuencia la he recogido del Equipo de Barricada para que tengamos presente la canallada de quienes se coluden con el emperador para dañarnos.
Para comprender la situación política actual de Nicaragua, es necesario tener en cuenta determinados rasgos que se han manifestado a través de la historia nacional.
Nicaragua es un país que ha sufrido a lo largo de más de cuatro siglos la agresión y opresión extranjera.
Nicaragua afrontó junto con el resto de países de América Latina el dominio de la península ibérica.
También sufrió en una región del territorio situado en la costa del Caribe la dominación británica, que se prolongó ciento cincuenta años, hasta 1893.
Nicaragua al mismo tiempo se cuenta entre las primeras víctimas de la política agresiva de Estados Unidos.
Poco después de ser proclamada por el gobierno de Estados Unidos la llamada doctrina Monroe en 1823, Nicaragua fue escogida como blanco de la rapacidad yanqui.
En la década del 30 del siglo pasado, representantes del gobierno de Washington recorrieron Nicaragua con el propósito de obtener información para preparar los planes de intromisión en el país y desde entonces el imperio ha tenido con nuestro país una relación fatal.
A continuación, se enumera una parte de los actos agresivos yanquis que ha padecido Nicaragua:
En 1850 los gobiernos de Inglaterra y Estados Unidos suscriben el llamado tratado Clayton-Bulwer, por medio del cual dichas potencias, sin tomar en cuenta al gobierno de Nicaragua, deciden arbitrariamente compartir el derecho a construir una vía interoceánica en Nicaragua.
En 1854 en el mes de junio de ese año un barco de guerra de Estados Unidos, capitaneado por un marino de apellido Hollins, bombardea y reduce a cenizas el puerto nicaragüense de San Juan del Norte.
En 1855 varios millares de filibusteros norteamericanos, encabezados por William Walker, intervienen en Nicaragua. Walker se proclama presidente de Nicaragua y es reconocido como tal por el gobierno yanqui de Franklin Pierce.
Entre otras salvajes medidas decreta la esclavitud. El pueblo de Nicaragua, con el respaldo de los demás pueblos de Centroamérica, empuña las armas y logra expulsar a los intervencionistas y filibusteros.
En 1870 el titular de Relaciones Exteriores del gobierno de Nicaragua, doctor Tomás Ayón, dirige patrióticas notas al representante del gobierno de Estados Unidos, en las cuales protesta contra la intromisión de ese país en los asuntos internos de Nicaragua y exige la reparación de los daños materiales causados por el bombardeo de 1854, así como el cumplimiento de compromisos fiscales del millonario inversionista Cornelius Vanderbilt.
En 1893 Lewis Hanke, representante del gobierno de Estados Unidos, fracasa al pretender mediar a favor del sector reaccionario, contra el cual se produce una resuelta rebelión popular.
En 1907 naves de guerra del gobierno de Estados Unidos ocupan las aguas del Golfo de Fonseca.
En 1909 el gobierno de Nicaragua, de orientación nacionalista, fusila a dos norteamericanos, de apellidos Cannon y Groce, respectivamente, culpables de participar en acciones armadas contra el gobierno de Nicaragua presidido por el General liberal José Santos Zelaya.
El gobierno de Estados Unidos, por intermedio del secretario de estado de Estados Unidos, dirige una nota, conocida con el nombre de «Nota Knox», al gobierno de Nicaragua, en la cual declara abiertamente el derecho de intervenir en los asuntos internos de Nicaragua.
En 1910 barcos de guerra de Estados Unidos intervienen a favor de los conservadores que se rebelan contra el gobierno de Nicaragua. En esa forma Estados Unidos impone un gobierno entreguista en Nicaragua.
En 1912 el país es ocupado por millares de infantes de marina de Estados Unidos. Se prolonga durante varios meses la resistencia armada contra la ocupación yanqui, al final de la cual muere con las armas en la mano el jefe patriota Benjamín Zeledón.
En 1914 Emiliano Chamorro, embajador del gobierno conservador en Estados Unidos, suscribe con Bryan, secretario de estado de Estados Unidos, el oprobioso tratado canalero conocido con el nombre de Chamorro-Bryan causando una reacción total de rechazo en el país.
En 1927 José María Moncada, representante de la burguesía liberal y jefe militar del ejército popular que se ha enfrentado al gobierno impuesto por la intervención norteamericana, perpetra una traición y entra en arreglos con el representante del Departamento de Estado, Henry L. Stimpson, quien años más tarde llegó a ocupar la secretaría de guerra en el gobierno de Truman. Durante su permanencia en ese cargo, se produce el bárbaro bombardeo atómico sobre Hiroshima y Nagasaki.
El General liberal, Augusto César Sandino, jefe de una columna del Ejército Popular, desconoce los arreglos de Moncada y se alza en armas contra la ocupación norteamericana y los traidores que la apoyan.
El Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, encabezado por Sandino, sostiene más de quinientos encuentros contra las fuerzas de ocupación.
A los ocupantes yanquis les resulta imposible derrotar militarmente a los patriotas de Nicaragua, pero antes de abandonar el país a comienzos del año 1933, dejan organizada la fuerza reaccionaria denominada Guardia Nacional.
En 1934 el 21 de febrero de ese año. Augusto César Sandino cae asesinado. Anastasio Somoza G., jefe director de la Guardia Nacional, ordena la ejecución de este crimen después de recibir instrucciones del embajador yanqui Arthur Bliss Lane.
El asesinato se produce en los días en que Augusto César Sandino y sus compañeros se preparaban para combatir contra el rumbo antipopular que llevaba el país.
A fin de disipar las afirmaciones calumniosas en el sentido de que no le interesaba la paz, y tras recibir garantías de que su vida sería respetada, Sandino había decidido participar en conversaciones.
En 1936 Somoza derroca al presidente constitucional del país con la aprobación del gobierno de Estados Unidos.
En 1947 Somoza derroca al presidente constitucional del país contando nuevamente con la aprobación del gobierno de Estados Unidos.
En 1960 la flota norteamericana que surca el Mar Caribe es movilizada para proteger a los gobiernos de Guatemala y Nicaragua, que enfrentan un creciente descontento popular.
Junto con el saqueo de las riquezas nacionales, el imperialismo estadounidense se propuso disponer a su antojo de la posición geográfica de Nicaragua y utilizar el país como base de agresión contra varios pueblos de América Latina.
Se encuentra en vigencia el tratado canalero Chamorro-Bryan, que prácticamente convierte a Estados Unidos en dueño de Nicaragua.
Tal tratado autoriza al gobierno de Washington a construir bases militares en Nicaragua y le otorga también el derecho de construir un canal interoceánico a través del país.
A continuación, se señalan distintos hechos que demuestran cómo Nicaragua desempeña el papel de base de agresiones imperialistas contra otros pueblos de América Latina y especialmente contra los países de la cuenca del Mar Caribe.
En 1948 la dictadura dinástica de Somoza interviene con su fuerza armada en el territorio de Costa Rica, donde se desarrolla una contienda armada que culmina en la persecución del movimiento obrero de ese país.
En 1954 la dictadura de Somoza apoya a los mercenarios de Guatemala que se lanzan contra el gobierno democrático de Jacobo Arbenz.
En 1955 la dictadura de Somoza interviene militarmente en Costa Rica.
En 1961 de Puerto Cabezas, Nicaragua, parte la invasión mercenaria que es derrotada en Playa Girón por la Cuba revolucionaria.
En 1965 tropas de la Guardia Nacional forman parte de las fuerzas extranjeras que, encabezadas por los infantes de marina de Estados Unidos, ocupan el territorio de la República Dominicana.
En el mismo año de 1965, mercenarios contrarrevolucionarios que son capturados en Cuba declaran que han desembarcado procedentes de campos de entrenamiento ubicados en territorio nicaragüense.
En 1966 René Schick, presidente nominal de Nicaragua, en viaje por Estados Unidos declara que el territorio de Nicaragua puede servir de base a fuerzas destinadas a agredir militarmente a Cuba.
En 1967 Anastasio Somoza Debayle da a conocer su decisión de enviar miembros de la Guardia Nacional a participar en la agresión a Vietnam.
En 1968 agentes de Somoza toman parte en el derrocamiento del gobierno de Arnulfo Arias, quien, a pesar de su entreguismo, aparentemente no dio satisfacción a todas las exigencias del gobierno estadounidense.
Actualmente Nicaragua el bello y hermoso país que Dios nos creó con tantas bendiciones para hacerlo grande es víctima de una nueva ofensiva de la maldad para poner en la bandeja de sus enemigos sus logros y avances con la perversidad natural que tienen aquellos sirvientes nacionales que buscan cómo el amo extranjero les haga el favor de materializar lo que por ellos mismos no pueden porque son almas vacías, incapaces de sumar, de multiplicar, de salir de ese mundo de la división y de la resta que les impide proponer, dar respuestas o de tener alguna postura de condescendencia con aquellos que la necesitan y que han sido tan marcados por la historia entreguista de los vende patria que no duda en identificarlos sus como verdugos.
La maldad de la que hablo es perversa, tiene nombres y apellidos y son los Chamorro, Maradiaga, Granera, Pallais, Aguerri, Healy, Aleman, Bolaños, Cesar, Aguirre, Gadea, Mora, Arellano, Arana, Brenes, Baez, Alvarez, Mata y otros rostros que todos conocemos y que son famosos por sus canalladas contra el país que los vio nacer, que suenan desde hace décadas por jugar a ser líderes y representantes del pueblo y desde diferentes siglas estando un día aquí y otro día allá, pero todos son socios de un mismo club, de una minoría que en la cotidianidad se reduce cada vez más porque no inspiran, porque no atraen, porque hay certeza de que su veneno es tóxico y altamente letal para las esperanzas de un pueblo que no los determina y que no importa lo que digan siempre serán ignorados y como nadie en esta tierra los escucha entonces se van a Washington o Costa Rica a romancear con los enemigos de Nicaragua para prostituirse, para venderse, para que a cambio de las maldiciones que profieren sobre el país ir a extender la mano para que les sigan financiando sus andanzas de falsos “paladines de la libertad”, de falsos “salvadores de la patria” y de falsos “demócratas”.
Hoy Nicaragua vive en democracia y libertad. Lo reconocemos la inmensa mayoría de sus ciudadanos y de sus campesinos.
En el pasado sufrimos invasiones, intervenciones, dinastías, dictaduras, fallidos golpes contra el estado como el del 18 de abril de 2018 y guerras que son precisamente el origen fundamental por el cual el ideal de los nicaragüenses de bien nos llevó a la conclusión de no ver más al pasado para dejar la politiquería a un lado e ir juntos hacia la conquista del futuro para construirlo desde el presente tomando en cuenta las lecciones de la historia que ya fue escrita con océanos de sangre, la sangre de sandinistas, de contras, de liberales, de conservadores, de social cristianos, de social demócratas, de socialistas, de comunistas, de todos los nicaragüenses.
Nicaragua cambia, Nicaragua es otra y vivir en ella para desarrollarla, después de sentir en carne propia todas sus tragedias, es indudablemente un ideal cristiano y cuando veo a los tontos útiles de los enemigos de nuestro país vestirse de “patriotas y paladines” me indigna porque les pagan por lo que hacen, porque no hay nada que hagan que valga la pena.
El cambio vino a las vidas de la mayoría de los nicaragüenses como resultado de muchas crisis en la que todos, absolutamente todos tuvimos y tenemos responsabilidades.
Nuestros valores y principios deben imponernos acabar con el odio.
Aceptar que la reconciliación es un proceso de sanación personal y colectiva que nos libera,
Es mantener a salvo el ideal por el cual luchaste y yo luché por la libertad y soy libre;
Luché por decir lo que quiero y lo digo y lo expreso;
Luché por ir donde quiera y lo hago;
Luché por un país de paz y la respiro;
Luche por la educación, la salud y la prosperidad de mi país y lo veo;
Luche por la democracia y no solo la palpo sino que todos los días hago esfuerzos para profundizarla ambientando el diálogo y nunca más la confrontación porque como la gran mayoría de mis conciudadanos cambie hacia la civilización dando gracias por decir adiós a los odios del pasado, del presente y del futuro.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.
Por: Moisés Absalón Pastora.