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Quién es Luis Fernando Camacho, el hombre que intenta desestabilizar Bolivia


Quién es Luis Fernando Camacho, el hombre que intenta desestabilizar Bolivia

Quién es Luis Fernando Camacho, el hombre que maneja los hilos del intento de golpe de Estado en Bolivia
A pesar del claro protagonismo que los movimientos de mujeres están generando en la región latinoamericana, o como una especie de burla del destino a esta expresión social, la oposición más virulenta al gobierno de Evo Morales en Bolivia surge encarnada en un hombre a quien llaman “El Macho”.

Luis Fernando Camacho Vaca es un abogado santacruceño de 40 años, casado y con tres hijos. 

Proviene de una familia acomodada de la región e irrumpió en las últimas semanas en la escena internacional debido a que se puso a la cabeza de lo que él mismo denomina como un “proceso para recuperar la democracia”.

Sin embargo, Camacho construye esta idea de democracia en un carril paralelo a la institucionalidad boliviana: sin ser candidato para ningún cargo comenzó con este “proceso” a partir de la instalación, antes del 20 de octubre pasado cuando Morales sacó la mayoría de los votos, de la posibilidad del fraude electoral.

Desde el Movimiento al Socialismo (MAS), partido oficialista, lo acusan de manejar los hilos de un intento de golpe de Estado para derrocar a Evo Morales, que está a la espera de validar su cuarto mandato consecutivo luego de haber perdido un referéndum para ser reelecto en 2016, pero posteriormente habilitado por el Tribunal Constitucional a través de una sentencia que afirma que el actual presidente puede seguir buscando la reelección de manera indefinida alegando que era parte de sus “derechos políticos”.

Activismo civico-político

El activismo cívico-político de Luis Fernando Camacho se iniciaría el año 2002, cuando ese mismo año se afilió al histórico partido político del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) de Santa Cruz de la Sierra.

Vicepresidente de la Unión Juvenil (2002-2004)

Siendo aún todavía muy joven, Luis Fernado Camacho se convirtió a los 23 años de edad en el vicepresidente de la organización cívica Unión Juvenil Cruceñista (UJC), aunque solamente estaría en ese cargo por un par de años desde 2002 hasta 2004.

 Cabe recordar, que años después (en 2008 y 2009) esta organización juvenil se convertiría en una organización vandálica según la Federación Internacional de Derechos Humanos78​, ya que la UJC, sería acusada de originar destrozos y saqueos a las propiedades, negocios y comercios privados, asi como también realizarían la toma, el saqueo y los incendios de instituciones públicas del estado de Bolivia, especialmente en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. 

Esta organización juvenil fue denunciada también por generar actos de racismo y discriminación.

A partir de 2004, Camacho se retiraría por un tiempo del activismo civico-político, pero volvería nuevamente casi una década después, cuando en 2013 llega a ocupar el cargo de secretario general de los Comités Cívicos Provinciales de la Cruceñidad. Ocupó ese puesto hasta 2015.

En el año 2015, Camacho ingresa a la esfera del Comité Cívico Pro Santa Cruz ocupando el cargo de segundo vicepresidente de dicho Comité. Ocupó el puesto hasta 2017. Ese mismo año, Camacho sube un peldaño más, asumiendo esta vez el cargo de primer vicepresidente del Comité Cívico, cargo que ocuparía por un par de años hasta 2019.

Presidente del Comite Cívico (2019-2021)

En febrero de 2019, Luis Fernando Camacho fue elegido y posesionado como el nuevo presidente del Comité Cívico de Santa Cruz para el periodo 2019-2021, en reemplazo del ex presidente Fernando Cuéllar Núñez.
Acusación de Virginio Lema

Ya el 29 de julio de 2019, el candidato a la Presidencia de Bolivia Virginio Lema alertó a la población, acusando al presidente cívico Luis Fernando Camacho de estar dividiendo a la oposición boliviana y estar parcializándose con el candidato Carlos Mesa, apoyando de esta manera los intereses de este. Camacho salió a la luz pública negándoló todo.



La historia del “Macho”

Nació y creció en Santa Cruz, una de las zonas más ricas y poderosas de Bolivia y el departamento en el que históricamente habita la mayor parte de la población blanca de ascendencia europea del país. Luego de recibirse como abogado en la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra, realizó estudios de posgrado en la Universidad de Barcelona donde completó una maestría en Derecho Financiero y Tributario.

Su activismo comenzó cuando tenía 23 años como vicepresidente de la organización cívica Unión Juvenil Cruceñista, que aunque se autodefine como “cívica” fue calificada por la Federación Internacional por los Derechos Humanos como “una especie de grupo paramilitar” que realiza actos de racismo y discriminación contra habitantes e instituciones indígenas de la zona.

Ya en 2015, ingresó en el Comité Cívico Pro Santa Cruz -donde su padre fue presidente entre 1981 y 1983-, primero como segundo vicepresidente y luego como primer vicepresidente.

 Desde febrero de 2019 Luis Fernando Camacho preside esta organización que nuclea entidades empresariales, vecinales y laborales de la región donde se reúne la mayor parte de la oposición al proceso de transformación que encabeza Evo Morales desde que llegó a la presidencia en 2006.

 De hecho, el apodo de “macho” se lo ganó justamente por el “coraje” con el que encabeza la campaña contra Morales, a quien acusa de “tirano” y “dictador”, aunque a lo largo de su vida pública demostró en varias oportunidades que el mote de “dictador” también le calza a él por su conducta machista y su violencia patriarcal que replican sus seguidores.





A la par de su vida pública, Camacho es docente universitario y empresario, y junto a su familia forma parte del Grupo Empresarial de Inversiones Nacional Vida S.A.

 Las empresas pertenecientes a esta corporación operan en el rubro de los seguros, el gas y los servicios. 

Hay versiones que indican que una de las principales causas de su acérrima oposición al gobierno de Morales se debe a deudas y pérdidas millonarias relacionadas con el negocio del gas en Santa Cruz.

Por otro lado, hay medios locales que lo vinculan con los Panamá Papers como intermediario, a partir de la creación de tres sociedades (Medis Overseas Corp., Navi International Holding y Positive Real Estates) para “coadyuvar a personas y empresas a esconder sus fortunas en entidades offshore, lavar dinero y establecer esquemas de evasión de impuestos”.

Su postura ante esto es la de negar los hechos y denunciar una supuesta persecución en su contra para que levante el paro que desde hace días promueve en todo el país.

Su cruzada contra Morales

Histriónico y prepotente, con una oratoria exacerbada y una imagen asociada a la gente blanca acomodada del país (que legitima a partir de su origen santacruceño burgués), sostiene su popularidad apelando a la cantidad de gente que convoca y a la cercanía que dice tener con sus seguidores. 

Es muy evidente la construcción que realiza de su figura en contraposición con el origen humilde, campesino e indígena del presidente Morales.

 Y a pesar de que se esfuerza por asegurar en reiteradas oportunidades que no expresa un mensaje racista, algunos sucesos demuestran lo contrario, como lo ocurrido durante la marcha de mujeres el jueves siete de noviembre en Cochabamba.

Lo cierto es que la actual confrontación en Bolivia sirve de contexto para reforzar antiguos estereotipos racistas que estigmatizan no solo a las mujeres, sino que también se basan en intersecciones relacionadas con la raza, el origen, la religión, la elección sexual y la edad.

En línea con otros representantes de la nueva derecha regional, como el presidente brasileño Jair Bolsonaro, Camacho maneja un discurso con muy fuerte anclaje religioso.

 En cada una de sus apariciones públicas y a través de las redes sociales, alienta la oración y proclama su fe en Dios.

 Convoca a las manifestaciones en el Cristo Redentor y se asegura de que sostengan la imagen de una virgen a su lado mientras que arenga al público.





Incluso, insiste en cada uno de sus mensajes con la necesidad de lograr que “la biblia” vuelva a entrar en la casa de gobierno boliviana, que según él fue desalojada a partir de la asunción del MAS.

 Esto le ha permitido alinear detrás suyo a todas las fuerzas clericales y anti derechos bolivianas, que tuvieron variadas expresiones homofóbicas y misóginas durante la campaña electoral y que buscan criminalizar la homosexualidad y continuar penalizando el derecho al aborto.

A través de un show en las redes sociales y de la espectacularización de sus demandas, Camacho desconoció inmediatamente el resultado de las elecciones pasadas, convocó a un cabildo en Santa Cruz y a través de votaciones por aclamación le dio a Morales un plazo de 48 horas para que presentara su renuncia. 

En paralelo, se autoproclamó al frente de la “unidad” opositora, opacando incluso a la figura de Carlos Diego de Mesa Gisbert, el candidato de la coalición Comunidad Ciudadana que quedó segundo en las elecciones del 20 de octubre. 

También llamó a un paro indefinido y a la desobediencia civil hasta lograr el objetivo que se había planteado: la renuncia de Evo Morales.




Transcurridas las 48 horas y ante la falta de respuesta a su exigencia por parte de Morales, Camacho convocó a un nuevo cabildo y difundió una carta en la que él mismo redacta los términos de la renuncia del presidente boliviano. 

Luego de ese cabildo comenzó un periplo para entregársela personalmente en La Paz, tras el cual se produjeron decenas de enfrentamientos entre militantes del MAS y de las fuerzas cívicas en diferentes partes del país que ya llevan tres muertos y centenares de personas heridas.





El objetivo final

A esta altura, a “El Macho” ya ni siquiera le interesa lo que la misión de la OEA que está auditando los resultados de las elecciones tenga para decir. Incluso se expresó en su cuenta de twitter en contra de Mesa, acusándolo de ser obligardo a respaldar la auditoría internacional, aunque luego borró el mensaje

Según dice Camacho, trata de convocar a nuevas elecciones en las que Evo Morales no esté presente. Con un discurso que, aunque intenta asociarlo con “la paz y unidad del pueblo boliviano”, termina cargado de racismo, odio de clase y provocación. Incluso, hasta llevarlo a la posibilidad certera de un golpe de Estado.



https://www.nodal.am/2019/11/quien-es-luis-fernando-camacho-el-hombre-que-intenta-desestabilizar-bolivia/

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