Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

Las insolubles contradicciones entre ‎Daesh y el PKK/YPG


El rediseño del Levante según el estado mayor del Pentágono. El coronel estadounidense ‎Ralph Peters describía este mapa en un artículo publicado el 13 de septiembre de 2001, o sea ‎justo después de los ataques del World Trade Center y el Pentágono. Pero el mapa ‎mismo no fue publicado hasta el año 2006. ‎

Cada lector o televidente cree conocer lo que sucede en el Levante, pero sólo sabe ‎lo que le dice la propaganda de guerra del país donde vive mientras que ignora los ‎demás puntos de vista. Lo más importante es que la opinión pública de cada país ignora ‎el verdadero comportamiento del ejército de su país. Los historiadores tendrán que ‎analizar muy seriamente los documentos disponibles antes de lograr distinguir entre ‎lo cierto y lo falso. 

En todo caso, lo que nos dice la documentación militar occidental ‎contradice las declaraciones de los políticos y la narración que la prensa nos remacha ‎sin descanso.

 Sólo estando conscientes de la existencia de la estrategia que ‎el Pentágono estadounidense puso en aplicación desde el 2001 seremos capaces de ‎entender lo que realmente ocurrió y por qué emergen hoy tan enormes contradicciones.‎

La mayoría de la gente no entiende lo que sucede en el norte de Siria porque cree de antemano ‎‎–o en realidad le han hecho creer– que en Siria había una lucha entre los “malos” (los ‎‎“perversos” yihadistas del Emirato Islámico, Daesh) y los “buenos” (o sea, los “amables” kurdos ‎del PKK/YPG). 

Pero esa visión de las cosas es absolutamente falsa. Los kurdos armados del ‎PKK/YPG no luchaban contra los yihadistas de Daesh para “eliminar el mal” sino únicamente por ‎solidaridad étnica o para delimitar los territorios controlados por cada bando. Nunca hubo ‎razones ideológicas ni religiosas que explicaran esa lucha. ‎

Por otro lado, nadie explica a la opinión pública el papel que ha desempeñado el presidente ‎Donald Trump. 

La prensa mainstreem prefiere dedicar su tiempo a denostar al presidente que ‎los estadounidenses eligieron y no se puede contar con ella para tratar de analizar y de entender ‎la política de Trump para el Medio Oriente ampliado. 

Sin embargo, Trump mantiene una línea ‎clara: poner fin a la doctrina Rumsfeld/Cebrowski [1], legado del 11 de septiembre de 2001. ‎Esa posición de Trump es resueltamente contraria a la de sus generales –formados todos, ‎bajo los mandatos de las administraciones de Bush hijo y de Barack Obama, para controlar ‎el mundo– y a la posición de la clase política dominante en Europa occidental. ‎

Para entender lo que hoy sucede no podemos dejar que se desvíe nuestra atención hacia la ‎actualidad más reciente. Hay que remontarse más bien a los hechos anteriores. 

Volvamos, ‎por ende, al plan elaborado por el Pentágono al inicio de la administración de George Bush hijo, ‎en 2001, plan que fue revelado, sólo 2 días después de los hechos del 11 de septiembre, en ‎‎Parameters (la publicación del US Army War College), por el coronel Ralph Peters [2]. Este plan describe el «rediseño» del mundo, ‎comenzando por el del Medio Oriente ampliado. ‎

Dicho plan es confirmado un mes después por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, cuando ‎este nombra al principal artífice de ese proyecto, el almirante Arthur Cebrowski, director de la ‎Oficina de Transformación de la Fuerza. Posteriormente, en 2005, el asistente de Cebrowski, ‎Thomas Barnett, explica ese programa en The Pentagon’s New Map [3]. 

En 2006, el ya mencionado ‎coronel Ralph Peters ilustra el plan publicando en el Armed Forces Journal el mapa ‎correspondiente a su primera fase: en qué iba a convertirse el Medio Oriente ampliado [4]. 

Sin embargo, debido a ‎las dificultades surgidas durante la aplicación en el terreno, el plan es objeto de una ‎modificación, que será publicada en 2013 –junto a un nuevo mapa– por una investigadora del ‎Pentágono, Robin Wright, en el suplemento dominical del New York Times [5].‎

Según esos documentos, el Pentágono planeó desmembrar 5 Estados –Siria, Irak, Yemen, Libia y ‎Arabia Saudita– para crear 14 nuevas entidades. ‎


Mapa publicado por la investigadora estadounidense Robin Wright en 2013, o sea un año ‎antes de las mutaciones de Daesh y del PKK/YPG.‎

En los casos de Siria e Irak, estos 2 Estados iban a ser divididos en 4 partes. 

El mapa publicado en 2013 define los ‎contornos de un «Sunnistán» y de un «Kurdistán», cada uno de los cuales abarca territorios de ‎la Siria actual y del Irak actual. Al año siguiente, en 2014, Daesh crea el «Sunnistán» definido en ‎aquel mapa mientras que las YPG comienzan a instaurar el «Kurdistán» en los territorios que denominan como «Rojava». 

En el momento de la ‎publicación del mapa (2013), Daesh era sólo un minúsculo grupo terrorista antisirio entre cientos ‎de grupos similares, las YPG eran una milicia que el gobierno sirio pagaba para que contribuyera ‎en la defensa de los territorios donde Siria había acogido a los kurdos que huían de la represión ‎turca. En el terreno nada permitía vislumbrar la creación del Califato ni de la «Rojava» que ‎querían en el Pentágono. ‎

En julio de 2014, el diario kurdo turco Ozgur Gundem reveló las minutas de las decisiones ‎adoptadas durante la reunión en la cual la CIA preparó, con la complicidad de otros actores, la ‎invasión que Daesh iniciaría contra Irak desde la ciudad siria de Raqqa [6]. 

Ese documento indica que ‎Masrur «Jomaa» Barzani, en aquel entonces jefe de la inteligencia del gobierno regional del ‎Kurdistán iraquí, había participado en aquella reunión de planificación, realizada en Amman ‎‎(Jordania) el 1º de junio de 2014. Masrur ‎«Jomaa»‎‏ ‏se convirtió en primer ministro del gobierno ‎regional del Kurdistán en julio pasado. ‎

Es importante tener en mente que, según el mapa publicado por Robin Wright, la versión ‎estadounidense del ‎«Kurdistán»‎ debía abarcar el noreste de Siria –como el ‎«Kurdistán»‎‏ de los ‏franceses en‎ ‎‏1936‏‎–‎‏ y el Kurdistán ‏iraquí, lo cual no entraba en los planes de los franceses. ‎

Es un hecho demostrado que el gobierno regional del Kurdistán iraquí apoyó la invasión de Daesh ‎contra Irak: el gobierno regional del Kurdistán iraquí permitió que los yihadistas de Daesh ‎masacraran a los kurdos turcos yazidíes en Sinjar y que esclavizaran a sus mujeres. Los kurdos yazidíes ‎sobrevivientes sólo lograran salvarse gracias a la intervención de los kurdos turcos y sirios que ‎se vieron obligados desplazarse hasta allí para defenderlos debido a la actitud pasiva de los ‎‎peshmergas, los soldados kurdos iraquíes. ‎

Daesh cometió incontables atrocidades para imponerse mediante el terror. Inició una “limpieza ‎confesional” contra los kurdos yazidíes, los cristianos asirios, los árabes chiitas, etc. 

Los llamados ‎‎«rebeldes»‎‏ pudieron ‏actuar gracias al respaldo financiero y militar que les aportaron la CIA, ‎el Pentágono y al menos 17 Estados, lo cual ha sido debidamente demostrado –con ‎documentos– por los diarios Trud [7] (de Bulgaria) y Jutarnji list [8] (de Croacia). Aunque ningún país llegó a ‎reconocerlo como Estado, Daesh cobró impuestos y abrió servicios públicos, como un Estado ‎verdadero, gracias a la ayuda de personal debidamente formado con ese fin en Fort Benning, ‎Estados Unidos. ‎

Todavía no se sabe cómo fue que el PKK, que era un partido político kurdo turco marxista-leninista ‎y prosoviético, se convirtió en 2005 en una milicia libertataria ecologista y proatlantista. ‎Tampoco se sabe aún cómo se produjo la mutacion de las YPG, en 2014. Estas pasaron ‎sucesivamente a recibir órdenes operativas de los oficiales kurdos turcos del PKK y de la OTAN. ‎Según el lado de la frontera donde se encuentren, Occidente cataloga a los miembros del ‎PKK/YPG de forma diferente: en Turquía, son ‎«una organización terrorista»‎‏; en‎ ‎Siria‎, Occidente ‎los considera «un partido político de oposición a la dictadura siria». Sin embargo, antes del ‎año 2014, los kurdos de las YPG no veían ninguna dictadura en Siria y luchaban en defensa de la ‎República Árabe Siria y por mantener en el poder al presidente sirio Bachar al-Assad. ‎

Las YPG respetaron las leyes de la guerra y no cometieron atrocidades comparables a las de ‎Daesh. Pero no dudaron en emprender una limpieza étnica en el noreste de Siria para imponer ‎lo que Occidente llama «Rojava»… y la limpieza étnica constituye un crimen contra la ‎humanidad. Los kurdos del PKK/YPG expoliaron y expulsaron a cientos de miles de asirios y árabes ‎de las tierras donde siempre habían vivido. Creían luchar por el pueblo kurdo, pero en realidad ‎estaban realizando los sueños del Pentágono. 

Para ello recibieron públicamente armamento del ‎Pentágono, como lo han demostrado y documentado el semanario británico especializado en ‎mercados militares Jane’s [9] y el diario italiano Il Manifesto [10]. También recibieron armamento de Francia, ‎según reveló el ex presidente francés Francois Hollande. «Rojava» nunca llegó a conectarse ‎territorialmente con el Kurdistán iraquí. ‎

Después de la derrota del Califato, en la cual el PKK/YPG estuvo muy lejos de ser el único ‎participante, los combatientes kurdos solicitaron al gobierno sirio que les permitiera cruzar las ‎líneas del Ejército Árabe Sirio para acudir en ayuda de los kurdos del noreste de Siria ante la ‎amenaza del ejército turco. Damasco les otorgó la autorización solicitada. 

Pero cuando el ‎PKK/YPG se desplazó, entre sus hombres había jefes de Daesh fugitivos, que fueron arrestados ‎por la República Árabe Siria. ‎
Los documentos y los hechos aquí mencionados no nos dicen quiénes tenían razón ni quiénes ‎no. Eso es otra cuestión. Lo cierto es que, en el terreno, es imposible estar al mismo tiempo contra Daesh y a favor del PKK/YPG sin caer en contradicciones inconciliables. ‎

Los actos del presidente Donald Trump han estado dirigidos a impedir la creación de los seudos Estados –el Califato y ‎«Rojava»– ‎que el Pentágono pretendía fabricar. ‎Pero eso no significa el fin de Daesh, ni el del PKK/YPG.‎


[1] «El proyecto militar de Estados Unidos para el mundo», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 22 de agosto ‎de 2017.

[2] “Stability, ‎America’s Ennemy”, Ralph Peters, ‎‎Parameters, Invierno de 2001-02, pp. 5-20. Ese plan aparece también en Beyond Terror: ‎Strategy in a Changing World, Stackpole Books.

[3] The Pentagon’s New ‎Map, Thomas P. M. Barnett, Putnam Publishing Group, 2004.

[4] “Blood borders - How a better Middle East would look”, Colonel Ralph Peters, Armed Forces Journal, June 2006

[5] “Imagining a ‎Remapped Middle East”, Robin Wright, The New York Times Sunday Review, 28 de ‎septiembre de 2013.

[6] «Yer: Amman, Tarih: 1, ‎Konu: Musul», Akif Serhat, Ozgur Gundem, 6 de julio de 2014.

[7] “350 diplomatic flights carry weapons for terrorists”, Dilyana Gaytandzhieva, ‎‎Trud, 2 de julio de 2017.


[9] “US arms shipment to Syrian rebels detailed”, Jeremy ‎Binnie y Neil Gibson, Jane’s, 7 de abril de 2016.

[10] “Desde Camp Darby, armas estadounidenses para la guerra contra Siria y Yemen”, Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Red Voltaire, 19 de abril de 2017.

Related Posts

Subscribe Our Newsletter