El líder indígena Evo Morales, derrocado de la Presidencia de Bolivia por un golpe cívico-político, anunció su partida al exilio en México.
"Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida", publicó Morales a las 21:29 locales (01:29 GMT del martes) en su cuenta de la red social Twitter.
Un avión del Gobierno de México fue enviado hasta la región productora de coca de Chapare, en el centro de Bolivia, a recoger a Morales.
La partida de Morales se produjo mientras Bolivia estaba sumida en un vacío de poder y una ola de violencia en ciudades y carreteras, con bloqueos callejeros persistentes por parte de activistas cívicos que participaron en la insurrección y marchas de seguidores del exgobernante, incluidos campesinos e indígenas, que provocaban pánico en las ciudades.
"Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía", añadió el depuesto gobernante.
Cuando Morales anunció su partida, las Fuerzas Armadas y la Policía acababan de poner en marcha operaciones conjuntas para reponer el orden, luego de violentos sucesos en los que pobladores quemaron al menos tres cuarteles policiales, en aparente represalia por el motín policial del fin de semana que precipitó la caída del indígena tras casi 14 años en el poder.
La Asamblea Legislativa Plurinacional (parlamento) tiene previsto sesionar el martes 12, si lo permite la mayoría controlada por el partido de Morales, para conocer oficialmente la renuncia presidencial y tratar de designar en su sucesión a la senadora opositora Jeanine Áñez.
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