Hernán Cortés y otros hechos desconocidos sobre el canal de Panamá

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Chile: Mauricio Hernández Norambuena


El mes de septiembre es para miles de chilenos el rebrotar nostálgico y esperanzador de la figura y ejemplo un hombre digno, Salvador Allende, presidente y padre de Chile. 

Es época también donde florecen sueños libertarios, es tiempo de esperanza siempre vivas de igualdad y justicia añorada para todos los buenos y humildes de nuestra tierra.

 Pero también representa recuerdos dolorosos y de crudo aprendizaje, representa la época del Chile en carne abierta y sangrante, nos llama a no olvidar lo criminal que puede llegar a ser la clase dueña y mandante de este país cuando peligra su putrefacto poderío de riquezas esquilmadas al trabajo de generaciones de chilenos, y de lo vendibles y rastreros que terminan siendo muchos generales, jueces o políticos que le sirven a ultranza.

Pero este septiembre es diferente, muy distinto, está en Chile desde el 20 de agosto(*), Mauricio Hernández Norambuena, “Ramiro”, rodriguista consecuente, fue traído engrillado y con escoltas desde las cárceles brasileñas, donde estuvo 17 años apresado, está en la Cárcel de Alta Seguridad, los que pactaron la traicionera y corrupta “Transición a la Democracia”, prepararon esa celda. 

Sin haberlo visitado todavía, imagino que el espacio donde está confinado tiene ese halo de dignidad que poseen los combatientes del pueblo, ambiente que jamás tendrán las salas presidenciales actuales desde que fue asesinado Salvador Allende en ellas, menos los lugares donde los jueces chilenos administran su justicia, ni tampoco donde hacen su show los parlamentarios nacionales. 

El halo de dignidad es propio de los héroes y heroínas resistentes del pueblo.

Justo un día como hoy, 7 de septiembre, hace ya 33 años, Ramiro fue parte de aquel pequeño grupo de hombres y mujeres valientes que cumpliendo órdenes del FPMR intentó terminar con la vida del dictador más criminal que ha tenido Chile. 

Esa acción estratégica dejó una huella indeleble en la historia de Chile y de los pueblos del mundo, mostró la valentía de hombres y mujeres como Ramiro y la cobardía de los militares chilenos en un combate frontal.

 Después de esa acción Mauricio Hernández siguió en la lucha, como los demás combatientes, en cambio los negociadores nacionales e internacionales se activaron para salvar prebendas y privilegios robados, y los vacilantes se la jugaron para robarnos el futuro.

“Ramiro”, simboliza las ansias de justicia de toda una generación de combatientes, su trayectoria revolucionaria ha sido larga y fecunda como combatiente y jefe del FPMR. 

Primero militó en las Juventudes Comunistas en los años de la cruda represión dictatorial, combatiente del Frente Cero del Partido Comunista, luego fundador del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, y cuando sectores de la izquierda tradicional emprendieron el abandono de la lucha directa contra la dictadura, con la excusa del famoso “realismo político”, no dudó en seguir luchando.

La inefable justicia chilena, coincidente con el gobierno de Piñera, quieren tener toda la vida detenido a Mauricio Hernández, violando las condiciones que Brasil puso para su traslado a Chile. ¿Nos puede extrañar eso?

La mayoría de los jueces chilenos fueron cómplices de la dictadura de Pinochet, la aceptaron y luego justificaron, no protegieron la vida de las víctimas del terrorismo de las FFAA golpistas. 

Terminada ésta, aplicaron una justicia tardía y “en la medida de lo posible”, lo que la hizo más injusta todavía.

 Todos somos testigos de que la mayoría de los jueces chilenos en los casos relacionados con las violaciones de DDHH y los criminales de la dictadura son pro-pinochetistas, los perdonan o sentencian en condenas mínimas y vergonzosas, que cumplen en cárceles de lujo.

 En cambio a los luchadores y combatientes populares los encarcela drásticamente. 

Lo demuestra la última resolución condenatoria a Mauricio Hernández Norambuena.

Muchos tuvimos el honor de vivir momentos anti dictatoriales con Ramiro, nos sentimos orgullosos de esas vivencias de resistencia con él. 

Ver su conducta digna y firme durante tantos años de cárcel en Brasil, sentir frente a la Cárcel de Alta Seguridad, la CAS, donde está recluido, lo que su imagen representa para las nuevas generaciones de revolucionarios, es emocionante y nos debe hacer comprometer su suerte a la de todos los que lo conocimos, y que cada uno sabe dónde y por qué.

Todos somos en parte Ramiro, merecemos su suerte, dicho con mucho respeto.

Su presencia encarcelada en este septiembre de Chile, de añoranzas por Allende, de pesar por los grandes e inolvidables hermanos y hermanas que ya no están con nosotros, de las traiciones vergonzosas de impulsadores de luchas que nunca pensaron asumir hasta el final, y de la aún persistente dispersión de colectivos revolucionarios de la edad que sea, la actitud de Ramiro es para todos un gran ejemplo, por lo que la solidaridad con él es sin duda un camino de unidad, memoria y lucha.

¡¡Libertad para Mauricio Hernández Norambuena Ahora!!

Los héroes del pueblo chileno deben estar libres.

(*) Día en que se cumplían 30 años de la caída en combate de Roberto Nordenflytch, el 20 de agosto de 1989.

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