El brote de emisarios mexicanos en el territorio colombiano es cada vez más fuerte. Luego de la firma del acuerdo de La Habana entre el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos y la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia (Farc), la presencia de narcotraficantes en el país ha mutado.
Los emisarios de los cárteles de droga mexicanos en Colombia ocupan al menos 10 de los 32 departamentos del país, y están asociados con cárteles como el de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
Según ha señalado la Policía Nacional, lo que buscan en los territorios es “asegurar que los cargamentos lleguen a México, supervisan la calidad del 97 % de pureza y la cantidad demandada.
También exigen las marquillas o logotipos en los paquetes para poder identificar y rastrear el producto en caso de pérdida”.
Entre las zonas de influencia están la región del Catatumbo, ubicada en el noreste del departamento de Norte de Santander; el sur del departamento de Córdoba; la región del Urabá antioqueño; el Bajo Cauca antioqueño; puerto de Buenaventura, municipio de Jamundí; entre otros municipios del Cauca.
Antes esta intermediación no era tan visible por la presencia de las FARC en dichos territorios, esta guerrilla controlaba el cultivo, elaboración de la pasta de coca y la fabricación de los alcaloides. En este sentido, los emisarios tenían que negociar directamente con ellos la cantidad y pureza.
Hay reducción de cultivos de coca, pero sigue habiendo presencia de narcos
De acuerdo con el reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en 2018 se frenó el crecimiento de los cultivos de coca en relación con el 2017, en un 1,2 %. Es decir, para 2018 se logró la reducción del cultivo al pasar de 171 000 hectáreas a 169 000.
Pese a la reducción, Colombia sigue siendo el mayor productor de coca en la región, hecho que es atractivo para el crimen organizado y cárteles internacionales. Las zonas de cultivo están cada vez más concentradas y se presentan dos escenarios: uno de reducción y otro donde hay mucha coca por kilómetro cuadrado.
Estos escenarios hacen que las organizaciones que subsisten con el narcotráfico ejerzan violencia sobre la población en aquellos territorios donde existe presencia de coca. También la ejercen cuando otro grupo u organización armada quiere controlar su territorio.
El presidente Iván Duque aseguró que “la tendencia que veníamos viendo en los últimos años era un crecimiento superior al 30 % por año, este reporte muestra que por primera vez en 7 años se quebró esa tenencia de crecimiento exponencial. No solamente paró, sino que hubo reducción de la zona sembrada”.
La presencia de narcotraficantes de México en el país no es nueva
Según la Defensoría del Pueblo, el municipio que cuenta con mayor presencia de narcotraficantes mexicanos es en Tumaco (Nariño), región fronteriza con Ecuador. Adicional a esto, se ha documentado presencia de emisarios en el departamento de Caquetá que actualmente es una de las regiones más afectadas por el conflicto armado en el país.
Sin embargo, la presencia de narcotraficantes mexicanos en Colombia no es nueva. Desde que iniciaron los diálogos entre el Gobierno de Santos y las FARC en 2012 la llegada de integrantes de cárteles fue paulatina y pasaron de ser socios a jefes. Los principales motivos de su presencia en territorio son tejer redes de contacto, acaparamiento y control de producción, control de logística de traslado de la mercancía y prestación de servicios de seguridad.
«Me preocupa la extorsión, los retenes ilegales y el reclutamiento de menores en el Caquetá. Así como el negocio del narcotráfico, el crecimiento de las disidencias y la presencia del cártel de Sinaloa en el departamento», dijo Carlos Negret, defensor del pueblo, en una audiencia pública.
Los emisarios mexicanos también han expandido redes criminales, asociados con disidencias de las FARC, pues muchas de las estructuras que utilizaba esta guerrilla siguen vigentes y en manos de hombres experimentados en guerra y en narcotráfico.
Por ello, las alianzas son clave en el pacífico colombiano, exactamente en el puerto de Buenaventura y en diferentes consejos comunitarios del departamento del Valle del Cauca, que son utilizados como vías fluviales para el envío de toneladas de cocaína.
En lo que va del 2019, las autoridades en Colombia han capturado a 12 ciudadanos mexicanos por delitos de narcotráfico. Asimismo, entre enero y junio se incautaron 200 toneladas de cocaína. A raíz de la sobreexposición de estos emisarios en terreno, la embajada mexicana en Colombia anunció la reactivación de un grupo binacional que pretende combatir la expansión de los narcotraficantes en las diferentes regiones de Colombia.
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