
...La deuda de gratitud de la revolución naciente, solo podría pagarse construyendo una Patria sólida y ejemplar, dispuesta a tender la mano a quien la necesitase.
“…Desde aquí decimos que Cuba y el pueblo de Cuba y los cubanos, dondequiera que estemos, seremos solidarios con los anhelos de liberación de nuestros hermanos oprimidos…”.
“…No podemos sacrificar la esperanza que Cuba es hoy para los pueblos de América. Cuba —y lo digo sin sentido de orgullo, porque para nosotros eso no significa sino responsabilidades— es hoy como una lucecita que se enciende para América, como una lucecita que puede señalar un camino; Cuba, país pequeño, que surge sin ambiciones de dominio alguno, que surge con su Revolución sin ambiciones personales de ninguna índole; Cuba, que es hoy, en su Revolución, todo desinterés, todo generosidad, Cuba es como una luz de la que nadie puede sospechar, a la que nadie puede mirar con recelo, porque jamás podrá verse en Cuba sino que toda entera se da a los demás pueblos hermanos, que toda entera se solidariza con los demás pueblos hermanos”.