Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

La evidencia que se supone que nunca debimos haber visto sobre el ataque con "gas" en Duma


Nos gusta confiar en los Chicos Grandes. Ya no creemos en nuestros ostentosos y pequeños líderes con sus mentiras y trucos: los Trumps y las Mays y ahora todos los nacionalistas de Europa. Ciertamente no le damos crédito a los dictadores árabes. 

Pero cuando, a pesar de toda su burocracia y corrupción, la ONU nos dice que el mundo se enfrenta al cambio climático, creemos en gran medida en lo que dice. Si la Cruz Roja Internacional nos advierte de una catástrofe humanitaria en África, tendemos a creer en su palabra. Y cuando la Organización para la Prevención de Armas Químicas (OPAQ) (que representa a 193 Estados miembros en todo el mundo) informa sobre ataques con cloro en Siria, asumimos que estamos escuchando la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. 

Hasta ahora. En los últimos días han surgido pruebas inquietantes de que en su informe final sobre el presunto uso de armas químicas por el régimen sirio en la ciudad de Duma el año pasado, la OPAQ ocultó deliberadamente tanto al público como a la prensa la existencia de una evaluación disidente de 15 páginas de dos cilindros que supuestamente contenían cloro molecular, lo que tal vez era la prueba más contundente contra el régimen de Assad en todo el informe. 

La OPAQ sostiene oficialmente que esos contenedores fueron lanzados probablemente por una aeronave (probablemente un helicóptero, supuestamente sirio) sobre Duma el 7 de abril de 2018. Pero la evaluación disidente, a la que la OPAQ no hizo referencia en las conclusiones publicadas, concluye que existe una "mayor probabilidad de que ambos cilindros se hayan colocado manualmente en esos dos lugares en lugar de ser dejados caer desde aeronaves". 

Es difícil subestimar la gravedad de este acto manipulador de la OPAQ. En respuesta al autor conservador Peter Hitchens, que también escribe para el Mail on Sunday (él es por supuesto el hermano del difunto Christopher Hitchens) la OPAQ admite que su llamada secretaría técnica "está llevando a cabo una investigación interna sobre la publicación [sic] no autorizada del documento". 

Comentario: Lo que significa, por supuesto, que se suponía que no debería salir a la luz, pero alguien en el interior desobedeció y actuó a favor de su conciencia... 

Luego añade: "En este momento, no hay más información pública sobre este asunto y la OPAQ no puede dar cabida [sic] a las solicitudes de entrevistas". Es una táctica que hasta ahora parece haber funcionado: ni un solo medio de comunicación que haya informado de las conclusiones oficiales de la OPAQ le ha dado seguimiento a la historia del informe que la OPAQ suprimió. 

Y usted puede apostar a que la OPAQ no va a "dar cabida" a entrevistas. Porque aquí tenemos una institución que investiga un crimen de guerra en un conflicto que ha costado cientos de miles de vidas, pero su única respuesta a una investigación sobre la evaluación "secreta" de los ingenieros es concentrarse en su propia caza de brujas para encontrar la fuente del documento que deseaba mantener en secreto ante el mundo. 

Por si fuera poco, la OPAQ (cuyo informe final llegó a más de cien páginas y que incluso publicó una versión resumida y fácil de leer para los periodistas) ahora cierra de golpe sus puertas de acero con la esperanza de impedir que llegue más información a la prensa. 

Mucho más peligroso es que su acto de censura ha proporcionado un océano de propaganda para los opositores de Occidente, para el régimen sirio y para los rusos. Russia Today ha estado ensalzando a sus espectadores con relatos de cómo las potencias de la OTAN controlan políticamente la OPAQ. Los sitios web estadounidenses (a favor de la paz, pero también, desgraciadamente, a favor de la conspiración) están aprovechando al máximo el conflictivo informe de los ingenieros. 

Comentario: ¿Y qué esperaban? La OPAQ ocultó una pieza clave de información, favoreciendo de este modo a la OTAN. ¿No constituye esto una "conspiración"? ¿No es lógico concluir que la OTAN ejerce gran influencia política sobre la OPAQ? 

Y en cuanto al público crédulo (nosotros), que ve y lee este escandaloso engaño de este organismo supuestamente autorizado de científicos internacionales, sólo puede llevarnos a una conclusión: que debemos recurrir una vez más a los Assanges y a los Chelsea Mannings (los "traidores" que dañan la seguridad occidental ante los ojos de sus enemigos) y a las revelaciones de grupos como Wikileaks, si queremos saber la verdad de lo que ocurre en nuestro mundo y la verdadera historia que hay detrás de los informes oficiales. 

La memoria institucional (y periodística) es tal que quizás deberíamos desempolvar el baúl de la memoria para recordar la importancia del ataque de Duma de 2018. Mientras las tropas del gobierno sirio se acercaban a Duma, controlada por los islamistas, a principios de la primavera del año pasado -sitiando varias millas cuadradas de bloques de apartamentos, barrios de tugurios y calles estrechas en el borde oriental de Damasco-, los videos transmitidos desde la escena mostraban imágenes desgarradoras de civiles echando espuma por la boca y que aparentemente se ahogaban hasta morir después de inhalar gas. 

El gobierno de Damasco negó la acusación. También los rusos. Pero sobre la base de que se habían proporcionado pruebas suficientes de un ataque con gas, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia lanzaron bombardeos contra Siria. En una conferencia de prensa en Londres, Theresa May llevó a cabo una enérgica condena de la dictadura de Assad por usar gas contra mujeres y niños. 

Antes del episodio de Duma se habían registrado muchos ataques químicos por parte del régimen de Siria, pero la respuesta del mundo a las pruebas de video procedentes del pabellón de un hospital improvisado de ese país convirtió el suceso en una grave crisis internacional. 

Comentario: El autor se perdió un paso importante: la "respuesta del mundo" a los medios de comunicación occidentales que provocaron dicha respuesta... 

Entre los objetivos de los misiles de crucero estadounidenses figuraba un centro científico en Damasco que la propia OPAQ había exculpado de toda participación en la guerra química en otoño de 2018. Pero en dos semanas, tras los retrasos impuestos por los sirios por razones de "seguridad", científicos internacionales de la OPAQ, que ya habían entrevistado a médicos del hospital de Duma, llegaron a las calles donde supuestamente tuvo lugar el ataque químico. 

En su informe oficial final en marzo de este año, la OPAQ dice que aunque no se encontraron "agentes nerviosos organofosforados" (gas sarín, para usted y para mí) en Duma y que quienes se habían registrado como moribundos en el ataque ya habían sido enterrados; su equipo, que dice que incluía a expertos en "ingeniería mecánica", concluyó que los contenedores encontrados en dos ubicaciones específicas habían atravesado el hormigón y un techo para impactar en el suelo dentro de los edificios. 

Es posible, dijo la OPAQ, "que los cilindros fueran las fuentes de las sustancias que contenían cloro reactivo". Los testimonios, las muestras ambientales y biomédicas y los análisis toxicológicos y balísticos "ofrecen motivos razonables para pensar que se ha producido el uso de sustancias químicas tóxicas como arma". En otras palabras, los contenedores habían caído del cielo. 

El entonces no revelado documento titulado "Unclassified - OPCW Sensitive, Do Not Circulate - Engineering Assessment of the Two Cylinders Observed at the Douma Incident - Executive Summary" (Evaluación de ingeniería de los dos cilindros observados en el incidente de Duma - Resumen ejecutivo) y fechado el 27 de febrero de este año, ha sido redactado por un ingeniero cuyo nombre se encuentra por todo el Internet, pero que no vamos a repetir aquí. Extrae conclusiones diametralmente opuestas a las del informe publicado, y afirma que el "subequipo de ingeniería no puede estar seguro de que los cilindros de ninguno de los dos lugares llegaran allí como resultado de haber sido arrojados desde una aeronave". 

¿Y por qué no? "Las dimensiones, características y apariencia de los cilindros y la escena circundante de los incidentes no eran consistentes con lo que cabría esperar en el caso de que cualquiera de los dos cilindros hubiera sido arrojado desde una aeronave...". En resumen, las observaciones sobre el terreno de los dos lugares, junto con el análisis subsiguiente, sugieren que hay una mayor probabilidad de que ambos cilindros se hayan colocado manualmente en esos dos lugares en lugar de ser arrojados desde aeronaves". 

Dicho claramente, el documento sugiere que la ubicación de los cilindros fue una trampa, que alguien dentro de Duma inmediatamente después de los bombardeos del 7 de abril de 2018 (y nadie, ni siquiera los sirios ni los rusos, niegan que hubo bombardeos y fuego de artillería convencionales esa noche) colocó los cilindros en los lugares en los que fueron examinados posteriormente por la OPAQ.Desde que las primeras imágenes de los cilindros en esos lugares se mostraron en imágenes antes de que los sirios y los rusos entraran en Duma, el corolario obvio es que las fuerzas opuestas al régimen de Assad pueden haberlos puesto allí. 

En todos los casos de este tipo, es necesario entender que la búsqueda de pruebas de ataques con gas es notoriamente difícil. Es necesariamente una ciencia inexacta. A diferencia de los fragmentos de artillería, metralla, placas de base de mortero, códigos de computadora de cohetes o manuales de armas, el gas no lleva ninguna etiqueta conveniente que pueda traicionar a los propietarios o fabricantes. Los productos químicos no contienen partes de computadoras. Por lo tanto, tanto el informe oficial de la OPAQ como la evaluación de los ingenieros suprimidos son documentos muy científicos (quizás arcanos para los no iniciados), pero vale la pena leerlos en su totalidad, tal vez con un diccionario de ciencias a mano. Los lectores pueden encontrar el informe completo en Internet y, después de un pequeño trabajo de detective, el informe filtrado de los ingenieros. 

La OPAQ podría haberse ahorrado mucha vergüenza (y el ridículo por parte de los rusos) si simplemente hubiera dicho toda la verdad: que mientras que la mayoría de sus científicos llegaron a la conclusión de que los cilindros de "gas" cayeron por el techo (es decir, desde una aeronave), un informe minoritario creía que no era así. 

Esto no habría sido más que la práctica de una investigación pública que incluye un punto de vista minoritario disidente. Pero obviamente eso no era lo que la OPAQ quería. De ahí su propia conclusión final, ligeramente extraña, de que existían "motivos razonables" para creer que se habían utilizado productos químicos tóxicos en Duma: "motivos razonables" podría ser una respuesta aceptable ante las pruebas en el lugar de un crimen doméstico, pero es apenas suficiente para justificar retrospectivamente un ataque aéreo de la OTAN contra Siria. 

Yo mismo fui objeto de mucha polémica debido a las escenas que encontré en Duma cuando llegué unos días después del ataque. No descarté la posibilidad de que se hubiera usado gas, pero los testigos presenciales y el jefe del hospital de campaña donde las víctimas habían sido tratadas insistieron en que no sabían nada de gas. 

© Yara Ismail

Departamentos bombardeados en los que alguna vez vivieron rebeldes islamistas en Duma

El médico, que estaba en su casa cerca del hospital en ese momento, insistió en que los pacientes sufrían de hipoxia, por polvo e inhalación de tierra tras los bombardeos aéreos, y que alguien a quien identificó como un trabajador de la ONG "Cascos Blancos" gritó "¡Gas!" e inició el pánico entre las víctimas. El informe oficial de la OPAQ registra exactamente los mismos hechos, junto con el recuerdo del médico de que un hombre gritó "¡Gas!" Pero, curiosamente, la OPAQ no identificó al hombre como un "Casco Blanco". 

Pero mi propio reporte en The Independent (y la condena que los críticos le hicieron más tarde) es totalmente trivial en comparación con las implicaciones de la decisión de la OPAQ de suprimir el informe de sus propios ingenieros. Quizás descubran la fuente de la fuga. Tal vez aleguen que parte de ella está fabricada, aunque esto es muy improbable, puesto que ya se han referido a "la divulgación no autorizada del documento". 

Pero hay que dar dos advertencias. El hecho de que la OPAQ haya tomado la extraordinaria decisión de encubrir algunas de sus pruebas en Duma no significa que el gas no haya sido utilizado en Siria por el gobierno o incluso por los rusos o por ISIS y sus compañeros islamistas. Sin duda alguna. Todos son culpables de crímenes de guerra en el conflicto sirio. La deshonestidad de la OPAQ (porque eso es a lo que equivale) no exime a los criminales de guerra. 

Comentario: Como es su costumbre, Robert Fisk ofrece algunas verdades necesarias, sustentadas en buena información, pero después añade párrafos como el anterior, sin sustento real, que demeritan su propio trabajo, posiblemente para dar la impresión de que es imparcial y equilibrado. ¿Pero dónde están las pruebas de que Siria o los rusos usaron gas en otras ocasiones en este conflicto? No las hay. 

Hay otra luz roja. Todos recordamos cómo, después de que se afirmara falsamente que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva, invadimos Irak con esos falsos pretextos y, en pocos años, afirmamos que Irán fabricaba armas de destrucción masiva, y luego amenazamos a Irán con la guerra, algo que seguimos haciendo hasta el día de hoy. ¿Y si ahora se nos dice que una vez más Siria está usando gas contra sus enemigos? 

Extrañamente, en medio de las revelaciones del informe oculto de la OPAQ, el Departamento de Estado de los Estados Unidos anunció hace apenas unos días que "seguimos viendo signos de que el régimen de Assad podría estar renovando el uso de armas químicas, incluido un supuesto ataque con cloro en el noroeste de Siria en la mañana del 19 de mayo de 2019...".

https://es.sott.net/article/66988-La-evidencia-que-se-supone-que-nunca-debimos-haber-visto-sobre-el-ataque-con-gas-en-Duma

Related Posts

Subscribe Our Newsletter