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La izquierda, en estos momentos, está dividida en cuanto a la interpretación de lo que está ocurriendo en Nicaragua y, las conclusiones, en consecuencia, difieren. El CADTM AYNA mantiene, también, diferentes miradas al respecto.

Publicamos, por lo tanto, opiniones con posturas que difieren, provenientes de militantes de izquierda. Siempre con el deseo de que sea un aporte al debate.

Estimado Éric Toussaint:

Suelo leer con atención sus artículos publicados en la página web del CADTM, y no dejo de sorprenderme con los términos analíticos con los que observa la actual situación en Nicaragua, en especial en su último artículo “Nicaragua: la evolución del régimen de Daniel Ortega desde 2007”, dicho análisis no solo me parece en términos generales desacertado, sino que además resulta peligroso en la taxatividad de algunos argumentos, por las consecuencias políticas y sociales de tales aseveraciones, considerando una dimensión geopolítica.

Quiero pensar que los énfasis puestos en algunas oraciones, sean producto de ciertos desfasajes que puedan existir al momento de ejercer una traducción francés- español, pues nadie que viva en otro país por mayor información que maneje, puede escribir en términos tan totalizantes -como si fuera única verdad absoluta- acerca de la realidad y de los procesos sociales que ocurren en otra Nación.

Es decir, que más allá de nuestras percepciones personales y colectivas, no podríamos escribir en expresiones tan tajantes acerca de lo que pasa en Nicaragua, ni desde Argentina ni desde Europa, no solo porque siempre habrá cuestiones que a nuestro entender se nos escapen, sino porque tan solo con intentar hacerlo, sería una nueva forma de reproducir un colonialismo del saber, del que tanto somos críticos en los espacios cotidianos en los que participamos.

La historia de México es muy apasionante, y he leído bastante al respecto, no obstante, la experiencia del PRI solo puede ser entendida en el marco de la realidad de ese país y en el contexto de los años cincuenta y sesenta.

Solo algunos teóricos se han atrevido a efectuar comparaciones con en el peronismo en Argentina y el varguismo en Brasil, también en el contexto histórico de mediados de siglo veinte.

Sin embargo, en los términos que usted compara el gobierno de Daniel Ortega con el PRI, me resulta una extrapolación analítica, que tiene poco y nada que ver. Además que Nicaragua debe ser comprendida en su propia proyección histórica, y como país, presenta mayores características compartidas con países centroamericanos como Honduras, El Salvador y Cuba -solo por citar algunos- que con las singularidades de México.

Sé muy bien que usted ha colaborado en numerosas brigadas de apoyo a Nicaragua entre el año 1984 y 1992, pero déjeme contarle, que tuve la oportunidad de viajar a este país en agosto del 2014, y ver desde cerca los alcances y limitaciones del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Y para sorpresa, me lleve una grata imagen al ver lo diferente que se vive en este país, en relación a otras realidades que aquejan a los países de Centroamérica.

Nicaragua es el país más seguro de todo Centroamérica luego de Cuba.

La “paz” no solo es un slogan que ha levantado como bandera el gobierno de Daniel Ortega, sino que realmente es un clima que se respira en las calles, en la alegría y felicidad de su gente, y que no tiene correlato alguno con la imagen de violencia cotidiana de la que se habla -intencional o no intencionalmente- desde distintos sectores en estos días.

No niego que recientemente se hayan producido muertes en las calles.

Cada muerte es siempre dolorosa. Pero ello, no solo debe comprenderse desde la reacción de un gobierno ante un escenario de desborde social (del cual ellos mismos han sido autocríticos), sino también hay que analizar cómo se han infiltrado en el territorio grupos de interés que generan terror en muchos espacios de la sociedad. Igualmente, reconozco, que me falta mayor información para hablar con la profundidad que requieren los sucesos recientes.

Desde el 2007 en adelante

Se ha podido reducir la pobreza extrema y se han construido numerosos planes de viviendas sociales; además de que cada familia cuenta con una canasta de alimentos esenciales de forma regular, en el que tienen garantizados el arroz, los frijoles, el azúcar, el aceite de cocina, entre otros. 

Desde el área de salud, han trabajado fuertemente en fortalecer la Atención Primaria de la Salud (aspecto que para países de Europa puede no ser novedad, pero en países que tienen en sus bases problemas sociales extremos, reviste de una singular connotación), logrando reducir drásticamente las causas de mortalidad infantil, e incluso han generado protocolos para la detención temprana del virus Chikunguya, obteniendo en este aspecto diferencias notables en términos de prevención en salud en comparación a otros países de la región.

Antes de calificar de retrógrada o reaccionaria una medida contra el aborto en Nicaragua, también es fundamental, incorporar una lectura histórica que comprenda la matriz de poder colonial– parafraseando a Quijano- sobre la cual se originan los Estados Modernos del continente, y cuyo poder se mantiene como regularidad hasta el día de hoy, siendo muy difícil de torcer de la noche a la mañana.

Sin comprender eso, no entenderíamos por qué recién ahora se haya podido instalar el debate a favor del aborto en Argentina -aun con dificultades- y que la autoridad suprema de la Iglesia en el mundo, sea un Papa, latinoamericano.

Pero una concepción monolítica en relación a la Iglesia Católica, tampoco deja comprender como ha sido tan fuerte en el continente la Teología de la Liberación, en el contexto de los años sesenta y setenta, ni permite analizar como integrantes de dichos espacios se han volcado a las filas de la lucha revolucionaria.

Nicaragua es además, uno de los pocos países de la región que ha podido frenar en su territorio el avance del crimen organizado y del narcotráfico,y han podido hacerlo, bajo parámetros de actuación del propio gobierno sandinista, y no con las recetas que históricamente determina Estados Unidos bajo las conocidas políticas imperiales de “Guerra contra las Drogas” “Plan Cóndor” “Plan Colombia”, dolorosamente vigentes, en muchos países de América Latina.

 También es interesante preguntarse en el contexto actual ¿Qué rol desempeñan las Maras?, ¿Ha escuchado hablar de las Maras en Nicaragua?.

Afirmativamente, he oído posturas disimiles acerca del canal interoceánico en la zona de Río San Juan, no obstante, jamás escuché que no se tuvieran en consideración las voces de las comunidades locales. 

De hecho, en muchos aspectos de su gobierno, han sido muy abiertos para atender las demandas sociales de la población y de los sectores sociales a los que representan.

Más aún, me llama poderosamente la atención, que hace un par de años, Nicaragua, era un país del cual no se hablaba en ningún medio de comunicación internacional o programa televisivo, y era justamente, por las cosas bien que venía haciendo, en términos de profundidad de un proceso social revolucionario, que articulaba fuertemente en tareas de asistencia mutua con el país hermano de Cuba.

De hecho, muy poco recuerdo haber leído acerca de Nicaragua en la página del CADTM en los últimos años, a diferencia, de la sistematicidad de notas que se publican con notoriedad en estas últimas semanas.

No he visto escritos con tanto sentimiento de alevosía en relación a lo que sucede en Siria y Palestina, u otros hechos gravísimos que tienen lugar en Europa, entonces, ¿Cuál sería la vara para medir qué sucesos nos preocupan? 

¿Y cuáles no? Solo por arrojar un dato, en la página del CADTM en francés, hace once años que no publicaba nada en relación a Nicaragua, transcurriéndole cuatro artículos desde el 29 de junio de 2018.

Y en el sitio en español hace seis años que no se ha publicado nada en relación a este país, siguiéndole 11 artículos entre 02 de mayo de 2018 y el 30 de julio de 2018. Este dato es más llamativo aún si se compara estadísticamente la información que da a conocer de forma regular acerca de otros países. 

Entonces cabe preguntarnos ¿qué valor tiene hablar de Nicaragua recién ahora?

Creo que es interesante, resaltar aspectos en los que podemos tener una lectura crítica en relación a ciertos procesos sociales y políticos de la actualidad, pero es fundamental separar la paja del trigo, y ver de qué manera y cómo aportamos a los mismos, y sobre todo, no actuar como voceros de realidades que jamás conoceremos en profundidad, porque la información que recibimos siempre es sesgada.

Me preocupa cómo se analiza la situación actual en Nicaragua,casi con la misma estructura argumentativa (cesarismo, tiranía, violencia, extractivismo) con las que tiempo atrás se descalificó a Ecuador, Bolivia, Venezuela. Temo que en un tiempo no tan lejano se usen esas mismas categorías – tal copié y pegue- para analizar irreflexivamente la coyuntura en Cuba.

Veo que, si tiene intenciones de escribir acerca de la realidad de otro país, lo invito a reflexionar sobre la actualidad en Argentina, pues aquí, la situación es verdaderamente preocupante: deudas centenares, relaciones carnales con el FMI, represión al pueblo trabajador y a manifestantes populares, decreto que habilita a los militares al cuidado de la “seguridad interna” cuando aún no se han juzgado a todos los genocidas de la última dictadura militar, son tan solo, algunos ejemplos.

 Pues en definitiva nuestros enemigos son los gobiernos de derecha con sus planes de ajuste feroces y no gobiernos que aún con desaciertos siguen estando del lado de las necesidades del pueblo.


Las diferencias en la izquierda, en relación a Nicaragua, existen, y son mucho más profundas que una leyenda aclaratoria al comienzo de cada artículo; lo cual exige actuar de manera cauta, para no romper la confianza entre redes y organizaciones, que han costado años construir. 

Asimismo, como militantes de organizaciones del campo popular, resulta fundamental, estimular siempre la pedagogía de la pregunta y de la duda, porque solo dudando, construimos nuevos conocimientos, horizontes y procesos reflexivos.

Por último, referencio dos artículos, que aún siendo críticos de la coyuntura actual, introducen matices más complejos para el análisis. Uno de ellos, publicado por CELAG, “Primavera democrática en Nicaragua ¿anticipo del verano… o del invierno?; El segundo, publicado en Resumen latinoamericano, “El hierro caliente de Nicaragua”.

Espero, tome a bien estas observaciones, que como lectora atenta, me generan incomodidad en sus escritos.

Fraternalmente,
Salomé Vuarant.
(Argentina).

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