Cuba es un país bloqueado y pobre en recursos que, sin embargo, ha alcanzado un notable desarrollo científico (1). Una potente industria biotecnológica de carácter público no solo ha creado vacunas, bioproductos y fármacos para el sistema nacional de salud (2).
También reporta importantes ingresos para el Estado gracias a sus exportaciones a más de 50 países.
El Grupo Empresarial estatal BioCubaFarma, donde trabajan 22 mil personas, posee 1.800 patentes en el exterior y genera ingresos de 2.000 millones de dólares al año (3).
Entre sus logros: la vacuna Cimavax-EGF contra el cáncer de pulmón avanzado (4), el Heberprot-P, que evita amputaciones por úlcera de pie diabético (5), o el NeuroEpo, medicamento para retrasar el desarrollo del Alzheimer (6).
Algunos de estos hitos han sido reflejados en publicaciones científicas internacionales (7). Y el diario The New York Times, que apoyó la política hacia la Isla del expresidente Barack Obama, ha informado sobre la cooperación de Cuba con el Centro Roswell Park, de Nueva York, o sobre los viajes –burlando el bloqueo- de pacientes estadounidenses con cáncer de pulmón que reciben tratamiento en La Habana (8).
El New York Times llegó a afirmar que el sistema de salud cubano proporciona “atención médica de muy alta calidad” y que allí los medicamentos “se desarrollan para resolver problemas de salud apremiantes, a diferencia de lo que sucede en otros países, donde prevalecen los intereses económicos” (9).
Algo que contrasta con el silencio, por ejemplo, de la prensa española. En las secciones de Ciencia o Salud de sus principales diarios, rara vez leeremos algo sobre los avances científicos no ya de Cuba, sino de algún país que no pertenezca al llamado “mundo desarrollado” (10).
Recientemente, de manera excepcional, decenas de medios españoles informaban sobre el excelente trabajo del Instituto Nacional del Cáncer de Colombia frente al virus del papiloma humano y el cáncer de útero (11) (12) (13). ¿La explicación a tanto interés? El premio otorgado por la Fundación del banco español BBVA a su investigadora Nubia Muñoz.
Pero las páginas de Ciencia o Salud de diarios como “El Mundo” no solo nos acercan a aquellos proyectos científicos premiados o financiados por la banca española. También nos presentan como un logro que “la investigación de la vacuna contra el cáncer infantil” de la Universitat de València logre “financiación para un año”, gracias a fondos privados (14). En una noticia en la que no se dice una sola palabra sobre los recortes del Gobierno español en investigación.
Mientras, sobre la labor científica de Cuba en materia de salud, hay un silencio casi absoluto. La presentación, por ejemplo, del Heberferon (15), un nuevo medicamento cubano contra el cáncer de piel, que podrá beneficiar en el futuro a población española afectada, no pasó de una nota de la agencia EFE apenas publicada por algún medio digital (16).
Y es que la ciencia cubana parece “ciencia oculta” para los grandes medios.
(1) http://www.radiomaboas.cu/amancio/3239-desarrollo-cientifico-y-tecnologico-logros-innegables-de-cuba
(9) https://www.nytimes.com/es/2016/11/22/un-souvenir-inesperado-de-cuba-la-vacuna-contra-el-cancer/
José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.-
https://elcomunista.net/2018/04/04/ciencia-cubana-ciencia-oculta-para-los-medios/