Emil Julius Klaus Fuchs, nacido en Alemania el 29 de diciembre de 1911 en Rüsselsheim, físico nuclear que participó en el Plan Manhattan, sin saber que sus estudios estaban destinados a crear la primera bomba nuclear. Recién se dio cuenta cuando EEUU lanzó bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, matando población civil indefensa de una manera criminal y horrorosa.
** Klaus Fuchs, pensando en el peligro del monopolio de los EEUU de tener bombas nucleares, decidió proporcionar a la Unión Soviética información sobre cómo crear una Bomba atómica.
EEUU en el año 2015, desclasificó documentos secretos donde se revela que el presidente Truman había diseñado el PLAN DROPSHOT en 1945 y que se modificó en 1949, destinado a matar a 60 millones de soviéticos
*** Gracias a este generoso alemán, Joseph Satalin pudo obtener en 1949 las armas nucleares, haciendo abortar el plan de Washington, donde se establecía el lanzamiento de 300 bombas nucleares y otras 29.000 bombas convencionales sobre 200 objetivos y cerca de 100 ciudades de la Unión Soviética, y así acabar con el 85% del potencial industrial del país.
Si esto hubiera sucedido, la Tierra habría quedado envuelta en nubes tóxicas, afectando al propio EEUU.
Nada más terminar la Segunda Guerra Mundial en 1945, los EEUU, que eran los únicos poseedores de armamento atómico, diseñaron un plan, para lanzar un ataque preventivo contra la Unión Soviética que eliminase del tablero internacional a la superpotencia comunista.
Los Estados Unidos en realidad, tenían miedo a los grandes avances económicos de la URSS, y que ponía en peligro las teorías capitalistas, donde los países del orbe se volvería progresistas sin mover una tanque de guerra.
Jospeh Stalin al ver la capacidad destructiva de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaquí, simuló que los generales nazis prisioneros prisioneros de guerra, les habían proporcionado la fórmulas para crear bombas nucleares.
Truman se creyó esta simulación, y retrasó el ataque preventivo hasta estar seguro que la URSS no tenía armamento nuclear.
La CIA a fines de 1948 informó que la Unión Soviética no tenía la bomba atómica, sin saber que el Plan Manhattan era un coladero de información y que la URSS a fines de este mismo año, ya tenía sus bombas nucleares casi listas para probarlas.
En septiembre de 1948, el presidente estadounidense Harry S. Truman aprobó un documento del Consejo de Seguridad Nacional (NSC 30) sobre La política de la Guerra Atómica, que declaró que los Estados Unidos debía estar preparado para utilizar con prontitud y eficacia todos los medios apropiados disponibles, incluidas las armas atómicas, en interés de la seguridad nacional y que debía planificar en consecuencia”, dando así paso nuevamente al PLAN DROPSHOT (renovado)
CURTIS LEMAY EL VERDUGO FRUSTRADO DE LA URSS
El General LeMay era famoso por haber dirigido la campaña de bombardeos estratégicos contra el Japón, que concluyó con el bombardeo nuclear de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.
Esto le valió recibir Doctorados Honoris Causa en Leyes en las universidades John Carroll, Kenyon College, la Universidad del Sur de California la Universidad Creighton y la Universidad de Akron, entre otras distinciones.
Luego organizó el Mando Aéreo Estratégico (Strategic Air Command. SAC instancia suprema de mando de las fuerzas aéreas estratégicas de Estados Unidos) como organismo para gestionar una posible guerra nuclear durante la guerra fría. Evidentemente contra la URSS.
Antes de que este organismo estuviese totalmente operativo, en 1945, LeMay propuso lanzar el inventario atómico completo en manos de EE UU (133 bombas) contra 70 ciudades soviéticas y capitales de Europa del Este en un período de 30 días. Basaba su estrategia en que los soviéticos no tenían una fuerza capaz de equiparar al SAC en esos momentos y el tiempo jugaba en favor de los rusos.
Pero TRuman no lo aprobó, hasta estar seguro que la URSS no tenia armamento nuclear.
Sin embargo, en 1949 se renovó el plan Dropshot antes los informes de la CIA, que preveía que EE UU atacaran la Rusia soviética, arrojando 300 bombas nucleares y 20.000 toneladas de bombas convencionales en 200 objetivos situados en 100 áreas urbanas, incluyendo Moscú y Leningrado (el actual San Petersburgo).
Además, se confeccionó una lista de blancos para ataques nucleares en los territorios de la Unión Soviética y sus aliados que contenía la friolera de mil doscientas ciudades desde Alemania Oriental en Occidente hasta China en el Oriente.
Moscú encabezaba la lista con 179 "blancos designados" (entre ellos, la mismísima Plaza Roja) mientras que en Leningrado se habían fijado 145.
La potencia del armamento atómico empleado fluctuaría entre 1,7 y 9 megatones (la bomba atómica Little Boy, arrojada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 era de aproximadamente 0,013-0,018 megatones).
Berlín Oriental, como Varsovia (Polonia) o Budapest (Hungría), estaba en la lista junto a otras ciudades ubicadas más allá de las fronteras soviéticas e incluía a 91 blancos designados.
100 de los 300 artefactos nucleares tendrían la misión de destruir en tierra la aviación soviética de combate.
Sin embargo, lo más perturbador de los listados de objetivos que pueden revisarse en The National Security Archive desde su desclasificación en el año 2015, era una serie de objetivos que aparecían bajo el epígrafe “Categoría 275” u “objetivos de población”.
Se estimaba que, con el ataque norteamericano, morirían unas SESENTA MILLONES de personas.
En caso de que la URSS se negara a rendirse tras el devastador ataque, Estados Unidos continuaría bombardeando regularmente las áreas urbanas e industriales hasta conseguir su destrucción total.
Además, los planificadores proponían dar inicio a una campaña terrestre contra la URSS para obtener una victoria completa con los aliados europeos.
Pero los planes norteamericanos iban más allá de la actual Rusia. Beijing aparecía en el top 20 (era la número 13) de las ciudades objetivo de los bombarderos de EE UU, con 23 zonas identificadas para ser devastadas.
CÓMO PLANEABAN HACERLO
Según los documentos desclasificados en 2015, las cabezas nucleares serían lanzadas desde aviones emplazados en bases de Reino Unido, Marruecos y ESPAÑA.
Además, se emplearían bombarderos intercontinentales B-52, que en los momentos de la confección del plan agresor estaban empezando a ser distribuidos a la Fuerza Aérea de EE UU.
En 1949 el arsenal nuclear de EE UU había alcanzado ya las 250 bombas atómicas y querían llegar a las 300, por lo que el pentágono calculo que para agosto de este año, estarían preparados para una victoria sobre la Unión Soviética.
En realidad, con 250 bombas nucleares, EEUU tenía asegurada la victoria sobre la URSS, pero tanto Harry S. Truman y Winston Churchill, le tenían miedo al Ejercito Rojo y a su líder Joseph Stalin, tanto era su temor, que aparentaban amistad ante el líder soviético, llamándolo "El Tio Jony", cuando por las espaldas planificaban acabar con 60 millones de soviéticos.
ABORTO DEL PLAN DROPSHOT
Por suerte para el género humano, la prueba de la bomba atómica soviética ese mismo verano asestó un duro golpe a los planes militaristas estadounidenses. Así lo describe profesor Donald Angus MacKenzie, de la Universidad de Edimburgo, en su ensayo “Planificación de la Guerra Nuclear y Estrategias de coacción Nuclear”.
“La prueba de la bomba atómica soviética en agosto de 1949, sacudió profundamente a los estadounidenses, que habían creído que su monopolio atómico podría durar mucho más tiempo”.
Lo más grave de todo, es que si se hubieran explotado las 300 bombas nucleares, la radiación atómica envolvería al mundo entero, tanto así que hasta los EEUU sería afectada por su macabro plan.
Joseph Stalin, envió un mensaje a Truman diciendo: "Tengo el calentador preparado, para quemarte los pelos que te queda"; a Truman se le acabó la sonrisa, sabía de la heroicidad del Ejército Rojo y su gran líder, que fueron capaces de acabar con el todo poderoso ejercito Nazi. Después de este mensaje, nunca más se volvió a hablar del Plan Dropshot.
EL HÉROE OLVIDADO
En enero de 1950, el científico Klaus Fuchs, físico teórico Y miembro del equipo del Proyecto Manhattan, que construyó la primera bomba atómica de Estados Unidos, fue arrestado, juzgado y sentenciado a catorce años de prisión por pasar secretos militares a una nación aliada (sí, la Unión Soviética todavía, de cara a la galería, estaba catalogada como estado aliado).
Fuchs había suministrado información vital a la Unión Soviética sobre el Proyecto Manhattan de forma absolutamente desinteresada, partiendo de sus convicciones políticas y la certeza del profundo peligro que suponía el monopolio nuclear que pretendió lograr Estados Unidos.
Esto sirvió de forma decisiva para que los soviéticos creasen su propia arma nuclear.
El estado soviético agradeció a Fuchs sus actos condecorándolo con la Orden de la Amistad de los Pueblos, uno de los más altos galardones de la Unión Soviética.
Gracias a su aporte para el equilibrio mundial de armas atómicas, Klaus Fuchs salvó la vida a más de SESENTA MILLONES DE PERSONAS y evitó la contaminación de radiación nuclear en el mundo.
El mundo debería estar agradecido a Klaus Fuchs, porque gracias a él, la tierra no quedó envuelta en radiación nuclear.
Hitler intentó desaparecer a la raza semita y los EEUU planificó desaparecer a la raza eslava.
Fue liberado el 23 de junio de 1959, tras lo que emigró a Alemania Oriental, donde continuó con su carrera científica, logrando una considerable prominencia.
El héroe de la humanidad Murió en Alemania el 28 de enero de 1988.
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