Pablo Gonzalez

Mexico: La Virgen de Guadalupe, el mejor invento español de la Conquista


Mil 600 toneladas de basura fue lo que dejaron los creyentes católicos durante su peregrinación hacia la Basílica de Guadalupe hace apenas unos años. En fechas recientes, esa cantidad no ha cambiado. 

Hace siglos, millones de individuos caminan largas distancias para agradecerle todos los milagros a la Virgen Morena. 

Inspirados por su fe, lo hacen como una forma de liberación y respeto hacia ésa figura que tanto les ha dado.

 Ignoran que el suelo que caminan es parte de sus raíces y lo único que dejan son rastros de desechos, sin importarles el daño que le hacen al medio ambiente.

Esas personas ignoran el hecho de que sus antepasados fueron adoctrinados o asesinados por los conquistadores españoles, cuyos intereses eran deshacerse de los "salvajes" nativos y establecer sus propios ideales en esta tierra que durante siglos le perteneció a los mexicas.

 Los dioses antiguos, las costumbres, tradiciones, rituales y su forma de pensar fueron destruidos en unas cuantas décadas para ser reemplazados por sus sistemas ideológicos.





¿Cómo lo lograron?

Antes de la llegada de los españoles, los habitantes de Tenochtitlan creían en diferentes deidades que guiaban por completo sus estilos de vida. Tláloc, Quetzalcóatl, Tezcatlipoca y Huitzilopochtli eran las figuras que dominaban el destino de los aztecas. 

Al llegar los conquistadores, el principal reto que se encontraron fue establecer la religión cristiana como la única y dominante. 

Junto con los invasores llegaban sacerdotes de distintas órdenes, como la Franciscana y la Dominicana, ambas intentando usar la fe en sus dioses como forma de controlar a la población.

El método que utilizaron fue destruir por completo las creencias antiguas aztecas mezclándolas con elementos cristianos. 

Los nativos aztecas adoraban a una figura llamada Tonantzin, quien era considerada la "Diosa Madre".



 Ésa deidad que llamaban "Nuestra gran madre" o "Nuestra señora" era adorada por los locales y era vista como la responsable de otorgar comida y de mantener hermoso el mundo en el que vivían. 

De acuerdo con el autor D.A. Branding, los aztecas solían realizar actividades de peregrinación para adorar a Tonantzin en un templo construido en el Tepeyac, a las afueras de la Ciudad de México. 

Lo que hicieron los religiosos europeos fue destruir esa construcción y reemplazarla con un una capilla dedicada a la Virgen María, madre de Jesús

Los indígenas continuaban yendo a agradecer a su diosa madre, pensando que los invasores finalmente la habían aceptado.

El engaño apenas comenzaba.

Tonantzin - Coatlaxopeuh - Guadalupe

A pesar de que algunos expertos católicos afirman que la existencia de Juan Diego y la aparición de la Virgen son reales, todos los documentos que hablan sobre ésas figuras son recuentos de segunda mano, tal y como indican en sus estudios los autores Alberto Peralta y Stafford Poole. 

Don Juan de Zumárraga, primer Arzobispo de la Nueva España (llamado "el protector de los indios") pudo haber sido responsable de la idea de usar a Tonantzin para evangelizar a los nativos con ayuda de otro sacerdote encargado de traducir al náhuatl los textos sagrados: Bernardino de Sahagún, pero no fue precisamente así.

El primer indicio que demuestra la nula existencia de Juan Diego y de las cuatro apariciones es el hecho de que la mayoría de los textos que hablan sobre ésos sucesos establecen a Zumárraga como el principal responsable. 

Lo extraño es que el Arzobispo era un ávido escritor y documentaba gran parte de los sucesos que observaba en la Nueva España. 

Ninguno de sus papeles menciona a un hombre con la aparición de una figura mestiza.


Los únicos documentos válidos que hablan sobre la Virgen datan del siglo XVI y sólo relatan la discusión que tenían los predicadores Franciscanos y los Dominicanos sobre el culto que se generaba alrededor de la imagen que ahora los indígenas adoraban.

D. Branding, Miguel León-Portilla y Edmundo O'Gorman son sólo unos cuantos de los historiadores que afirman que el mito de Juan Diego fue creado por Antonio Valeriano, el mexica más fiel al cristianismo y asistente de Bernardino de Sahagún. 

Se dice que el hombre poseía gran conocimiento sobre las costumbres e ideas de los nativos, así que se le ocurrió la manera perfecta de atraerlos: contando una historia fantástica.

 Es posible que Juan Diego haya existido, sin embargo, es poco probable que haya tenido una visión y mucho menos que ésta se haya plasmado en una tilma de manera celestial. 

Fue la mezcla perfecta de elementos entre la madre Tonantzin y la Virgen María.

 El problema inició cuando los "milagros" comenzaron a suceder.

La oportunidad

Se especula que, en tiempos de Zumárraga, los indígenas que peregrinaban para honrar a Tonantzin comenzaron a usar nombres diferentes para referirse a ella. 

Autores como el padre Mariano Jacobo Rojas sugieren que "Coatlaxopeuh" pudo haber sido una palabra de origen náhuatl que eventualmente se convirtió en Guadalupe. 

El significado era "Aquella que tiene dominio sobre las serpientes".

 Ése término pudo usarse para referirse a la destrucción metafórica de Quetzalcóatl y también como una nueva representación de Adán y Eva, estableciendo a la Virgen como Eva venciendo a la serpiente en vez de caer en su trampa. 

Eventualmente el nombre se transformó por Guadalupe, dándole así un nuevo alias y rostro a la madre de Jesús y a la diosa Tonantzin.

Al morir Zumárraga, su lugar lo tomó el Arzobispo Dominicano Alonso de Montúfar, quien estaba convencido que el culto a la Virgen era el mejor método para adoctrinar a los indígenas.

 Los sacerdotes de la orden Franciscana estaban indignados ante tal uso de las figuras bíblicas, incluso sugiriendo que ése tipo de trampas eran actividades satánicas.

 El líder de la orden, Fray Francisco de Bustamante, afirmó que era perjudicial para los mexicas debido a que estaban convencidos de que realizaba milagros, contrario a lo que sus sacerdotes les enseñaban, causando así decepciones y mentalidades sumisas.


Argumento en contra

El argumento más común que utilizan los devotos de la aparición de la Virgen es el hecho de que la imagen apareció de manera divina. 

Lo cierto es que el responsable pudo haber sido el pintor azteca Marcos Cipac de Aquino. 

El suceso fue similar a un milagro debido a que no realizó dibujos preliminares y es posible que lo haya creado en unos cuantos días trabajando sin parar. 

Esto puede confirmarse con la súbita desaparición de la corona, hecho que demuestra que fue creada por manos humanas, ya que la pintura de esa zona comenzaba a caerse.

 El único estudio que afirma que fue creado de forma sobrenatural ha sido replicado por centenares de católicos con el propósito de mantener viva la ilusión.


La Virgen de Guadalupe es un mito creado por los españoles y los aztecas sumisos para controlar a toda una población. 

La fe que existía por la madre de la vida fue transformada por María y, consecuentemente, por Guadalupe. 

Es un ejemplo más de las traiciones y engaños de la Iglesia Cristiana para mantener el control sobre las personas de una forma u otra.

 La hipocresía de los mexicanos que adoran a la Virgen mientras buscan conectar con sus raíces aztecas es muestra de la idiosincrasia con la que funciona la religión.

 Éste es sólo un pedazo de historia en un enorme mar de mentiras que impiden el libre pensamiento y la evolución próspera de la humanidad.

Fuentes:

"Juan Diego y las Apariciones el pimo Tepeyac" de Joaquín García Icazbalceta.

"Mexican Phoenix: Our Lady of Guadalupe" de D. A. Brading.

"Destierro de sombras: luz en el origen de la imagen y culto de Nuestra Señora de Guadalupe del Tepeyac" de O'Gorman, Edmundo.

"Mexican Phoenix: Our Lady of Guadalupe: Image and Tradition Across Five Centuries" de D. Brading.

https://culturacolectiva.com/historia/la-virgen-de-guadalupe-el-mejor-invento-espaol-de-la-conquista/

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