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Efectivos de Costa Rica y Panamá practican combate en selva


Efectivos de las fuerzas armadas de frontera de Panamá y de Costa Rica, además de miembros de otros componentes de la fuerza pública panameña como el Servicio Nacional Aeronaval y el Servicio de Protección Institucional, permanecerán tres meses en las selvas del Darién. La meta es entrenarse en el curso de Reconocimiento y Combate, dictado por unidades del Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT) de Panamá.

“La importancia del curso es a nivel estratégico, porque prepara a las unidades para formar parte del Grupo de Reconocimiento y Combate (RECOM), punta de lanza contra el narcoterrorismo y la delincuencia organizada transnacional”, dijo a Diálogo el Comisionado Oriel Oscar Ortega Benítez, subdirector del SENAFRONT. 

“Las unidades que formamos aquí van a llegar a un nivel por encima del exigido para otros grupos, y por eso llevamos la boina negra con orgullo”.

El RECOM es una unidad que pertenece a la Agrupación de Fuerzas Especiales del SENAFRONT, encargadas de patrullar las veredas a lo largo de las fronteras de Panamá.

 El curso, que es dictado en las instalaciones de SENAFRONT en la provincia de Darién, en Panamá, está enfocado a combatir el crimen organizado y el narcotráfico.

Por su posición geográfica, el istmo de Panamá es considerado la primera línea de defensa del grupo de países que bloquean el tráfico de ilícitos de los carteles de la droga. El año pasado Panamá decomisó 68,4 toneladas de estupefacientes, según cifras del Ministerio de Seguridad de Panamá, lo que pone al país en la cima de la lista de droga decomisada.

Una realidad compartida

La realidad de tener territorios usados por el narcotráfico es similar en otras fronteras de los países de la región. 

Por esa razón, desde el 2003, efectivos de Argentina, Belice, Colombia, Guatemala, Honduras y ahora Costa Rica, asisten al curso de formación en reconocimiento y combate en la selva. Una formación uniforme permite la acción conjunta y coordinada más eficiente de los efectivos de los diferentes países que vigilan las áreas de fronteras. Esto cobra especial importancia al tomar en cuenta que las personas dedicadas al crimen trabajan en redes transnacionales y transregionales que operan de país a país.

El curso de Reconocimiento y Combate dura 12 semanas, en un horario de 650 horas continuas. Para tomar parte en esta capacitación los organizadores exigen del participante una excelente condición física y resistencia psicológica.

Tal es así que el 3 de julio, día en que inició el curso, el parte contemplaba 80 estudiantes. Para el 7 de agosto, 35 días más tarde, quedaban solo 39 efectivos, que si todo marcha según lo planeado, terminarán el adiestramiento el 22 de septiembre.

El Comisionado Oriel Oscar Ortega Benítez, subdirector general de SENAFRONT, exhorta a terminar el curso a los elementos de las unidades de fronteras de Panamá y Costa Rica en Metetí, provincia de Darién. (Foto: Cabo Primero de SENAFRONT Jorge Vega)

Durante el curso los instructores imparten técnica de patrullaje, táctica individual, nudos y anclajes, rapel, patrullaje avanzado, reconocimiento, toma de objetivo y emboscadas, entre otras destrezas. Además, reciben clases de primeros auxilios, donde aprenden a transportar heridos y otras técnicas de emergencia.

Igualmente reciben formación sobre derecho internacional, derechos humanos, sistema penal acusatorio y uso limitado de la fuerza. 

En esta fase del entrenamiento conocen cómo debe ser el trato a los detenidos e incluso ven el tema de las migraciones irregulares que afrontan diariamente todas las fronteras.

“No es fácil salir del área urbana al área rural y tener que cumplir misiones bajo el sol, la lluvia, el cansancio o situaciones de estrés”, afirmó a Diálogo el Capitán de SENAFRONT Juvencio Allard, encargado del curso. 

“Para eso se prepara a las unidades en este curso, para que cuando la unidad vaya al terreno en misiones reales tenga la capacitad de afrontar todo este tipo de dificultades,” agregó.

“Esto los prepara para cumplir misiones de alto perfil y alto riesgo, porque sabemos que el narco usa sus armas para defender aquello ilegal que transporta”, resaltó el Cap. Allard.

 “Todo lo que es el proceso de capacitación y entrenamiento de cursos prepara a la unidad para situaciones de riesgo que tendrán que afrontar una vez estén en el terreno”.

Lazos de amistad y cooperación

Uno de los aspectos que más se busca inspirar en el curso es el desarrollo del sentido de compromiso entre los participantes. Para ellos completar el curso es un reto importante y ponen su máximo esfuerzo para lograrlo con éxito.

“El curso en sí trata de todo lo que tiene que ver con montaña, lo que es muy importante porque en nuestro trabajo tenemos que saber cómo movernos en esas áreas, [conocer] técnicas y métodos para poder hacerlo”, dijo el agente de la Policía de Fronteras de Costa Rica Roy Daniel Jiménez. “Este escenario es parecido al de Costa Rica, pero es más grande. 

El curso es muy bueno y hasta el momento mis expectativas están al 100 por ciento, con la idea de que los compañeros de Costa Rica y mi persona podamos terminar”.

“La principal ventaja de este curso es que estrecha los lazos de amistad entre los países”, concluyó el Comisionado Ortega.

 “Al final todos tenemos un enemigo común, que es la delincuencia organizada transnacional, y este curso permite que la enfrentemos de manera más eficiente”.

https://dialogo-americas.com/es/articles/costa-rican-and-panamanian-service-members-practice-jungle-combat

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