Pablo Gonzalez

Francia: Emboscada de Le Pen a Macron en una región castigada por la crisis

Emmanuel Macron ha descubierto este miércoles que la campaña de la segunda vuelta de las elecciones francesas no consistirá simplemente en una suma de los apoyos previos de los candidatos, lo que le daría una victoria fácil. 

Toda campaña tiene su propia dinámica y origina acontecimientos inesperados ante los que la respuesta del político puede empeorar las cosas.

Macron viajó a Amiens a reunirse con los representantes sindicales de los trabajadores de la factoría de Whirlpool en plena movilización por la decisión de la empresa de trasladar la planta a Polonia, dedicada a la producción de secadoras de ropa, lo que dejaría sin empleo a 280 personas en 2018.

 La deslocalización de ciertas líneas de producción y el cierre de factorías, en el peor de los casos, ya fueron un tema relevante en la campaña electoral de EEUU con las promesas de Donald Trump de poner fin a estas decisiones. 

El candidato centrista pretendía separarse de la imagen de representante de la élite económica que ignora las preocupaciones de una clase trabajadora castigada por el desempleo o la precariedad laboral.

Amiens está en la zona norte de Francia, que fue en la primera ronda de las elecciones un feudo de Marine Le Pen. 

La candidata ultraderechista no desaprovechó la oportunidad. Una campaña convencional de mítines y entrevistas no le llevará muy lejos. Tiene que tensar la cuerda y encontrar la forma de crear situaciones que confirmen su mensaje de campaña: ella es el pueblo, Macron es la élite.

Y allá se fue Le Pen, no a reunirse con los sindicatos, sino a mezclarse con los trabajadores movilizados en la calle.

Algunos la aplaudieron, otros no, pero lo que importa es que pudo dejar su mensaje: “Yo estoy entre los asalariados que resisten contra la globalización salvaje. Yo no estoy con los representantes que comen pastas”.

A esa hora, Macron se veía con los sindicatos en la sede de la Cámara de Comercio local. Es posible que hubiera pastas en la mesa.

Tras esa cita, Macron dijo que la situación de esa fábrica era inaceptable y que hay que hacer lo que sea para impedir el traslado. 

No dijo cómo, más allá de buscar un comprador para que la planta siga funcionando. “Cuando ella dice que la solución es dar la espalda a la globalización, está mintiendo. No podemos ilegalizar los despidos. Debemos luchar para encontrar un comprador”.

Los medios franceses han recordado que François Hollande hizo promesas similares en una visita en la campaña de 2012 a una planta siderúrgica amenazada de cierre. La fábrica se cerró cuando Hollande era ya presidente y los sindicatos le acusaron de traición.



Más allá de los argumentos de Macron y Le Pen, su visita a Amiens ofreció dos imágenes diferentes para la televisión. Le Pen, rodeada de trabajadores y haciéndose fotos con ellos; Macron, silbado por algunos de ellos y rodeado de cámaras de televisión (aun así pudo separarse de los reporteros y hablar directamente con trabajadores).





Plusieurs ouvriers de #whirlpool se prennent en photo avec @MLP_officiel @aucharbon2017


Los asesores de Le Pen tienen dos semanas para machacar esa idea. Amiens ha sido su primera etapa, y parece haberle salido bien. Lo llaman un “choque de civilizaciones” entre los ganadores y los perdedores de la globalización, donde ya se puede suponer en qué bando colocarán al exbanquero Macron.

Los números están en su contra. Una encuesta del martes concede el 61% a Macron y el 39%, en la línea de sondeos anteriores. Le Pen necesita más emboscadas, aumentar en 10 millones su número de votantes y conseguir que muchos decepcionados de la izquierda y la derecha se queden en casa el 7 de mayo. Una muy baja participación es uno de los requisitos imprescindibles para que la líder del FN se acerque a la victoria.

Como escribí hace unos días, no hay ninguna encuesta que demuestre una corriente significativa de votos desde los votantes de Mélenchon a Le Pen, que comparten el rechazo a la globalización y a la política económica liberal imperante en la UE. Una posibilidad es que la mitad de los votantes de Fillon y Mélenchon apueste por Macron. El 30% de los primeros y el 40% de los segundos optarán por la abstención. El grupo católico Sens commun, que apoyó a Fillon en campaña, ya ha dicho que no seguirá la recomendación del conservador de apoyar a Macron. Mélenchon persiste en su idea de no decir a quién votará y se remite a la consulta a las bases de Francia Insumisa, cuyo resultado se conocerá el 2 de mayo. Por el contrario, el líder del Partido Comunista Francés ha dejado claro que la prioridad es parar a Le Pen.

Las encuestas disfrutan ahora de un momento de credibilidad al haber acertado en líneas generales el resultado de la primera ronda. Eso no quiere decir que las actuales vayan a coincidir con el resultado de la segunda. Si dentro de una semana Le Pen consigue crear más situaciones como las de Amiens y eso repercute en los sondeos, los últimos siete días de campaña serán mucho más interesantes.

Jueves

Para el jueves, Le Pen tenía ya pensado un plan, así que no ha esperado a ver qué hacía Macron. Se ha subido a un pesquero para anunciar que con ella en la presidencia Francia recuperará el control de su litoral y de su política pesquera. Más imágenes para los informativos de televisión en lo que parece que es una prioridad de su campaña. Salir a la calle y que se le vea con los presuntos damnificados de la UE.






Trop de règlements européens hors-sol empêchent nos pêcheurs de travailler. Je les libérerai de ces contraintes absurdes ! #GrauDuRoi

Macron ha respondido por Twitter: “Le Pen se acerca a la pesca. Buen viaje. La salida de Europa que propone sería el fin de la pesca francesa. Piensen en ello”.




Madame le pen se promène à la pêche. Bonne promenade. La sortie de l Europe qu elle propose c est la fin de la pêche française. Pensez y. EM


Publicado en Francia | Etiquetado Francia, Le Pen, Macron | Deja un comentario



Todo el mundo habla de incertidumbre sobre el resultado de las elecciones francesas, pero hay algo que está muy claro. Socialdemócratas y conservadores –a los que se suele llamar los partidos tradicionales– sufrirán un duro castigo en las urnas y sus candidatos podrían quedar fuera de la segunda vuelta. Eso es obvio en el caso del Partido Socialista y su candidato, Benoit Hamon, y aún está por ver en relación a François Fillon, que aún tiene opciones de clasificarse para el duelo final del 7 de mayo.

Fillon podría estar en la segunda vuelta si supera el 20% de los votos, pero el número no es lo que importa en términos comparativos. Chirac obtuvo el 20,8% en la primera vuelta de los comicios de 1995, y el 19,8% en 2002. En el primer caso, se vio perjudicado por el 18,6% que consiguió Édouard Ballladur, un disidente del RPR. En el segundo, François Bayrou, de la liberal UDF, llegó al 6,8%. Eran votos con los que podía contar Chirac en la segunda vuelta, como así ocurrió.

En esta ocasión, no ha habido disidentes en el partido de Fillon, y la UDF cambió de nombre y ya no es un protagonista relevante de la política francesa. El camino de Fillon hacia la presidencia parecía libre hasta que los escándalos sobre los empleos falsos como asesores concedidos a su esposa e hijos le hicieron caer en las encuestas. Hay que suponer que votantes centristas de la derecha encuentran atractivo el mensaje liberal de la candidatura de Emmanuel Macron.

La fortaleza de Marine Le Pen ha convertido la primera vuelta en un enfrentamiento múltiple entre Macron, Fillon y Mélenchon. Si hay que creer a los sondeos, cualquiera de ellos que pase a la segunda es favorito en un duelo directo frente a la candidata ultraderechista. Pero sería un error dar por hecho ese pronóstico. A la hora de la verdad, es muy posible que muchos votantes de Fillon o Mélenchon decidan abstenerse antes que apostar por un candidato que está en sus antípodas ideológicas.

El asalto desde la izquierda y la derecha sobre los partidos tradicionales, lo que incluye duras críticas a la Unión Europea, ha hecho que algunos medios intenten descubrir una ofensiva común contra el establishment en la que confluyen extrema izquierda y extrema derecha. Es la clase de artículos que emplean la palabra ‘populismo’ en sus titulares olvidando tanto las diferencias ideológicas como las nacionales. Un ejemplo reciente es el de este artículo de El País sobre las elecciones francesas que llama a Le Pen y Mélenchon “extremadamente iguales”, no sólo a ellos, sino a sus votantes: “El fenómeno migratorio (de votos entre ambos) está demostrado demoscópica y sociológicamente”.

Las encuestas en estas elecciones demuestran precisamente lo contrario. No por nada afirman que Le Pen perdería los duelos directos contra los otros tres candidatos principales. En esta encuesta para un enfrentamiento Macron-Le Pen, sólo el 11% de los votantes de Mélenchon votaría a Le Pen.



Otra encuesta planteó cuáles serían las segundas preferencias de los votantes de cada candidato sin entrar a considerar una segunda vuelta. Los datos vuelven a confirmar la soledad de Le Pen, también entre los votantes de Mélenchon. De entre estos, sólo el 11% muestra una segunda preferencia por la candidata del Frente Nacional.

El 32% opta por Hamon y el 30% por Macron, respetando lo que podríamos llamar coordenadas ideológicas habituales.


Incluso los votantes de Fillon, con un mensaje mucho más conservador que anteriores candidatos de su partido, no se dejan tentar por el Frente Nacional. El 53% de ellos elige a Macron como segunda opción.

Da la impresión de que los votantes de Mélenchon, además de compartir la crítica radical de su candidato a la política económica impuesta desde la Unión Europea desde 2010, no encuentran ninguna similitud con las posiciones antiUE de Le Pen. Por más que Mélenchon también haya planteado la idea de un referéndum en Francia sobre la UE, propuesta de la que se ha alejado bastante durante la campaña electoral (Plantu ironizaba con el cambio en esta viñeta en la que Mélenchon echa la culpa a su holograma), más parece una amenaza para que la UE cambie de política económica que un objetivo real.

Sus votantes parecen entender que hay muchas formas de criticar a la UE y que algunas de ellas son incompatibles con su ideología. No es una sorpresa, excepto para algunos medios de comunicación.






New Blog: Projecting vote transfers in the second round of the French presidential election http://buff.ly/2pFM4jq 
03:25 - 20 Apr 2017

http://www.guerraeterna.com/emboscada-de-le-pen-a-macron-en-una-region-castigada-por-la-crisis/

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