Eduardo Montealegre Rivas se rindió, tiró la toalla, se retira de la política (¿temporal o definitivamente?) con un récord de cero.
Los cargos públicos que tuvo se lo dieron dos presidentes de la república y el de diputado “constitucional” es fruto del pacto que él criticó y que tejió en las sombras con Daniel Ortega. Se va sin ganar una sola elección nacional, municipal o regional.
Se fue y cerró sus oficinas, una casa en la que pronto veremos el rótulo “Se alquila”.
Lo de su retiro era esperado, hace años quedó comprobado que si de alguna madera está hecho Eduardito no es de la política, en la que ya no tiene más que hacer, salvo agarrar su orgullo herido y llevarlo a un lugar donde pueda mimarlo y curarlo.
Hace poco más de una semana, Montealegre reunió a sus más cercanos y les anunció su retiro y de pasó ungió a su delfín, a Luis Callejas, su primo y ex-candidato presidencial.
Un reportero de televisión se dio cuenta del mitin y corrió con su cámara a buscar la noticia.
Del salón de sesiones salió un energúmeno Callejas y la emprendió con gritos y empujones contra el joven reportero a quien sacó del hotel.
Unos días después, el MRS anunció que la nueva lideresa del grupo, que ya cambió de nombre, de Coalición por la Democracia por Ciudadanos por la Libertad, es la ex-candidata presidencial Violeta Granera.
En otras palabras, al irse dejó a otro movimiento político dividido, uno jefeado por Callejas y otro por Granera. ¡Vaya cosecha la de Eduardito!
Cuando ya volaba a Estados Unidos, su oficina soltó un comunicado anunciando las razones de la rendición de Eduardito.
Su “currículo”
En un párrafo -¿tanto?- resume su corta y estéril vida política, como que en 1991 volvió a Nicaragua para trabajar en la banca, y que aceptó “servir al país” como ministro de la Presidencia de la República y Canciller, sin mencionar que fue Arnoldo Alemán Lacayo quien lo salvó de la banca y lo metió a la política nombrándolo en dos cargos de lujo. Tampoco menciona y menos agradece a su paradigma, Enrique Bolaños, quien lo hizo ministro de Hacienda.
De refilón dice que “cuando acepté el reto de servir a todos los nicaragüenses sin excepción” se le olvida mencionar que cuando Bolaños se fue encima de Alemán -con la ayuda política y judicial de Daniel Ortega- él cambió de bando, se unió al bolañismo y no lo hizo por Nicaragua o por la gente sino que por su corto y torpe cálculo:
Pensó que sería el relevo del líder liberal una vez que lo metieran preso en la Modelo.
Agrega que “traté genuinamente de unificar a todos los liberales”.
¿Cuándo fue eso? ¿Dónde ocurrió?
Solo el doctor Néstor Avendaño tiene más cartas dirigidas a Eduardito que María Haydee Osuna, la presidenta del PLC, pidiéndole, esta última, que negociaran la unidad con el PLC.
Podemos contar por decenas los “no” que dio a Osuna, a otros líderes políticos y sociales, cuando le pidieron sentarse a negociar la unidad. Montealegre pasará a la historia como el principal responsable de la pulverización de la oposición antisandinista y de haber destrozado al partido liberal.
Sin inmunidad
“A pesar de las dificultades y obstáculos que se han presentado en el camino ya sean políticas, legales o de salud, nunca he dejado de servir a Nicaragua”, dice en su mensaje.
Y entonces, ¿por qué huye ahora que ya no tiene inmunidad jurídica? ¿No puede hacer oposición sin inmunidad del estado y un acuerdo con Daniel Ortega?
Luego menciona al menos en dos ocasiones que tiene problemas de salud, lo que debería explicar ya que muchas veces él le pidió a Daniel Ortega que aclarara si está enfermo o no.
“Los eventos recientes nos deben llevar a la reflexión…” de nuevo, solo cuando perdió la inmunidad y a su bancada se dio cuenta que debía reflexionar.
No lo hizo antes, no calculó el tamaño de los golpes que algún día le daría el sandinismo, no estaba preparado para recibirlos y ahora argumenta problemas de salud y legales para “reflexionar” y retirarse.
“A revisar el camino recorrido y visualizar que será del futuro, priorizando, como siempre lo he hecho, a la familia, a la Patria y otros aspectos de índole personal como mi salud”:
Y mientras tanto, la oposición se detiene mientras él reflexiona y decide volver.
¿Es así como cree que desalojará al orteguismo del poder? ¿Reflexionando en Miami?
Errorazo
“Mal haría en hacer caso omiso de las recomendaciones de mis abogados quienes me han dicho que en vista de lo ocurrido en las últimas semanas no debo dar declaraciones ni entrevistas”.
Qué pésima justificación para callar en este momento.
Culpar a sus abogados -como siempre ha culpado a otros de sus errores- porque ya no tiene inmunidad y que pronto estará sentado en el banquillo de los juzgados.
Finalmente comete el peor de los errores que no puede achacar a otros, como es incluir un poema en su lacrimosa declaración otorgándole la autoría al Dr. Pedro Joaquín Chamorro y no al poeta británico Rudyard Kipling, Premio Nobel de Literatura en 1907.
¡Qué ignorancia!
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