Pablo Gonzalez

Una historia de ciencia y heroísmo: el arca de las semillas


Esta es la historia de un banco de semillas, uno de los más importantes y antiguos del mundo, y seguramente el más famoso. 

Es famoso por el heroísmo y el compromiso de sus guardianes, que dieron su vida por salvaguardar este valioso banco de semillas.

En 1921, el biólogo botánico Nikolai Vavilov fundaba el Instituto Industrial de la Planta de toda la Unión. 

Esta institución acumuló miles de semillas de distintas especies vegetales procedentes de las más diversas zonas del planeta. Excepto Oceanía, Vavilov recopiló distintas variedades de semillas en el resto de continentes. 

La idea era crear una especie de arca de Noé de especies vegetales, y conseguir mediante la hibridación cultivos que sirvieran para alimentar a la población. Su meta era erradicar el hambre.


Edificio de Pavlovsk en donde se guardaban las semillas antes de su traslado a Leningrado

Las semillas se almacenaban en la localidad de Pavlovsk, a unos 40 kilómetros de Leningrado. En 1941, con la invasión alemana y el avance de sus divisiones, los científicos se apresuran al traslado del banco de semillas en una carrera contrarreloj. 

Afortunadamente se evita que el banco caiga en manos de los nazis trasladándose a Leningrado.

La ciudad de Leningrado pronto sería cercada, desde septiembre de 1941 la ciudad estaría incomunicada. Aquel invierno fue especialmente frío, pronto las reservas alimenticias comenzaron a escasear. 

En el cerco de Leningrado murió más de un millón de personas, la mayoría de hambre o frío. 

Mientras un grupo de científicos guardaba en los sótanos de un edificio toneladas de semillas, bayas o patatas.

Aquel tesoro merecía ser mantenido a cualquier precio, pensaron quienes lo custodiaban.

La biodiversidad genética de las plantas era un tesoro de la humanidad en su conjunto. 

Así, los científicos establecieron turnos de guardia para custodiar las semillas. Podían estar días sin comer pero jamás dejaban abandonadas las semillas.

Nikolai vavilov

Su sacrificio fue tan heroico y desinteresado que prefirieron cumplir su promesa de proteger el banco de semillas antes que seguir viviendo. 

Así fallecieron 13 personas, de inanición, rodeados de toneladas de semillas. Alexander Shukin, Lejnovich, Ivanov, son algunos de los 13 científicos fallecidos.

Acabada la Guerra, el banco de semillas tuvo un papel fundamental en la reconstrucción de la URSS. 

En cada territorio soviético se cultivaron las variedades más acordes al clima y al terreno, lo que permitió alimentarse a todos los pueblos soviéticos y gran parte de una Europa devastada por la guerra. 

Estos 13 científicos murieron de hambre sabiendo que salvaguardando las semillas, el resto de la población podría alimentarse.

El banco de semillas en 1983


Publicado por Cultura Bolchevique

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