Pablo Gonzalez

Exxon Mobil: Los secretos sucios de una empresa con poder de Estado dentro de EEUU


18 de junio de 2015.- La sede central de ExxonMobil en Irving, Tejas, es conocida por sus empleados como La Estrella de la Muerte. Según el escritor y periodista Steve Coll, dos veces ganador del Pulitzer, ExxonMobil es "un Estado empresarial dentro del Estado americano"que, como todas las naciones soberanas "tiene sus propias reglas de política exterior". 

"A veces sus intereses se corresponden con los del Gobierno de Estados Unidos, a veces se encuentran en oposición y otras sencillamente se quita del medio".

Coll publicó un libro bajo el título "Private Empire: Exxon Mobil and American Power" (Imperio privado: Exxon Mobil y el poder estadounidense) que deja al descubierto a ExxonMobil, una de las empresas petroleras más grandes y poderosas del mundo, que ejerce como un Estado dentro del Estado estadounidense y con muchos secretos "sucios" que han provocado asesinatos, desastres ambientales y penurias a muchos pueblos del planeta.

Coll fue jefe de redacción en el periódico Washington Post y también fue reportero, corresponsal en el extranjero y editor en ese mismo diario. Ganó el premio Pulitzer por segunda vez con su libro "Ghost Wars: The Secret History of the C.I.A. Afghanistan, and Bin Laden, from the Soviet Invasion to September 10, 2001" (Las guerras fantasmas: historia secreta de la CIA, Afganistán y Bin Laden, desde la invasión soviética hasta el 10 de septiembre de 2011). También es autor del libro "The Bin Ladens: An Arabian Family in the American Century" (Los Bin Laden, una familia árabe en el siglo estadounidense).

Tras la publicación de Private Empire, Coll explicó en una entrevista que investigar sobre ExxonMobil "no sólo ha sido más difícil que hacerlo sobre los Bin Laden, sino incluso más que sobre la CIA. El secretismo y una estrategia de relaciones públicas basada en el No commentforman parte de la cultura corporativa de ExxonMobil, una empresa cuyo talante conservador, disciplinado y ambicioso la emparenta con Standard Oil y John D. Rockefeller, la empresa de la que proviene y su histórico fundador. 

"Es una empresa invisible porque quiere ser invisible".

De acuerdo a lo encontrado en estas investigaciones, la petrolera estadounidense está incursa en torturas, violaciones y asesinatos en Indonesia, desastres ambientales en Níger y Alaska y otras actividades "non santas" en varias partes del mundo, todo con el apoyo del gobierno de EEUU.

ExxonMobil y Dick Cheney:



Advirtió que la relación personal entre Lee Raymond, el director ejecutivo (entre 1993 y 2005), y Dick Cheney, vicepresidente de EEUU (año 2000, durante el gobierno de Bush, hijo), hizo que el poder de Exxon Mobil se consolidara. "Cuando Cheney dirigía Halliburton y Raymond dirigía ExxonMobil, eran socios.

 Pero lo más importante es que eran compañeros de caza y venían de entornos similares, del medio oeste de Estados Unidos, y tenían una visión del mundo similar", dijo. 

Para el directivo de Exxon Mobil, le resultaba muy frustrante hacer lobby ante el Departamento del Estado y pasar por instancias burocráticas. 

"Entonces intentó evitarlos.

 Podía hacerlo porque le bastaba con hacer una sola llamada al vicepresidente e intercambiar sus puntos de vista sobre lo que estaba pasando en el mundo. En ocasiones, le pidió a Cheney que interviniera para apoyar los convenios petroleros de ExxonMobil en Medio Oriente", reveló.

Fusiones y otras aventuras



Private Empire narra las dos maneras con las que la petrolera estadounidense garantizó sus nuevas reservas: fusiones o adquisiciones de compañías con reservas en mercados donde Exxon no tenía acceso, y expansión en países con reservas e interesados en la tecnología de Exxon para explotar sus recursos naturales.

En la primera parte, destaca la fusión con Mobil, formalizada en diciembre de 1999. Después de sondear posibles acuerdos con otros actores del sector (incluido British Petroleum), Exxon acabó adquiriendo Mobil, una compañía con importantes activos en zonas como África Occidental, Venezuela, Kazajstán, Abu Dhabi, Qatar e Indonesia.

 La resultante ExxonMobil se convirtió en la petrolera privada más importante del mundo y pronto se convertiría en la mayor compañía de Estados Unidos. Steve Coll además desentraña las actividades de ExxonMobil en países como Chad, Nigeria o Guinea Ecuatorial.

Con la etiqueta de ser una de las empresas más secretistas del mundo, ExxonMobil lleva décadas haciendo complicados equilibrios morales y de poder en países tan distintos como Chad, Indonesia, Guinea Ecuatorial, Venezuela y la Rusia de Vladímir Putin para hacerse con sus reservas de petróleo.

Exxon Valdez, desastre ecológico:



El relato de Coll arranca con un desastre ecológico que asestó un duro golpe a la imagen del entonces Exxon entre los estadounidenses. 

La noche del 23 de marzo de 1989, el petrolero Exxon Valdez encalló en las costas del golfo de Alaska y derramó cientos de miles de barriles de crudo.

El desastre coincidió en el tiempo con un cambio trascendental en la situación geopolítica mundial. "El fin de la Guerra Fría pareció al principio un mundo de nuevas oportunidades para las petroleras occidentales –escribe Coll–. Había reservas enormes de petróleo por las que pujar en la extinta Unión Soviética, África y otras regiones".

Asesinatos en Indonesia:



A partir de entonces, Exxon Mobil, en sus negocios de explotación petrolera en el mundo, ha estado involucrada en varios casos de lesa humanidad, el más importante en la remota región indonesia de Aceh. En 2001 fue denunciada por dar apoyo material y logístico al Ejército del dictador indonesio para violar, torturar y asesinar a civiles sospechosos de estar vinculados a los guerrilleros separatistas que luchaban contra la dictadura. 

En concreto, se acusó a la compañía de construir o permitir la utilización de edificios donde se interrogó, torturó y asesinó, a proveer de excavadoras para que los militares construyeran cementerios donde enterrar a sus víctimas y permitir que se usaran caminos abiertos por Exxon para llegar a esas tumbas.

Los ataques de guerrilleros comenzaron entonces a incrementarse contra la empresa. Esto hizo que entrara en escena el gobierno de Bush. 

Y los telegramas del Departamento de Estado, algunos desclasificados conforme a la Ley de Libertad de Información, muestran que el gobierno de Bush básicamente se puso en contacto con los grupos guerrilleros en 2001 y les dijo: "Tenemos una lista de terroristas en la que hay gente como ustedes. 

Los instamos a que dejen de atacar a ExxonMobil, de lo contrario los vamos a agregar a nuestra lista como organización terrorista internacional".

Uno de los capítulos del libro describe todo esto a partir de la cita de un telegrama de esa época del Departamento de Estado en el que un diplomático del gobierno de Bush les dice a los líderes guerrilleros "¿De verdad nos quieren de enemigos?". 

Y al final, los guerrilleros responden "Está bien, vamos a dejar de atacar ExxonMobil y vamos a desarrollar nuestra guerra por otros medios".


"¿No pueden la CIA y la Marina resolver este problema?"

Otro capítulo en el libro de Coll, que se titula "¿No pueden la CIA y la Marina resolver este problema?" se refiere a la participación de ExxonMobil en Nigeria. Coll revela que en 2008 el Movimiento para la Emancipación del Delta del Níger, una especie de grupo guerrillero en la sombra que atacó petroleras instaladas, empezó a sabotear a ExxonMobil.

"Consiguieron lanchas y empezaron a ir a esas plataformas en alta mar y a atacar las instalaciones de la empresa. 

Y la empresa, escarmentada por la experiencia en Aceh, Indonesia, y al no querer otra demanda judicial, finalmente, muy tarde, firmó un contrato de prácticas responsables en la empresa, en el que prometió no disparar contra la gente, excepto en circunstancias extremas.

 Estaban implementando este nuevo régimen, pero no estaban muy seguros de cómo manejar el hecho de que los atacaban una y otra vez. Así que, básicamente, se comunicaron con el gobierno de Bush de nuevo en 2008 y dijeron (es de aquí de donde viene la cita):

 "¿No puede la CIA y la Marina resolver este problema?". Estados Unidos ya había creado un nuevo comando militar para África con base en Alemania y hubo intentos de que los militares estadounidenses les resolvieran el problema.

Cambio Climático:

En lo tocante al cambio climático, en 2010 Exxon Mobil compra la XTO, empresa de gas natural más grande de Estado Unidos que hace fracturación hidráulica (Fracking), con una inversión de cuarenta mil millones de dólares. "Creo que el cambio climático es un ejemplo de las tácticas extremas que usaron; hicieron mucho daño, pero también terminaron exponiéndose", dijo Coll.

A partir de allí, comenzó a intentar controlar al régimen regulatorio sobre el Fracking. "Hay muchos debates y discusiones en torno a si el gobierno federal —la Agencia de Protección Ambiental (EPA), probablemente el ente regulador más estricto en EEUU— debe supervisar las regulaciones o si deben hacerlo los estados y las comunidades locales, donde el poder es más difuso y hay menos pericia. Entonces ExxonMobil está muy ocupado tratando de dar forma a este régimen", reveló Coll.

Financiamiento a republicanos:



Coll reveló que la ExxonMobil tiene una oficina en Washington, donde confluyen grupos de presión de grandes empresas más influyente en la ciudad, y desde allí las donaciones de su comité de acción política para las campañas electorales presidenciales en EEUU están muy orientadas hacia un sector, el Partido Republicano.

"Es muy raro que el presidente de Estados Unidos nombre una empresa, mencione sus ganancias y cuestione la legitimidad de las mismas", explicó. Como bien explica Coll en el libro, hacer negocios a tantos años vista es complicado en EEUU, ya que en ese periodo de tiempo habrá 10 administraciones con al menos seis presidentes distintos con los que habrá que negociar, o no. Steve Coll advierte en su libro que cuando dice que ExxonMobil nunca viola la ley, es básicamente porque es ella la que la dicta.

"Yo creía que la relación entre ExxonMobil y el gobierno de Estados Unidos era más complicada de lo que había pensado o que no iba a ser fácil describirla en una oración.

 Lo que me sorprendió fue en qué medida ExxonMobil se considera a sí misma, orgullosamente, como un Estado soberano e independiente, como su propio gobernante, con su propia política exterior y su propia política económica", resumió el periodista. /ORODRÍGUEZ


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