Parece que el atentado en Garland, Texas, ha involucrado de nuevo a la habitual “troupe” de propagandistas y tontos útiles utilizados habitualmente por el FBI.
Recordemos que dos personas murieron el domingo en un tiroteo en Garland (Texas), a las puertas de un centro donde se desarrollaba un concurso de viñetas y comics sobre Mahoma.
La cadena ABC News ha confirmado que uno de los sospechosos del tiroteo en Garland, Texas, ha estado bajo vigilancia y ha estado siendo investigado por el FBI, por lo menos, desde el año 2007.
Elton Simpson
Su reportaje, titulado: “El padre de Elton Simpson, sospechoso del tirotero de Garland: Mi hijo hizo una mala elección'”, afirma:
Los seguidores de ISIS habían estado enviando mensajes sobre el evento en Texas durante más de una semana, llamando a la realización de ataques. Uno hacía referencia a la masacre de Charlie Hebdo de enero en Francia y decía que era hora de que los “hermanos” en los Estados Unidos hicieran su aportación a la causa.
Simpson era bien conocido por el FBI.
Hace cinco años fue condenado por mentir a los agentes federales sobre sus planes de viaje a África, donde los investigadores alegaron que planeaba unirse a un grupo terrorista.
La investigación sobre Simpson se remontaba a julio de 2007, cuando fue grabado hablando de unirse a la lucha con los islamistas: “Sé que podemos hacerlo, hombre. Pero usted tiene que encontrar a las personas adecuadas que…se tienen que hacer contactos”.
Esto debería llamarle la atención a todo el mundo.
A pesar de las continuas llamadas en la web a atentar por parte de grupos vinculados a “Estado Islámico” (ISIS) y a pesar de que el sospechoso, Elton Simpson, llevaba mucho tiempo bajo vigilancia del FBI e incluso había sido condenado a 3 años de libertad condicional como resultado de una investigación relacionada con el terrorismo, aun así, todavía fue capaz de conspirar y llevar a cabo un ataque en el estado de Texas.
EL PATRÓN HABITUAL
Y es que se repite de nuevo el patrón de los últimos atentados terroristas.
Como sucedió en los atentados en París, Copenhague y Sidney, los sospechosos eran bien conocidos por los organismos de seguridad de cada uno de los Estados respectivos; en todos los casos llevaban años siendo vigilados, pero sin embargo se les permitió conspirar y llevar a cabo ataques terroristas predecibles, mortales y “políticamente muy convenientes”.
Una práctica muy similar a la tristemente célebre “Operación Gladio”, llevada a cabo por la OTAN en la década de 1970.
En París, Francia, los sospechosos del ataque a la revista “Charlie Hebdo” llevaban bajo la vigilancia de las fuerzas de seguridad desde hacía años y fueron entrando y saliendo de la cárcel específicamente por asuntos relacionados con el terrorismo, hasta el punto de que se sabía que habían salido de Francia para unirse a la lucha con los terroristas en Siria y se les había permitido volver, sólo para ser dejados “sin vigilancia” precisamente durante los últimos 6 meses que necesitaron para planificar, montar las armas y prepararse para ejecutar el ataque contra la revista.
En Copenhague, un asaltante que atacó una sinagoga matando a 2 personas, era también bien conocido por los organismos de seguridad.
De hecho, el Washington Post afirmó en un artículo, que:
El agresor era bien conocido por la inteligencia danesa. En noviembre de 2013, Hussein apuñaló a un adolescente en el muslo, mientras viajaba a bordo de un tren de cercanías y de acuerdo con los medios de comunicación daneses, había sido liberado recientemente de prisión tras ser declarado culpable.
No queda claro si el agresor seguía estando bajo vigilancia y, si es así, no se sabe cómo se las arregló para planear un ataque con un rifle de asalto, con tan poco tiempo tras salir de prisión.
Por último, en Australia, un sospechoso que secuestró una cafetería en Sidney, fue literalmente llevado a Australia desde Irán con el fin de librar una guerra de propaganda contra “la represión del régimen Iraní”. De hecho se le consideraba un Liberal Musulmán, frecuentemente entrevistado en televisión por ser pro-occidental.
Sin embargo, cuando dejó de ser útil para esa causa, el personaje se convirtió en un villano, en un radical yihadista que coincidía con las necesidades narrativas del momento y que acabó perpetrando un brutal secuestro.
Como vemos, en todos los casos, se sigue el mismo esquema.
Sospechosos bajo vigilancia e incluso detenidos y encarcelados como delincuentes violentos o terroristas, que logran convenientemente burlar a los organismos de seguridad, justo a tiempo para llevar a cabo ataques que ayudan a los gobiernos Occidentales a impulsar una doble política: por un lado, continuar con sus guerras extraterritoriales en el extranjero, y por el otro, continuar con la construcción de un estado policial en sus propios territorios.
Todo muy conveniente para los intereses de dichos gobiernos.
UNA OPERACIÓN GLADIO MODERNA
La Operación Gladio de la OTAN y la CIA, se estableció después de la Segunda Guerra Mundial en Europa y implicó toda una larga serie de asesinatos espeluznantes, tiroteos masivos y crueles atentados terroristas diseñados para demonizar a la Unión Soviética y criminalizar las ideologías de izquierda que crecían en popularidad en Europa Occidental.
Los propios grupos militantes clandestinos de la OTAN se dedicaron a matar a centenares de ciudadanos europeos inocentes con el fin de generar una “estrategia de la tensión” que infundió el miedo, la obediencia y el control sobre la población occidental.
Es algo ampliamente documentado y que ya forma parte de la historia oficial.
Y ahora estamos siendo sometidos a una operación similar.
Estamos inmersos en una campaña similar de terror organizado en Europa, en EEUU, en Canadá y en todo Occidente en general.
El propósito de esta campaña es dividir a la población social y políticamente, ayudando a radicalizar a muchos jóvenes para que se unan a las filas de grupos mercenarios armados y financiados por Occidente en países como Siria, Irak, Yemen, Egipto y Libia, para a continuación, permitirles volver a casa y cometer ataques terroristas que inspiren miedo, odio y obediencia en la población local.
Es un conflicto en el que ambas partes están siendo controladas por los mismos intereses criminales.
Y eso es algo que se hace evidente cuando sabemos que las propias fuerzas de seguridad occidentales controlan a un gran número de potenciales terroristas, pero de forma intencionada los dejan vagar libremente hasta que los necesitan para alguna de sus maniobras.
El caso del atentado de Garland, ha sido un nuevo ejemplo de esta política.
El supuesto detonante de esta provocación fue un concurso de dibujo sobre Mahoma, organizado por American Freedom Defense Intitiative (AFDI), una organización de propaganda de extrema derecha , impulsada por el embajador de Estados Unidos ante la ONU, John Bolton, durante la era Bush, los propagandistas ultraderechistas a tiempo completo Pamela Gellar y Robert Spencer, y el político holandés, también ultraderechista y xenófobo, Geert Wilders.
Esta organización hizo su debut en 2010, cuando salieron a protestar por la llamada “mezquita de la zona cero”, que supuestamente iba a ser construida cerca de las ruinas del destruido World Trade Center en la ciudad de Nueva York.
La mezquita en realidad nunca se construyó, no debido a la reacción negativa del público, sino porque se había fabricado artificialmente toda la controversia.
El “Imán” que supuestamente quería impulsar dicha mezquita, era en realidad un miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, financiado y respaldado por los mismos Think Tank que a la vez impulsaron las protestas contra la supuesta mezquita planeada. En otras palabras, todo el escándalo fue fabricado con el fin de manipular la opinión pública.
Desde entonces, con poco éxito de momento, la AFDI y sus diversas filiales en América del Norte y Europa han tratado de avivar el odio contra todos los musulmanes.
El político holandés Geert Wilders, por su parte, si bien afirma estar defendiendo “la libertad de expresión” en Texas, ha estado muy ocupado tratando de infringir los derechos de los musulmanes en su país de origen.
Incluso ha ido tan lejos como para llamar a la censura completa del Corán.
Geert Wilders
El periódico The Telegraph en su artículo, “Ban Koran like Mein Kampf”, informa que:
“El Corán debe ser prohibido como un ‘libro fascista’, junto al ‘Mein Kampf’, ya que insta a los musulmanes a matar a los no creyentes”, afirma el diputado populista holandés Geert Wilders”
Wilders y el resto de la AFDI no están ejerciendo la libertad de expresión, sino que, de hecho, intentan promover el temor, la sospecha, el odio y la violencia no sólo contra los “terroristas”, sino contra los 1000 millones de practicantes de la fe islámica, muchos de los cuales, irónicamente, están luchando y muriendo en este mismo momento contra los terroristas reales, armados, financiados y plenamente respaldados por los mismos neoconservadores que han creado la AFDI.
De hecho, no sólo la AFDI no lucha por la libertad de expresión, sino que la utiliza como excusa para, precisamente, despojar aún de más derechos, paz y estabilidad a la población, tanto en Occidente como en el extranjero.
La llamada “guerra contra el terror” que la retórica de la AFDI activamente apoya, ha servido de impulso a todo tipo de maniobras, desde la ampliación de la vigilancia sin orden judicial y un estado policial cada vez más amplio en todos los países, hasta ayudar a obtener apoyo para las guerras de conquista geopolítica en el extranjero.
La AFDI forma parte de una conspiración criminal más grande, que de manera verificable, ha matado a decenas de miles de personas en Siria, Irak, Libia, Egipto y Yemen desde 2011.
También representa los mismos intereses especiales que mintieron al mundo para justificar la invasión de Irak en 2003, poniendo fin a la vida de cerca de 1 millón de personas y que ha derivado en el caos constante al que se ve sometido actualmente Oriente Medio.
Así pues, que nadie se deje engañar: esto no tiene nada que ver con la “libertad de expresión”.
La “libertad de expresión” es una patraña utilizada tanto por la “izquierda” como por la “derecha” para distraer de la verdadera finalidad de los actos terroristas tipo Garland o Charlie Hebdo: reprimir a la población local y justificar el asesinato masivo más allá de las fronteras occidentales, para defender los oscuros intereses geo-políticos de los grandes grupos de poder.
Si alguien cree que esta es una visión demasiado conspiranoica, solo tiene que recordar las prácticas realizadas durante la Operación Gladio, que ya forman parte de los libros de historia oficiales.
Pero parece que la gente olvida muy rápido.
Por lo visto, el efecto combinado de la televisión y las bebidas gaseosas edulcoradas mata las neuronas a millones …
(Fuente: http://landdestroyer.blogspot.ca/, visto en El Robot Pescador)