MÉXICO, D.F. (apro).- La jornada por Ayotzinapa llegaba a su término después de un mitin en el Zócalo capitalino, cerca de las ocho de la noche, cuando uno de los oradores volvió a tomar el micrófono.
“Sólo les quiero decir que los narcotraficantes descuartizan o queman a los cuerpos, los vimos en las fosas cerca de Iguala, no hacen polvo de la gente. El gobierno es el único que hace polvo de la gente”, aseveró.
A cuatro meses de la desaparición de los estudiantes, padres y normalistas de Ayotzinapa se sucedieron en el templete durante más de una hora para emitir el mismo mensaje: los militares tuvieron un papel activo en la desaparición forzada de sus hijos y compañeros, no creerán en la versión de la Procuraduría General de la República (PGR) y tampoco dejarán de buscar, con vida, a los 43 desaparecidos.
Detrás de ellos se extendía una manta roja con los rostros en blanco y negro de los normalistas. Enfrente estaban de pie los miles de asistentes de las cinco marchas que salieron de distintos lugares de la Ciudad de México durante el día y convergieron hacia la Plaza de la Constitución.
“Pensaron que después de las vacaciones México olvidaría a sus desaparecidos”, recordó uno de ellos.
“Desde el pasado 26 de septiembre hemos sido la piedra en el zapato del gobierno”, agregó.
Enseguida advirtió que el gobierno “va a pagar muy caro cada lágrima de dolor”.
Bajo su sombrero de paja, Epifanio Álvarez, padre del normalista Jorge, lamentó que la PGR “dañó” a los familiares con “tantas mentiras”.
“Primero nos dijeron que estaban en la fosa, luego en el basurero de Cocula, no les creemos”, insistió.
Según otro padre, la PGR “anda haciendo teatro en los cerros y en las carreteras” en vez de buscar realmente a los normalistas, mientras que las autoridades siguen negando la desaparición forzada y tratan de desacreditar al grupo de padres al aseverar que actúan bajo las órdenes de guerrilleros.
Llamado al boicot
Uno de los padres leyó un comunicado en el que, además de exigir “pruebas científicas irrefutables” en la investigación de la PGR, reclamó que ésta abra pistas sobre el papel del Batallón 27 y del exgobernador guerrerense Ángel Aguirre.
“Estos crímenes de lesa humanidad no son aislados, son las puntas del iceberg”, dijo al acusar al gobierno priísta como “experto en represión”, tras el encarcelamiento de varios líderes sociales, “mientras que criminales ocupan asientos en las instituciones”.
Asimismo, criticó de manera vehemente tanto las reformas estructurales que llevó a cabo el gobierno de Peña Nieto en sus primeros dos años de mandato, como la política “asistencialista” que alimenta la corrupción, pasando por el fracaso de la política en materia de seguridad, ya que “territorios completos se encuentran a merced de criminales, y los encargados de brindar seguridad son los que extorsionan, matan y desaparecen”.
En Guerrero, alertó, la consigna es: “¡No a las elecciones! Votar, es votar por el crimen organizado, y no habrá elecciones aunque el gobernadorcillo y el secretario de Gobernación lo aseguren”, advirtió otro padre de familia al llamar a los habitantes de los demás estados a sumarse al “boicot electoral”.
El apoyo de sindicalistas
Fueron cinco marchas en total, aunque en esta ocasión a la protesta se sumó la tradicional marcha anual del Frente Amplio Social y Unitario (FASU), formado por la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y otros sindicatos.
En esta jornada, los padres propusieron dos encuentros para transformar la lucha social que mantienen desde el 26 de septiembre pasado en demandas que logren la transformación del país.
El ofrecimiento hecho por Melitón Ortega, realizado en el templete instalado en el Hemiciclo a Juárez por los sindicatos del FASU, fue que el 31 de enero se reúna la Asamblea Nacional Popular de Ayotzinapa con las organizaciones sociales, a quienes invitó a “hacer un lado las diferencias” sobre la lucha y en la que denunció la intromisión de partidos políticos.
También solicitó que el 5 y 6 de febrero se lleve a cabo un encuentro con organizaciones sociales en el Congreso de Guerrero para discutir sobre la desaparición forzada en México “y poder estructurar este movimiento, porque ya basta de que esta clase política esté diciendo y haciendo lo que se le antoje”.
Los padres de los normalistas de Ayotzinapa, junto con sus simpatizantes de la sección 18 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), comenzaron a marchar desde las once de la mañana del Auditorio Nacional. Llegaron al Ángel de la Independencia, donde esperaron que dieran las cuatro de la tarde para iniciar otra movilización. En el Zócalo capitalino se juntarían con quienes partieron desde Taxqueña y con los que avanzaron desde la calzada Ignacio Zaragoza y los que salieron de Indios Verdes.
El contingente se detuvo sobre Paseo de la Reforma, a la altura del Senado, donde varios oradores realizaron un mitin. Informaron que la marcha de Zaragoza había hecho una escala en la Cámara de Diputados, tomaron la avenida Eduardo Molina e hicieron diversos pronunciamientos.
Luego, en el Hemiciclo a Juárez, hubo más discursos de los padres. Los sindicalistas ni hicieron el intento de hablar. Incluso, los secretarios generales del STUNAM, Agustín Rodríguez, y de los Telefonistas, Francisco Hernández Juárez, permanecieron debajo del templete.
“En esta Octava Jornada Nacional por Ayotzinapa es momento de participar y estar aquí. Iniciamos a las diez de la mañana desde cuatro puntos. El objetivo es venir a denunciar los engaños que el gobierno ha dicho, de que los estudiantes están muertos y que los padres ya no deben buscar a sus hijos. Eso hemos venido a denunciar. Ha dicho que un grupo criminal los tiene. Denunció el hallazgo de fosas clandestinas y que no son los estudiantes. ¿Quiénes son? También son seres humanos”, comentó Melitón.
Luego resaltó que en la búsqueda de sus hijos por Guerrero y otras entidades se les han acercado mujeres y hombres que tienen a un familiar desaparecido, y que sufren tan sólo de pensar qué le estarán haciendo a sus parientes. “Es doloroso tener un hijo desaparecido”, sentenció y resaltó la importancia del apoyo internacional a su lucha.
“Por eso estamos aquí, para que nunca más sucedan estos hechos. Los estudiantes eran inocentes, pobres, indígenas. Ser estudiante en este país es un delito. Se pretende sembrar el terror en la mente de la sociedad. ¿En qué país estamos?, donde el gobierno no dice nada ante la desaparición de personas, pero sí cuándo nos movilizamos”, acusó.
Después siguieron su camino rumbo al Zócalo capitalino, donde se juntaron los demás contingentes, del Frente Popular Francisco Villa (FPFV) o del Congreso Popular. Mujeres, hombres, jóvenes, estudiantes, quienes juntos corearon: “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!” o exigían la renuncia de Enrique Peña Nieto a la Presidencia.
Otro padre de familia reclamó que no aceptaría la muerte de los muchachos. Criticó al gobierno federal por propalar su olvido después de las vacaciones de fin de año. “Este movimiento es pacífico y va a llegar a las últimas consecuencias”, indicó y agregó que su lucha buscará la transformación profunda del país.
“Los estudiantes de Ayotzinapa y los padres de familia caminaremos con el pueblo hasta lograr la transformación de México y lucharemos hasta la presentación con vida de nuestros compañeros”, sentenció.
Por la noche, el GDF destacó que unas 15 mil personas participaron de forma pacífica en las diferentes movilizaciones llevadas a cabo este lunes a partir las diez de la mañana.
Durante las marchas que partieron de las estaciones del metro Indios Verdes, Taxqueña, Zaragoza y Auditorio, acotó en un boletín, “sólo algunas pintas fueron realizadas por los manifestantes”.