El equilibrio del poder mundial se está inclinando hacia el eje Rusia-China al tiempo que Barack Obama "pierde su brillo en la escena internacional" y los miembros de G7 "se pelean por poner sus asuntos financieros en orden", afirma 'The Nation'.
El presidente estadounidense Barack Obama "ha perdido el ímpetu" en su política de "giro a Asia", al tiempo que el presidente ruso Vladímir Putin y su homólogo chino Xi Jinping causan un impacto mayor en los asuntos mundiales, afirma el diario 'The Nation'.
En el ámbito doméstico, la tasa de aprobación de Obama se ha reducido al 40%. Los republicanos, que han tomado el control tanto del Senado como de la Cámara de Representantes, se comprometen a deshacer las reformas principales puestas en práctica por el presidente, como, por ejemplo, el llamado 'Obamacare'.
Una de las consecuencias de esta postura debilitada del presidente ha llevado, según apunta el periódico, a una presencia 'torpe' en las cumbres en el Extremo Oriente. Al mismo tiempo, su homólogo ruso Vladímir Putin ha sido designado como la persona más poderosa del mundo por la revista 'Forbes' por segunda vez en dos años consecutivos, "eclipsando a Obama en casi todos los aspectos del liderazgo mundial".
Según opina el periódico, en su viaje al Extremo Oriente –en el que participará en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), la Cumbre de Asia Oriental en la capital de Birmania, así como en la Cumbre del G20 en Australia– a Obama solo le quedan dos cartas con las que jugar: el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP) y los acuerdos del mar de China Meridional. Ambas medidas están diseñadas para frenar la influencia de China en Asia.
No obstante, el presidente Xi Jinping ha dominado la reunión del APEC con la propuesta de estudiar el acuerdo de libre comercio para Asia-Pacífico. De esta manera, explica el periódico, China se atiene a su propia estrategia, cuyo objetivo es conseguir que el yuan se convierta en la moneda de reserva internacional a costa del dólar.
En la cumbre del G20, Obama persigue el objetivo de estabilizar la economía global y encontrar las condiciones financieras para fomentar el crecimiento. No obstante, la mayoría de las economías desarrolladas sigue sumida en la deuda, que es resultado de la crisis financiera de 2008.
Uno de los temas de la cumbre del G20 será la propuesta de que los bancos, en lugar de ser rescatados con dinero de los contribuyentes, creen un gran colchón de capital para compensar posibles pérdidas en el futuro.
Según el periódico, esta medida es más bien defensiva, teniendo en cuenta el empeoramiento de las condiciones globales, en las que los BRICS (China, Rusia, Brasil, la India y Sudáfrica) ahora decidirán sobre sus propios asuntos, "en vez de esperar instrucciones de EE.UU. como hacían en el pasado".
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