Desde primera hora de la mañana numerosos comercios abrieron sus puertas, mientras la población salía de sus casas y acudía a los mercados, con las calles llenas de coches y peatones.
El acordado alto el fuego entró en vigor tras la retirada, esta madrugada, de las últimas fuerzas terrestres israelí¡es que permanecían dentro de la Franja de Gaza, principalmente en el sur y junto a la línea fronteriza.
Un alto mando militar israelí¡ confirmó que se mantendrá el despliegue en torno a la frontera “para no dar ninguna excusa a Hamas”, y advirtió que la situación de tregua “no quiere decir en ningún momento que haya terminado la operación Filo protector”.
“Si los terroristas nos atacan, nos defenderemos”, aseguró al insistir en que las tropas están acantonadas en los alrededores de la Franja y ningún reservista ha sido desmovilizado.
Mientras tanto, no muy lejos de donde están las tropas, en el paso de Kerem Shalom, entraron en la Franja los primeros de 300 camiones con abastecimiento para la población y ayuda humanitaria internacional, diez de ellos con medicamentos y equipos médicos.
Los hospitales de Gaza están abarrotados y literalmente colapsados por el alto número de ví¡ctimas tras 29 días de ofensiva. En los alrededores de los centros asistenciales hay aún numerosos civiles que buscaron refugio de los bombardeos.
Los últimos datos del Ministerio de Sanidad indican que 1867 palestinos, la mayoría civiles, murieron y 9563 resultaron heridos desde el inicio de la operación, el pasado 8 de julio.
Las autoridades palestinas estiman que el número de víctimas puede crecer en los próximos dí¡as cuando se comiencen a remover los escombros de las miles de casas que fueron bombardeadas, de las cuales más de un millar han sido complemente destruidas.
Pernille Ironside, jefa de la Oficina de Unicef en Gaza, informó que casi 400 niños murieron y 2500 resultaron heridos por los bombardeos y recordó que en la Franja siguen sin electricidad y agua por lo que es inminente la aparición de enfermedades que pueden ser mortales para los más pequeños.
“La ofensiva ha tenido un impacto catastrófico y trágico en los niños. Murieron 392 niños y 2502 resultaron heridos. Si tenemos en cuenta lo que estas cifras representan para la población de Gaza, es como si hubieran muerto 200.000 niños en Estados Unidos”, afirmó.
Agregó que “hay gente que no tuvo acceso al agua por varias semanas, ya se detectaron problemas de piel y tememos que aparezcan casos de diarrea, lo que sólo llevaría a más muertes de niños”.
(Tomado de Página 12, Argentina)